Epílogo

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"En este mundo ficticio, las vidas de X, Haechan, Genesis, Sleekz, Sagg, Swift y Red Ace continúan, y el final de esta historia es el comienzo de otra para ellos individualmente, lo que nos queda es el camino en el que han crecido como personas, las lecciones de vida que han tenido, a través de esta experiencia y la sucesión que han tenido."


— ¿Vienes conmigo? — preguntó Donghyuck un poco nervioso, ejerciendo una ligera presión sobre el ramo de girasoles que tenía en las manos.

Mark se desabrochó el cinturón y apagó el coche. Sonrió ligeramente al ver al otro inquieto.

— Me dejó muy claro que sólo quería hablar contigo — Mark habló en voz baja y con suavidad. Donghyuck inhaló profundo y miró hacia delante; ayer podría haberlo tenido claro, pero ahora, por alguna razón, le resultaba difícil procesar el discurso que había montado.

— Entonces, vámonos. Puedes quedarte en la sala de espera.

Salieron del Dodge verde y entraron en aquel edificio. La sala de recepción era pequeña y acogedora, las enfermeras y los ayudantes voluntarios estaban ocupados en sus labores, nuevos pacientes se registraban y otros abandonaban el tratamiento.

Para Donghyuck era extraño estar en ese tipo de ambiente. Se sentó en las sillas de espera mientras Mark iba a hablar con la señorita encargada de la recepción.

Una niña que estaba sentada frente a él se giró completamente cuando vio las hermosas flores que llevaba y sonrió ampliamente al contemplarlas. La sonrisa que Donghyuck le devolvió se torcio cuando se dio cuenta de que a la niña le faltaban dos dientes.

Mark seguía confirmando su visita programada.

Mientras tanto, Donghyuck también intentó evitar la persistente mirada de la inquieta muchacha que tenía al lado. Sus dedos empezaron a acariciar los pétalos de un girasol.

— Aquí tienes — dijo Mark y se sentó a su lado. — Puedes entrar, dice la enfermera que probablemente se reunirá contigo en la zona verde, ella te llevará.

Donghyuck apretó los labios en una fina línea, asintiendo. Mark le tocó la rodilla cariñosamente, como para animarle.

— Me daré prisa, porque aún tenemos mucho que hacer. — recalcó Donghyuck y a Mark le invadió una extraña sensación de ansiedad.

Donghyuck dejó a Mark en la sala de espera y siguió a la enfermera.

Cuando atravesó las puertas dobles, fue como si hubiera entrado en otro mundo. El interior del lugar era espacioso y fresco, efecto que le atribuían las paredes blancas y los grandes ventanales.

De hecho, todos los aspectos de la estancia transmitían paz y sanación.

Donghyuck paseaba con el ramo en las manos, observando a la gente que pasaba por los pasillos, muchos de ellos sonriéndole, otros simplemente mirando las brillantes flores amarillas.

— Es la visita de Jaemin, ¿verdad? — preguntó la enfermera, revisando un gráfico que tenía en las manos. Donghyuck asintió. — Pues adelante. Está por allí. — señaló a una mesa en una glorieta que se encontraba en el área verde.

La mujer anotó la hora exacta de la visita, luego le abrió una puerta de cristal y le dejó salir al vasto jardín. Desde allí, Donghyuck se quedó solo.

Caminó hasta la glorieta, sintiendo el cálido sol en la piel. No había nada mejor que un día soleado.

Reconoció inmediatamente la espalda de Jaemin, así que se acercó. Algunos de los pacientes que estaban en el mismo cenador se fueron a otro lugar, dejándolos solos.

CONTRAST (Markhyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora