Capítulo X

836 67 3
                                    

Susan

La mirada perdida de mi mejor amigo se la atribuyó a la resaca que debe andar cargando, hace media hora que Max se despidió de mí por su viaje de última hora y desde entonces Eric solo se ha dedicado a mirar la nada.

Temo porque se haya quedado más tonto de lo que es por el alcohol y me duele ver lo que es ahora, no es el hombre que llevo conociendo todos estos años.

—¿Dafne estará bien? —me pregunta como si yo tuviera la respuesta.

Su pregunta duele, cómo termino las cosas fue bastante doloroso para él, me recorre una punzada porque Eric ha sido como un hermano la mitad de mi vida y verlo así es desgarrador, pero si yo hubiese estado en los zapatos de ella, absolutamente desde el día uno me hubiera ido sin mirar atrás o quizá no recordando mi historial amoroso con Ángel, así que estoy en una encrucijada donde espero que donde esté Dafne, esté sanando y teniendo paz.

—Parece que no hable contigo hace menos de una hora.

—Es que duele, lo admito en voz alta. Estoy cansado, Susan ¿Lo sabes? Fui un hijo de puta durante todo nuestro matrimonio sin dar explicaciones y ella... ella aun con dudas acepto darme la oportunidad que quizá no merecía, quizá era lo que merecía por todo lo que hice.

Lo escucho hablar, porque merece desahogarse, me preguntaba cuanto tiempo iba a tardar en explotar la bomba que lleva adentro.

—Nunca creí en tener hijos, pero con Dafne fue diferente, con ella sabía que quería tener mi legado, pero supongo que se acabó. Ni siquiera me veo con alguien más que no sea ella.

Se frota las manos en el rostro y yo trago para no ponerme sentimental en este momento.

—Después de todo, supongo que fue la manera en la que el destino nos dijo que no íbamos a estar juntos.

—¿Y si te estas adelantando? —le digo sentándome a su lado.

Subo mis pies sobre sus piernas, el hombre está deprimido y sabe que no puedo verlo así, agarro una de sus manos que va directo a mi vientre.

—Tal vez solo necesitan sanar por separado, a veces el sanar en pareja no es lo que se necesita y se debe de hacer solo, es entendible que la necesites, pero no quiero sonar ruda —digo mientras la timidez de Eric en mi vientre se va para extender su palma como si recuerdos le llegarán a su cabeza—, Dafne sufrió mucho, creo que tienes que aceptar que ella necesita hacerlo sola y te toca a ti también hacerlo.

» Sanaron varias cosas en su matrimonio, ustedes dos, pero no todo, así que deberías de comenzar a sanar sin la necesidad de acabar borracho en el proceso.

—Lo haré —y no estoy segura de su palabra, pero por el momento pienso creerle.

—Ok.

—Sanaré y cuando lo haga espero poder volver a estar con ella —suena como alguien decidido, solo espero que cumpla su palabra.

Dejo que siga sacando todo aquello que se guarda y le hace daño, así que no le digo nada, me dedico a escucharlo y el parece que se acaba de quitar un peso de encima.

—Dejaré el banco.

Menciona y estoy de acuerdo, su familia ha sido un dolor de culo y sé que si se aleja eso podrá ayudarle, ya que sus ingresos no provienen 100% del banco, solo un porcentaje que, viéndolo desde mi perspectiva, puede vivir sin él.

Ángel y yo lo discutimos, una vez el tomara la decisión, nosotros lo íbamos a seguir después de cierto tiempo, la nueva asistente ha estado absorbiendo mucha información de ambos lugares, así que debo seguir mostrándole en los dos meses restantes todo lo que necesita para que ella sola y aprenda a leer a Eric, quizá no de la misma manera que yo, pero si lo suficiente como para conocerlo.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora