Capítulo 33

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🄰🄳🅅🄴🅁🅃🄴🄽🄲🄸🄰

El siguiente capítulo
describe y desarrolla
lenguaje sexualmente
explícito no apto para
todo público

Se sugiere
DISCRECIÓN
de parte del
lector

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Dedicatoria a:
Hielo_frio_official

Por alguna razón ya nada le dolía en su cuerpo, se sentía bien, hasta cierto punto, a pesar de sentirse ligeramente incómoda por el escalofriante rugir del cielo, era como si el creador del cielo y la tierra le quisiera decir algo.. así lo sentía Janet, o quizás ya había caído en la locura debido a su agobiante encierro en el calabozo.

Por algún motivo sentía que su cuerpo estaba arrecostado sobre una superficie tan suave como si pudiera flotar y así las nubes le pudieran acariciar la espalda.

Sus párpados se sentían tan pesados como una bala de cañón, lo que no le permitía ver con claridad en absoluto, parpadeó un par de veces, lo que le ayudó a poder distinguir una figura en frente suyo.

Era una figura muy hermosa, tan hermosa como si estuviera en presencia de un ángel.

— ¿Acaso ya he muerto.? — murmuró, tragando en seco, alzó ligeramente una de sus manos para intentar tocar el hermoso rostro enfrente suyo — ¿Estoy en el cielo o por qué mis ojos ven a un hermoso ángel..?

Escuchó al ángel reír en el momento en el que le ofreció una cálida sonrisa.

— No, no estás en el cielo, mi sol...— amplió su sonrisa.

— ¿Ah, no? — respondió, ladeando la cabeza a un lado.

Evangeline acarició el cabello rubio de Janet al emitir un corto sonido de negación.

— No estás en el cielo.— repitió —. Lastimosamente no lo estás, en cambio, te encuentras en mi castillo.. para ser más exacta, estás en mis aposentos, durmiendo conmigo.— explicó, sonriendo.

Janet frunció ligeramente sus cejas al intentar enfocar su mirada en el rostro moreno de Evangeline, nuevamente, parpadeó varias veces al relamer sus labios con lentitud.

— Yo sigo viendo a un hermoso ángel.— insistió, acariciando con la punta de sus dedos la mejilla sonrojada de Evangeline.

— ¿No quieres un poco de agua.? — preguntó la albina, suavizando su mirada —. Has dormido durante casi un día entero, debes estar hambrienta y sedienta.— mencionó con una voz suave la mujer de ojos azules, aún acariciándole los rubios cabellos.

— Quiero seguir observándole su hermoso rostro, mi amada luna, en caso de que esto sólo sea uno de mis sueños, así pueda tener presente la fresca memoria de su delicada belleza.— confesó la oji ámbar al deslizar su mirada por el rostro de la morena.

— No debes preocuparte por eso, mi amor.— respondió, posicionando su mano libre sobre la mano de Janet que se encontraba en su mejilla, manteniéndola ahí, siendo así la forma en la que ambas sintieran la calidez de la otra —. Estoy aquí contigo.. soy tan real como el aire que respiras...— continuó, sonriendo.

Janet se percató que su cabeza descansaba sobre la pelvis de Evangeline, su cuerpo estaba en medio de las piernas de la morena, fue entonces que sintió sus mejillas calentarse.

Emperatriz - Bellow DiamondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora