Capítulo 21 (Quebrantado Parte 1)

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Chenle despertó. Completamente desorientado agitó su cabeza, aclaró su vista y estiró sus extremidades, descubriendo que tenía un fuerte dolor de cuello por la posición en la que había dormido.

Jisung estaba a su lado, dormido aún, al igual que él, también se había quedado dormido sentado en el sofá. Sin moverse, Chenle tomó su celular y vio la hora, luego lo bloqueó y vio su reflejo. Había olvidado quitarse el maquillaje de ayer y el delineado de sus ojos estaba corrido. El rubio cerró sus ojos de nuevo y colocó su cabeza sobre el respaldo del sofá, fue ahí cuando escucho las voces de Mei y Sungjin desde afuera.

Chenle levantó su cabeza rápidamente y noto algo frente a él. Renjun había dejado una nota adherida al televisor.

"Vuelvo pronto. Por favor den desayuno a Mei, hay comida en el refrigerador. Si se van, que los niños no salgan de la casa"

Chenle se levantó, arrancó la nota del televisor y la hizo bola. Arrastró sus pies hasta la entrada y abrió la puerta, sus ojos se cerraron un poco por la luz del sol. Ambos niños estaban jugando en el porche, muchos de los juguetes de Mei estaban esparcidos por el suelo y Sungjin tenía puesta una camisa grande de Renjun probablemente y agitaba un recipiente lleno de lodo y hojas.

— ¿Tienen hambre? — pregunto Chenle. Mei volteo enseguida y sonrió.

— Aún no — Respondió Mei.

— ¿Hace cuánto están despiertos? — Chenle restregó sus ojos y lo hizo recordar que tenía que limpiar su cara o terminaría con círculos negros alrededor de sus ojos.

— Nos despertamos muy temprano. Estamos jugando a hacer comida, tenemos un restaurante — Mei señaló a un grupo de juguetes y peluches que habían sentado en el sofá viejo.

Chenle dejó que los niños continuaran jugando y se colocó los zapatos, iba a sacar las maletas que tenía en su carro y de paso tomaría el desmaquillante de su guantera. Chenle saco las maletas de Sungjin y la de Jisung, también aprovecho a limpiar su carro y se tardó unos diez minutos aproximadamente.

Cuando regresó, llevaba una mochila en su hombro, dos maletas en una mano y en la otra el bote que tanto había buscado en la guantera. Por ninguna razón en particular Chenle miró de nuevo a los niños antes de entrar, solo para darse cuenta que Sungjin estaba jugando con la libreta que tanto habían buscado ayer. Chenle frunció el ceño y se detuvo al pie de la puerta.

— Sungjin, ¿Dónde sacaste esa libreta?

— No sé, pero la estamos ocupando como nuestro libro de recetas — Sungjin hizo un puchero. El niño era demasiado callado y tranquilo, pero sí que podía hacer una escena cuando se enojaba. Mei rodo los ojos y le quitó la libreta inmediatamente a Sungjin.

— Iré a traer otro libro de recetas, estas ya están muy viejas y pasadas de moda — Mei hablo fingiendo su voz de chef, luego cerró esa vieja libreta con cuidado y la entregó a Chenle.

— Gracias — Chenle susurro y le guiño un ojo.

Una vez dentro de la casa puso la libreta sobre uno de los muebles viejos de la sala. Se encargó primero de lavar su cara, luego recalentó los fideos que habían comprado anoche y finalmente despertó a Jisung.

Jisung estaba desorientado y molesto por haber sido despertado.

Todos estaban comiendo recalentado en la mesa circular del comedor, cuando de repente Jisung despertó por completo, enderezó su espalda y revisó el día y la hora en su celular.

— Por un momento creí que los niños debían estar en la escuela — Jisung dijo con una mano en el pecho. Chenle río y cubrió su boca porque aún estaba masticando — No me culpes, aún me siento dormido.

CONTRAST (Markhyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora