Capítulo 13

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Caminaba en silencio hacia la arboleda, la luna iluminaba su camino, faltaba poco más de una hora para la media noche y lo único que pensaba era el por qué Villalba le entregó la carta de su alteza real en vez de Phillip.

Eso la llevó a recordar la pelea que tuvo con su padre antes de poder salir del Castrum.

Sujetó con un poco de fuerza el collar de su alteza real antes de meterlo dentro de su bolsillo, la forma en cómo se había enterado que uno de sus compañeros lo tenía la hizo perder la cordura, golpeó al soldado justo en la cara cuando lo vió presumir el collar entre los demás escuderos.

Se había lastimado los nudillos al golpearlo esa tarde, de ninguna madera iba a permitir que un idiota profanara algo tan sagrado como lo era ese collar para su alteza real la princesa Evangeline.

Aún podía sentir sobre su piel el tacto de su padre y el de Phillip cuando intentaban quitarla de encima del soldado al que había estado golpeando.

«De habérmelo entregado cuando yo se lo pedí amablemente a ese idiota, su rostro no estaría mayugado» recordó lo que dijo antes de que la amonestaran.

No sólo Beaufoy le gritó sobre su mal comportamiento, o más bien, reacción ante una situación como esa, ambos eran compañeros y soldados, debían llevarse bien, aunque tuvieran o no algún inconveniente el uno con el otro. También recibió un fuerte regaño de parte de su padre, la reprendió por los golpes hacia el joven escudero y luego del por qué tenía una herida en la cara y otra en el brazo si no se había presentado a los entrenamientos del día.

Recordó la forma en cómo se le había helado la sangre cuando su padre mencionó el nombre "Eva", diciendo que estaba completamente seguro que ella era la razón principal de que ella estuviera tomando ese comportamiento.

Y no estaba del todo equivocado, sólo que no era de la forma en la que él lo estaba imaginando, ella no estaba siendo desobediente o impulsiva sólo porque sí, ella estaba entregándose como escudera, y esperaba que algún día poder hacerlo como una Caballero, hacia la mujer por quien estaba dispuesta a entregar su vida y por quien ha estado experimentado aquellas nuevas sensaciones y sentimientos.

Pero durante el calor de toda esa discusión con su padre, él le ordenó no volver a salir del Castrum si era para encontrarse con Eva en la cantina, se sintió molesta, frustrada, porque él no lo entendía, él no la estaba entendiendo, y entre esa mala combinación de lo que sentía, ella no midió lo que salía de su boca y terminó confesándole a su padre sus sentimientos hacia Evangeline.

Sentía un ligero nudo en su garganta al no haber consiguido entender el significado de la forma en cómo la miró su padre después de haberla escuchado decir lo que sentía por Evangeline, el silencio de parte del varón la hizo desear no haberlo dicho, tampoco entendió lo que los ojos de su padre le dijeron luego de que la obligó a prometer que no saldría de su habitación esa noche.

Salió de sus pensamientos cuando empezó adentrarse a la arboleda, recorriendo el mismo camino que la noche anterior, bajo la luz de la luna.

Luego de caminar unos minutos visualizó a unos metros el hermoso lago que era rodeado por los grandes árboles.

Se detuvo por un momento, frunciendo ligeramente el entrecejo cuando escuchó un ruido que le pareció familiar pero que no lograba identificar específicamente de qué.

Miró un pedazo de metal brillar que se dirigía hacia ella, esquivó el objeto, llevando su mirada color ámbar hacia donde se estrelló.

Una fecha.

Volvió su mirada hacia donde había visto venir la flecha.

— Oh, eres tú.

La voz de la princesa Evangeline fue recibida con deleite por los oídos de la escudera.

Emperatriz - Bellow DiamondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora