Capítulo 35

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🄰🄳🅅🄴🅁🅃🄴🄽🄲🄸🄰

El siguiente capítulo
describe y desarrolla
lenguaje sexualmente
explícito no apto para
todo público

Se sugiere
DISCRECIÓN
de parte del
lector
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Dedicatoria a:
5737gigdkzt

La extensa oscuridad de la noche había caído como manto sobre las tierras de la provincia de su alteza real hacia varias horas atrás, los príncipes más jóvenes se encontraban descansando en sus respectivos aposentos, mientras la princesa Evangeline y la ex-comandante Janet se encontraban a solas dentro de los aposentos de la sucesora al trono.

La mujer de cabellos rubios al estar sentada sobre el borde de la cama, observaba a su amada albina desde su lugar, Evangeline se encontraba de pie frente a Janet.

— ¿Tú harías todo lo que te ordenen por mi, Janet? — preguntó la morena, volteando su mirada azulada hacia su amado sol.

— Haría cualquier cosa por usted, mi princesa.— respondió sin dudarlo.

Evangeline sonrió de lado al inclinar su cabeza, para así poder deslizar la tela de su abrigo hasta hacerlo caer al suelo, permitiéndole mostrar su ligeramente largo caftán blanco, cual dejaba la piel de su clavícula descubierta.

El intenso y profundo océano azul y su amado sol ambarino, cual tan hermosamente brillaba y le regalaba calidez, se mantuvo sobre su mirada azulada, hasta que delicadamente comenzó a deslizarse a lo largo de su cuerpo, observando su caftán.

Evangeline se aproximó a Janet, meneando con delicadeza y sensualidad sus caderas.

— Tienes en frente de ti a la mujer más hermosa del mundo...— mencionó en voz baja.

Estando una vez a centímetros de distancia, la princesa se sentó ahorcajadas sobre el regazo de la ex-comandante, deslizando lentamente sus manos sobre los hombros de su amada rubia.

— Ahora hablemos sobre lealtad, mi amor.— mencionó la princesa, sintiendo las fuertes manos de su amante sobre su cintura, manteniendo la cercanía de sus cuerpos — ¿Harías todo lo que yo te pidiera a pesar de las consecuencias? — preguntó, deslizando su mirada al rededor del hermoso rostro de su sol, detallando cada parte de ella, desde el más bonito lunar hasta la más pequeño peca.

— Seguiré sus palabras al pie de la letra, porque sus deseos son órdenes para mi, mi amada luna.— fue el turno de Janet de hablar.

— Entonces, hablemos de amor, mi sol..— susurró la morena sobre el oído de la rubia — ¿Confiarías en mi sobre todos los demás? — preguntó la princesa, dibujando pequeños círculos imaginarios sobre los hombros de la ex-comandante con la punta de sus dedos.

— Confío ciegamente en usted, su alteza.— respondió firmemente.

Evangeline sonrió, inclinando la cabeza hacia un lado.

— Empiezo a creer que no comprendes la forma en cómo detesto éstas formalidades que tienes conmigo, Janet.— mencionó la mujer de intensos ojos azules —. Quiero que me llames por mi nombre, cuando estoy contigo no quiero ser una princesa, quiero ser la mujer que amas, la misma que te ama profundamente.— confesó —. Deseo que sólo seamos tú y yo cuando estemos a solas.. ¿acaso eso no te gustaría, mi sol..? — propuso la albina.

Emperatriz - Bellow DiamondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora