❝𝒀 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒏𝒂, 𝒅𝒆𝒃𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒓 𝒑𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒔𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒗𝒂𝒄𝒊𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒏𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐❞
Cassandra Harper, rota desde hacía mucho tiempo, con heridas que no cicatrizan y una mirada gélid...
Andrea y Amy aparecieron en el campamento con al menos veinte peces para poder comer, puesto que Shane no me había dejado irme sola a cazar.
Sonreí un poco y bajé la mirada paré seguir afilando una de mis flechas, la verdad es que estaban todas poco afiladas.
-Mamá, mira, mira que de peces -se entusiasmó Carl, acercándoselos a Lori-. Vaya...
-Desde luego, vaya, ¿Dónde habéis aprendido a pescar así?
-En casa -sonrió Amy.
-¿Puedes enseñarme a hacerlo?
-Claro, te enseñaré como se hacen los nudos y todo -asintió Amy.
-Y Cassandra puede enseñarme a cazar después. ¿Verdad mamá?
Miré a Lori y terminé de afilar la flecha que tenía entre las manos.
-Ya veremos.
Solté una risa amarga y saqué otra flecha para revisar su punta.
-Eh, Dale, ¿desde cuando no engrasa los carretes? Están hechos un desastre.
-Oye, no quiero alarmar a nadie... Pero, tal vez tengamos un problema -dijo el hombre, señalando lo alto del monte.
Me levanté dejando la flecha en el carcaj y seguí su dedo para encontrar a Jim en lo alto con una pala.
Todos empezamos a movernos pars llegar a su posición, encontrándonos al hombre sudado, exhausto y cavando un monton de hoyos con forma de persona. O por lo menos una persona cabría en ellos.
-Eh, Jim. ¿Por qué no paras y me concedes un segundo? Por favor.
Este clavó al pala en la tierra y lo miró, no parecía estar demasiado bien físicamente, y apostaría a que mentalmente tampoco.
-¿Qué quieres?
-Estoy preocupado, eso es todo.
-Dale dice que llevas horas aquí -ayudó Morales.
-¿Y?
-¿Qué haces cavando?
-Sí, ¿planeas asesinarnos a todos? Porque entonces se te dan muy mal las matemáticas -torcí el gesto.
-¿O quieres llegar a China, Jim?
-¿Qué más te da? No le estoy haciendo daño a nadie.
-Sí, salvo a ti mismo -negó Dale-. Oye, estamos casi a cuarenta grados, no puedes seguir así.
-Claro que sí. Míralo -hizo fuerza al cavar para demostrarlo.
-Ellos no lo dirán, así que lo haré yo. Nos estas asustando, asustas a mi hijo, y a la hija de Carol -se metió Lori.
