Capítulo 28 (Carta Secreta)

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Treinta y seis horas sin dormir, sin comer. Eso era el tiempo que Donghyuck había estado atado a esa silla, y había perdido el sentido del tiempo y ubicación. Donghyuck estaba agotado. Sus neuronas hacían pequeños cortocircuitos, mientras luchaban por mantener su organismo funcionado.

Desde dónde estaba con su mejilla contra el barro, en el suelo y aún atado a una silla, podía ver a los gánster malditos que lo habían estado torturando sin parar. Los muy malditos estaban jugando hwatu mientras reían y fumaban, y comían, y...

Justo cuando Donghyuck estaba cerrando de nuevo sus ojos, un balde de agua fría lo despertó. Literalmente un balde de agua fría, que lo mojó de nuevo. Donghyuck volvió a temblar del frío y miedo.

— Por favor déjenme ir — suplicó en automático — No le hagan daño, por favor.

Durante todo el tiempo que llevaba ahí, esas eran las dos únicas frases que no paraba de repetir. A pesar que le estaban privando del sueño, aún era capaz de recordar su objetivo y añoranza. Primero lo torturaron introduciendo su cabeza repetidas veces en un barril con agua, luego que se aburrieron de hacer eso, decidieron mantenerlo en la silla al suelo y darle patadas cada quince minutos, posteriormente le lanzaban agua cada vez que quería dormir; Donghyuck estaba adquiriendo un odio al agua con todo su ser.

— El jefe debe de dar órdenes, mientras tanto debes de mantenerte atento y no dormir.

— ¿Qué se siente ser hombre muerto? — preguntó otro con aire de superioridad.

— Honestamente, pensé que sería más doloroso. Esperaba morir de una hemorragia contra el asfalto, y no a manos de unos simios inútiles — ni en las peores situaciones Donghyuck fallaba en lanzar uno que otro comentario desafiante. Se había creído demasiado la personalidad de Haechan, o a lo mejor no, porque de todas formas Donghyuck siempre hablaba sin pensar en consecuencias.

— Pobrecito — El hombre que le había tirado el agua soltó el balde de sus manos y levantó la silla a la que estaba atado. Donghyuck había estado así contra el suelo muere por horas, así que estar de nuevo erguido hizo que le doliera mucho el cuello — ¿Te crees muy valiente al contestarnos de esa manera? — El hombre lo sujeto con una mano, elevando su barbilla.

— La verdad, sí. Sé que ustedes solo son ratas que siguen órdenes y si Jungmo no da la aprobación, yo seguiré vivo todo el tiempo que él quiera.

— Hijo de puta — El hombre dijo apretando sus dientes — Pásame la bolsa y la cinta aislante.

"Mala decisión, de nuevo" pensó Donghyuck.

— Solo nos estamos adelantando un paso ¿verdad chicos? — rió el hombre, mientras lo amordazaba para que no escucharan sus gritos. Luego metió la cabeza de Donghyuck dentro de una bolsa negra y la apretó con fuerza, en un abrir y cerrar de ojos estaba suplicando por su vida.

— ¿Qué está pasando aquí? — La voz de Jungmo se hizo presente — Recuerdo haberles dicho que lo necesitaba vivo.

La presión que estaba siendo ejercida en la bolsa se fue, y Donghyuck pudo respirar mejor, pero aún le era molesto y asfixiante porque seguía con la bolsa encima. Se sentía mareado y lo único que veía eran sombras a través de la bolsa.

— Quítale la bolsa, hay un amigo, a quien quiero que vea.

Cuando le quitaron la bolsa, le tomó un segundo o dos para ajustar su vista, primero por el cansancio y segundo porque casi muere. Fue ahí cuando vio a Jungmo parado frente a él, a su derecha estaba Renjun. Ambos abrieron mucho sus ojos, Donghyuck quería gritarle pero la cinta aislante en su boca se lo impedía.

CONTRAST (Markhyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora