CAPÍTULO 12

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-¡Feliz cumpleaños, Kats!

Shoto Todoroki aparecía en el umbral de la habitación de Bakugou con un pequeño pastelillo y una cajita de regalo.

Incorporándose en la cama, un rubio soñoliento se tallaba los ojos algo desorientado cuando cayó en cuenta que era el día de su jodido cumpleaños.

-Pide un deseo.

Después de soplar la velita, el rubio hizo a un lado el pastelillo y de un rápido movimiento puso a Shoto debajo de él dándole la espalda para frotar en su trasero su erección matutina.

-Esto es justo lo que estaba deseando...

Antes de dejarse llevar, Shoto hizo el esfuerzo sobrehumano de ignorar por un momento a su hombre para darle su regalo.

-Anda, ábrelo.

Gruñendo contra su cuello, Katsuki se sentó de nuevo sobre la cama deshaciendo con cuidado el listón que forraba la elegante cajilla. Al abrirla, los ojos color escarlata se abrieron en clara sorpresa.
Un exclusivo reloj del que únicamente se habían fabricado diez ejemplares en todo el mundo, brillaba salpicado por diminutos diamantes negros con su nombre grabado al reverso sobre oro blanco.
Definitivamente había valido más que una fortuna.

-Tu cara es más que suficiente, Kats. Ha válido la pena cada dólar que pague por el.

- ¿Acaso entregaste a tu padre a la mafia?

-De haber sido necesario, si.

Sacudiendo la cabeza mientras reía, Katsuki admiró la exclusiva pieza.

-Gracias, Sho. Es perfecto.

Todoroki lo sacó del estuche para ponerlo sobre la muñeca de Katsuki.

-Ahora si, cógeme duro con eso puesto.

Al llegar a la oficina ese día, las felicitaciones de sus empleados no se hicieron esperar.

Flores, chocolates, costosas botellas de alcohol y demás llegaron sin parar de todos sus clientes y conocidos.

Ya por la noche y después del improvisado festejo con todo su staff, los cuatro amigos charlaban y reían en una exclusiva discoteca de la ciudad. La zona VIP se disfrutaba en lo alto con una excelente vista del lugar. Después de todo el secretario Hanta Sero era más que un excelente secretario.

-Todo corre por cuenta del lugar, señor. Mi hermano pone a su disposición cualquier cosa que necesite.

Después de muchos pares de cervezas y botellas de whisky, Bakugou se dejó convencer por Todoroki para bailar un poco.

Así que aprovechando el repentino buen humor del rubio, Shoto volvió a pedirle a que le dijera que era aquello que necesitaba hablar con él después de su viaje a Nueva York, puesto que días después su novio pareció no querer tocar el tema de repente.

-No te enojes, Katsuki. Es sólo que has evadido el tema por días y ni siquiera me has dicho si irás conmigo a la boda.

De pronto la relajada sensación que había llevado consigo el cumpleañero durante el día desapareció volviendo a zafar su brazo del agarre de Shoto cuando éste evitó que se fuera a sentar.

-No me estés jodiendo con esto justo ahora.

-¿Otra vez esa actitud? ¿Por qué tanto rodeo para responderme solo esa maldita cosa?

Mina se acercaba para evitar un desastre, puesto que estaba consciente del estrés que estaba causando en su jefe el no saber como contarle a su novio que se había reunido ya con Izuku.

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