CAPÍTULO 18

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Katsuki estaba sentado en medio de la cama con Izuku sobre él dejándose la vida en incesantes besos profundos, llenándose de significativas miradas que decían mucho más que el movimiento de sus labios.

Un teléfono celular no dejaba de vibrar  sobre el piso de la sala de estar.

Izuku se retiró del regazo de Bakugou recostándolo sobre la cama. Comenzó a besar su musculoso y pronunciado pecho mientras recorría con ávidas manos cada parte de él. Con su lengua jugueteó en su ombligo bajando por la fina línea de vellos hasta el borde de su ropa interior. El peliverde pasó su mejilla sobre la erección que se marcaba deliciosamente en la fina tela del bóxer haciendo que Katsuki gimiera bajo dentro de su garganta.

Antes de hacer algo, Izuku miró con los ojos turbados de deseo las pupilas rojo oscuro en busca de permiso llevándose cómo respuesta los dedos de Katsuki tomando su cabello para guiar su cabeza hacia su entrepierna. Con las manos temblando de deseo y sin ninguna inhibición, Midoriya bajó la ropa interior de Bakugou para recorrer con sus labios aquella húmeda parte de su cuerpo.

-Extrañaba tanto tu pequeña boca… Deku.

El pecoso se deleitaba lamiendo y succionando el glande hinchado que cada vez que apretaba con los labios hacia echar a Katsuki la cabeza hacia atrás con deliciosos jadeos que eran la melodía favorita de Izuku. Cuando las contracciones en el vientre de Bakugou comenzaron a ser más y más notorias, Izuku redobló sus esfuerzos ayudado por una mano en su cabeza hasta que el semen tibio y espeso inundó su boca hacia el fondo de su garganta.

Midoriya se enderezó con el rostro enrojecido y los rizos revueltos mientras lamía sus labios hinchados que escurrían, cosa que hizo que la polla de Katsuki saltara de nuevo hacia arriba. Tomándolo de la estrecha cintura, Bakugou lanzó de vuelta a Izuku a la cama con la cara pegada a las sábanas.

-Eres tan sensual, Izuku… me vuelas la puta cabeza.

Con suma y tortuosa lentitud, comenzó a besar su espalda hasta llegar a su trasero que instintivamente se alzó un poco.

-Tranquilo, todavía no.

Al haberle hablado bajo justo en el oído, el pecoso solo pudo gemir duro ante eso.

-Sí. Gime una y otra vez hasta que solo puedas recordar mi nombre cada vez que lo hagas.

Con la punta de su pene abrió las nalgas de Midoriya deslizándose de arriba hacia abajo humedeciendo su entrada, haciendo que éste comenzará a gemir de nuevo mordiendo sus labios excitado a más no poder con la respiración entrecortada de Katsuki justo en su oído. Desesperado, trató de voltear el rostro hacia un lado para besarlo siendo detenido por una mano en su cuello.

-¿Quieres besarme, Deku? ¿Necesitas que te folle duro mientras aprieto mi mano en tu cuello? Oh, Izuku, en verdad quiero maltratarte…

Presionando más fuerte su garganta le hizo imposible a Midoriya el que pudiera responder puesto que lo tenía aprisionando contra la cama con su polla y su enorme mano.

Mientras lo torturaba con palabras, Bakugou simulaba embestidas suaves que estaban volviendo loco a Izuku provocando un par de lágrimas que se perdieron en su boca abierta que jadeaba de deseo y por la falta de aire.

Al ver tremenda escena, Katsuki se acercó a la boca del pecoso como si fuera a besarlo pero en lugar de eso escupió dentro de ella haciendo que los perdidos ojos verdes se abrieran en sorpresa y emitieran un perverso brillo.

-Eres un jodido pervertido, pequeño.

Soltando al fin su cuello, Bakugou giró a Izuku y lo besó poseyéndolo con su lengua para que su sabor amargo quedara impregnado en esos labios dulces por siempre.

-Eres mío, Deku, ¿sabes porqué? Porque te he amado cada maldito día desde que te fuiste. Y estoy seguro que tú me has necesitado cada puta noche que has dormido solo y en brazos de tu estúpida novia.

Izuku cayó hacia atrás indefenso mirando devotamente la anatomía de Bakugou con los labios entreabiertos y las pupilas dilatadas que destellaban lujuria por la manera en la que Katsuki acariciaba su propia erección masturbándose frente a él mientras se mordía los labios por el placer que se estaba provocando el mismo.

-¿Te gusta lo que ves? ¿Cómo puedes cogerte a tu prometida luciendo de esa forma?

En ese momento, Izuku había olvidado completamente quién era Ochaco.

Katsuki bajó a centímetros de su cara y le ordenó sacar la lengua poniendo sobre ella sus húmedos dedos impregnados de su esencia.

-Lame.

Con ruidos obscenos, el pecoso obedeció con una mirada suplicante.

-Nadie te puede complacer de esta manera más que yo, Deku. Nadie conoce tu cuerpo de la forma en la que yo lo hago. Sé lo que te enloquece, yo sí sé cómo hacerte feliz, y ¿aún sabiendo todo eso decidiste casarte?

-¡Kacchan, por favor! Ya no resisto más… me… me duele…

-¿En donde te duele? ¿Aquí…?

-¡Ahh! ¡Mmmh!

Midoriya se retorció para después romper a llorar desconsoladamente cuando Katsuki presionó la punta de su pene con su pulgar.

-Oh no, pequeño, no llores más. Te daré lo que realmente necesitas.

Katsuki lo tomó con una mano de la cadera mientras con la otra alzaba una de sus piernas hasta su hombro.

-No me olvides nunca, Izuku Midoriya.

Y así, llenó el interior del pecoso una y otra vez golpeando sin piedad el punto de máximo goce en su interior mientras se llenaba de enloquecidos gritos el silencioso departamento, olvidando por un par de horas que los primeros rayos del sol que los iluminaban ya eran los del día de su boda.




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