CAPÍTULO 8

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-Voy a casarme, Kacchan.

Más rápido de lo que hubiera querido, Katsuki se alejó de Izuku cómo si de repente a éste le hubieran salido espinas en todo el cuerpo.

Cómo muy pocas veces en su vida le había sucedido, Bakugou se quedó sin palabras. No sabía definir exactamente lo que su mente y corazón trataban de transmitirle, su cabeza se convertía en un ruidoso y molesto lugar. Rebuscó una vez más en su saco esperando encontrar milagrosamente algún cigarrillo que le calmara un poco hasta que por obra de su maldita extraña suerte, halló la cajetilla en la bolsa trasera de sus pantalones.

¿Pero qué mierda...

Mientras Midoriya lo observaba nervioso esperando una respuesta o alguna reacción directa a lo que acababa de decir.

-¿Kacch...

-¿Debería importarme el que te vayas a casar? ¿Me citaste en este puto lugar para decirme algo de lo que me pude haber enterado en los periódicos?

-Lo siento, Kacchan, es sólo que... quiero pedirte una cosa.

Al fin habían llegado al punto, Katsuki suspiró fuerte y con expresión hastiada miró de frente al pecoso.

-No seré tu padrino o alguna clase de mierda como esa.

Izuku sonrió negando con la cabeza.

-No es eso. Es sólo que, yo quiero... bueno, quisiéramos que fueras tú el fotógrafo oficial de nuestra boda en Nueva York.

Katsuki Bakugou lo miró como si le hubieran salido tres cabezas más.

-¿Ah?

-Te pagaré todo, Kacchan. No importa la cantidad, solo... solo quiero que seas tú.

El fotógrafo se pasó una mano por el pelo debatiéndose entre reír o darle un puñetazo en la cara.

-¿Qué jodida idiotez estás diciendo, Deku? Mira, yo no sé si éste fue el motivo por el que volviste, pero no lo haré. Además, tengo mucho trabajo que no puedo dejar de lado solo porque tú quieres que cubra tu boda de mierda.

Katsuki caminaba de lado a lado mientras hablaba, totalmente descolocado y...

Es decir, ¿después de 10 años de haberlo abandonado venía el maldito a pedirle algo como eso? Si que tenía cojones.

-Pero, Kacchan yo...

El otro se paró en seco frente a él acortando distancia hasta quedar muy cerca de su rostro que se sonrojó involuntariamente.

-¿Tú qué? ¿tú qué, Izuku? Siempre eres tú, tú y tú. ¿Crees que puedes venir así nada más y pedirme que esté en el día de tu boda? ¿Quién te crees que eres? En los putos Estados Unidos te podrán besar el culo pero yo no.

¿Por qué se sentía tan ofendido?

-¿Por qué no? No te estoy pidiendo que lo hagas gratis. Te pagaré, es más, de lo que me pidas te daré el doble.

Negando una y otra vez, Bakugou seguía sin creer lo que oía.

No, no estaba ofendido.

-Maldita sea contigo, Izuku. Además, ¿Qué significa eso de quisiéramos? Acaso tu "prometida" sabe de mí?

-Sabe que eres un viejo amigo mío y que... soy fanático tuyo de la fotografía.

La risa socarrona y cruel que brotó del pecho del rubio provocó a Izuku alzar la vista del suelo en donde parecía contar cada pequeña piedra bajo sus pies.

-¿Un viejo amigo?

Estaba herido.

Katsuki ya no podía retener el resentimiento en su pecho.

-Si, Kacchan por favor. Es un día muy importante para ella y quisiera...

-¿Ella? ¿Y no lo es para ti también?

Izuku no sabía si era especial en la misma medida que Uraraka. Justo en ese momento frente a Katsuki, su vida se dibujaba ante sus ojos demasiado insignificante.

-Si, lo es. Aunque si en verdad no quieres hacer esto...

En medio del silencio que quedó entre los dos, Katsuki pudo pensar un poco más tranquilo y se dijo que realmente no había motivo para no hacerlo. Solo eran Deku y su estúpida novia.

Se convenció a si mismo de que era tan sólo un trabajo más. Nada más.

-Lo haré.

Por primera vez, los ojos del pecoso se iluminaron transformando por completo su rostro afligido por uno lleno de ilusión.

-Lo haré y no necesitaras pagarme ni una mierda. Cubriré tu maldita boda, tómalo como regalo de bodas de un viejo amigo.

En ese momento cuando Midoriya iba replicar, su teléfono celular comenzó a sonar.

Metiendo las manos en los bolsillos de su saco Katsuki dio un pasó hacia atrás. El parque ahora no parecía tan acogedor cómo cuando había llegado.

-Me voy. Envíame los detalles por e-mail.

Dando media vuelta, Katsuki sintió la mirada de su pecoso pegada a su espalda mientras éste se quedaba de pie bajo aquel maldito árbol que le había hecho recordar lo mucho que alguna vez amó ese bastardo. Después de todo, el recuerdo que Deku quiso lograr había dado un perfecto resultado.

°
°

-¿Qué tú qué?

Kirishima y Ashido se miraron con la boca abierta en la mesa del restaurante donde Bakugou los había citado después de dejar solo a Izuku en el parque.

-Pero, ¿cómo...? Es que... no entiendo nada. ¿Él era tu reunión?

-¿Qué es lo que no entiendes, idiota? Cubriremos la estúpida boda de Izuku y su extra en Nueva York. Es mi regalo de bodas.

Mina estiró una mano con cautela tomando suavemente la mano de Katsuki entre la suya.

-Kats, ¿estás seguro de esto?, ¿estás bien?

De un jalón el rubio zafó su mano de la otra. Kirishima abrazó por los hombros a su chica negando suavemente con la cabeza.

-Si tú crees que es buena idea, te apoyaremos, Katsubro.

Después de terminar su trago de una sola vez, Katsuki se quedó mirando largo rato por la ventana preguntándose si realmente había sido una buena idea darle gusto al maldito ese.

-Yo me encargaré de todos sus gastos y recibirán su parte del dinero correspondiente como siempre. Así que, véanlo cómo un trabajo más, porque es lo que es.

- Y, ¿qué le dirás a Shoto? El sabe quién es Izuku y los medios de comunicación se encargarán de dar a conocer que el mejor fotógrafo del país cubrirá la boda del mejor médico de Nueva York.

Mina pensaba en el bienestar de sus dos amigos, pues tenía muchísima más simpatía y cariño hacia Todoroki que por Midoriya, aunque jamás se lo dijera de esa forma a su jefe.

Bakugou volteó sus fieros ojos hacia ella.

-Le diré la verdad. Y lo llevaré conmigo.

Ambos chicos frente a él supieron al instante que, definitivamente, esa sería la peor idea de todas.

Ambos chicos frente a él supieron al instante que, definitivamente, esa sería la peor idea de todas

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