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Realmente subestimé el deseo sexual de Ridgewell, Tord pensó mientras chupaba la polla de su profesor una semana después. Era la quinta vez y tan solo había pasado una semana que se había encontrado de rodillas delante de Ridgewell. Tord tuvo que admitir que no era desagradable ni nada por el estilo; Podría haber sido mucho peor.

La polla de Ridgewell estaba siempre impecable y sabía bien. Claro, el tamaño hacía que la cosa sea algo dificil de lo que debería ser, pero después de las primeras veces, se había acostumbrado a ello y su mandíbula ya había dejado de doler. Además, en su mayoría Ridgewell hacía la mayor parte del trabajo, sosteniendo la cabeza de Tord y simplemente follándole la boca. Sin embargo, hubo ocasiones, como hoy, en que Ridgewell ordenó a Tord lamerle y chuparle la polla despacio. Eso era más difícil, pero Tord no podia dejar un trabajo a medias: Ridgewell le pagó mucho dinero por hacer esto, después de todo.

Si alguien le hubiera dicho hace unas semanas que estaría chupando la polla de otro tipo cada día, se habría reído. Si alguien le hubiera dicho que ese tipo sería su Profesor Ridgewell, Tord habría pensado que era una muy mala broma, para nada divertida.

Sin embargo, allí estaba él, chupando la polla de Ridgewell, con su gran mano guiándole la cabeza mientras Tord bombeaba y chupaba su cabeza, girando su lengua alrededor de la punta de la polla, descubrió que con cada vez que pasaba le preocupaba menos el sabor. Ridgewell gruñó, sus caderas empujando hacia arriba ligeramente. Tord sabía que Ridgewell ya estaba cerca de acabar.

–Mírame. –Ridgewell exigió. Tord se encontró con los ojos oscuros y chupó la cabeza lentamente, luego más duro. Ridgewell agarró el cabello de Tord, empujó con fuerza y se corrió. Tord se tragó la corrida. No era un fan del sabor, pero sabía que a Ridgewell le gustaba que lo hiciera, el sabor no era desagradable de todos modos. Después de un rato, sintió la mirada de Ridgewell clavada sobre el y levantó la vista de nuevo. Ridgewell lo miraba con una extraña expresión. De repente, Tord se dio cuenta de que todavía tenía la ablandada polla de Ridgewell en su boca y todavía estaba chupándola sin prestar atención, como si fuera un paleta grande.

Sonrojándose fuertemente, Tord dejó que la polla salga de su boca y se puso de pie rápidamente. –Yo sólo me distraje en otra parte. –Dijo, alejándose y limpiándose la boca.

–Yo no he dicho nada. –Dijo Ridgewell. Cuando oyó el sonido de una cremallera, el profesor Ridgewell se acomodo viendose impecable e intocable. Si Tord no viviera lo anterior nunca creería lo que había ocurrido en esa oficina. Tord pasó de un pie al otro. Echándose hacia atrás en su silla, Ridgewell torció las cejas.

–¿Sí? –Mierda, esto era jodidamente incómodo, pero la señora Hawkins le había dicho que iba a renunciar si no aumentaba su salario, para empeorar la situación, su renta vencía hoy.

Así que Tord se obligó a hablar. –Necesito dinero ¿Podría pagarme ahora? Quiero decir sé que no era lo que acordamos, pero–…

–Ven aquí. –Tord se callo a media frase y se dirigio hacia él. No podía leer la expresión de Ridgewell, el tomó su muñeca y lo tiró en su regazo.

–¿Pero qué-?

–¿Qué hay en esto para mí? –Ridgewell dijo de forma burlesca, usando las palabras que Tord le había dicho hace una semana. Tord se apoderó del respaldo de la silla, sintiéndose incómodo y algo extraño. Nunca había imaginado que estaría en esta situación: sentado en el regazo del Profesor tratando de sacarle dinero.

–¿Qué quieres? ¿Otra mamada? –Ridgewell lo analizo.

–Si dejas que te toque y te bese te daré el dinero. –Tord parpadeó. Bajó la mirada a los labios de Ridgewell y sintió una sensación extraña en su estómago.

–No lo sé, quiero decir, soy heterosexual. Eso sería… un poco extraño. –Los labios que estaba mirando se torcieron.

–¿Más extraño que chuparme la polla, Larsson? –Tord sentía unas ganas de soltar una risa nerviosa dentro de él.

–Bueno, cuando lo pone de ese modo, creo que tiene razón. –Ridgewell envolvió una mano alrededor del cuello de Tord, acariciando suavemente con su pulgar.

–¿Y bien? –Tord se encogió de hombros.

–Bien, lo que sea. –Parecía como si Ridgewell hubiera estado esperando sólo por esas palabras, porque lo siguiente que Tord supo, es que tenía la lengua de su profesor en la boca. Los ojos de Tord se abrieron con sorpresa, pero se obligó a relajarse.

Cerró los ojos, tratando de distraerse de lo que estaba sucediendo y fallando. Para su sorpresa, Ridgewell era bastante buen besador. No era descuidado, y el beso no era horrible, pero era extraño. Él estaba siendo besado por un hombre, no una chica. Ridgewell besaba de la misma forma en que actuaba: mandón, exigente y duro. Unos minutos despues, Ridgewell finalmente había terminado de besarlo y los labios de Tord estaban hinchados y algo sensibles. Se sentía un poco abrumado y perdido. Ridgewell tomó una mirada en él, resopló y lo empujó fuera de su regazo. Tord se puso de pie tambaleándose y se acomodo para irse.

–Usted no cobró su paga, Larsson. –Pago. Exacto. Tord volvió y no lo miro mientras Ridgewell puso dinero en su bolsillo.

–Ahora váyase. –Dijo Ridgewell –Tengo tareas que revisar. –Tord estaba simplemente muy feliz de obedecer aquella petición. Una vez que estuvo fuera de la oficina, tocó sus labios aún hinchados que le hormigueaban.




















Que ganas de ser besador por Tom o besuquearse al Tord, este capítulo no estuvo tan largo así que fue más fácil de adaptarlo, comenten más me gusta ver los comentarios ☝️
-F r a n

Retorcido [TomTord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora