Capítulo 7

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El siguiente capítulo
expresa lenguaje ofensivo
racista y clasista.

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DE PARTE DEL LECTOR

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Janet sintió que el aire se detuvo en su garganta, apartó la mirada hacia un lado.

- Es una larga historia.- respondió, suspiró y volvió su mirada hacia el castaño.

Phillip se cruzó de brazos, conectando nuevamente su mirada verde con los ámbar de la soldado.

- ¿Seguirás viéndote con ella? - preguntó y observó como la rubia se encogió de hombros -. Janet, eso es peligroso.- señaló.

- ¿Qué insinúas que voy hace, enamorarla y quedarme con el imperio?

- Eso sería traición, Janet.

- No me señales como si hubiera hecho algo malo, solo la ayudé a no quedarse con algún desconocido cuando estaba ebria.- se defendió.

- ¿Qué hay de sus guardias? Es la heredera al trono, sería una idea estúpida que fuese sin la guardia real estando en la fiesta de boda de su hermana.- elevó los brazos.

- Espera, ¿cómo sabías que era la fiesta de boda de la princesa Victoria? - frunció el entrecejo.

Phillip mantuvo la mirada fija sobre los ojos de Janet.

- ¿Cómo lo sabía? Por favor, Janet, es una princesa del imperio al que servimos, no era un rumor o secreto que ella iba a casarse y harían una fiesta.

La escudera apretó ligeramente la mandíbula, empezaba a creer que en serio ella era la única que no sabía tantas cosas sobre la realeza.

- ¿Solo viniste a esto? - interrogó, cruzándose de brazos.

El castaño suspiró y se acercó a Janet, de su bolsillo sacó una carta, también tenía el seño real, Janet tragó en seco.

- También venía para entregarte esto.- extendió la carta -. Supongo que debe venir de parte de la princesa Evangeline... No sé qué está pasando entre ustedes dos, pero no quiero que te metas en problemas.- comentó el castaño -. Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites, pero tampoco me arrastres a la boca del león.

Janet tomó la carta y observó el sello.

- Gracias, Phillip.- formuló en voz baja la rubia, elevó la mirada y vió al oji verde asentir con la cabeza.

La puerta se abrió, sobresaltando a ambos escuderos, la rubia escondió la carta bajo la sabana mientras Phillip se volteaba.

- Señor Diamond.- reverenció al mayor -. Solo venía para saber sobre el estado de Janet.- comentó sonriendo -. Ahora que sé que está mejor puedo retirarme con tranquilidad, pasen buenas noches.- continuó, caminando hacia la puerta.

Michael sonrió de lado dejando cortas palmadas sobre el hombro del menor.

- Si le gustaras a Janet podría jurar que les daría mi bendición para estar juntos.- comentó riendo.

- ¿Qué? - preguntaron ambos escuderos.

Michael soltó una carcajada.

- Que cosas dice señor, me halaga.- respondió Phillip, sintiendo sus mejillas enrojecidas calentarse de poco a poco.

Emperatriz - Bellow DiamondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora