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El primo de Tord, Paul, vivía en la parte menos que segura de la ciudad, fue en parte la razón por la que Tord no lo vio tanto. La otra razón era que su primo había estado extraño como el infierno después de haber sido liberado de la cárcel hace seis meses, parecía deprimido y distante, como si no estuviera realmente allí.

Al principio Tord lo atribuyó a la muerte de su tía… ella había muerto, mientras Paul todavía estaba en la prisión pero no parecía ser el caso, en lugar de mejorar, su primo sólo parecía más deprimido al pasar el tiempo. Tord se preocupaba por él, por supuesto, pero la verdad sea dicha, tenía problemas más presenciales en que pensar a su alrededor y no tenía tiempo para visitar a su primo. Pero dado que había tenido que dejar a las niñas en casa de la señora Hawkins antes de su turno nocturno, Tord decidió hacer un pequeño desvío y averiguar cómo Paul lo estaba conllevando.

Su primo le saludó con una sonrisa.

Hola, vamos pasa. –Le dijo abriendo más la puerta, tomó a Tord un momento para recuperarse de su sorpresa. –Te ves bien. –Dijo palmeándole el hombro y entrando en el departamento.

Paul se veía genial de hecho; él siempre había sido el más apuesto de los dos. Podrían compartir el cabello castaño y los ojos de sus madres, pero era donde terminaban las similitudes. Los rasgos de su primo eran mucho más llamativos, francamente exquisito.

–¿Cómo están las chicas? –Preguntó Paul, alejándolo de sus pensamientos.

–Bien, tengo el turno nocturno esta noche, así que acabo de dejarlas en lo de su niñera. –Paul se sentó en el sofá, con las piernas cruzadas, y palmeó el lugar junto a él. Sacándose la chaqueta, Tord tomó asiento. –Realmente no puedo quedarme. –Dijo mirando su reloj. –O voy a llegar tarde al trabajo, sólo quería chequear y ver cómo estaba.

La puerta se abrió y un hombre entró en el departamento, al ver a Tord, se detuvo y se quedó mirando. Tord le devolvió la mirada fija, el hombre era alto y muy guapo claramente de ascendencia polaca.

–¿Quién es este? –Preguntó el hombre.

–Es mi primo, Tord. –Dijo Paul, más bien a la defensiva. –Tord, él es Patryck.

Tord esperó una explicación, pero no hubo ninguna. Cuando Patryck se acercó, inclinó la cabeza de Paul y le dio un beso, las explicaciones ya no eran necesarias… El beso siguió y siguió, y Tord sólo podía mirar, había estado bastante seguro de que Paul era completamente heterosexual… Bueno, al parecer no. Su primo de hecho gimió y Tord  miró hacia otro lado, más allá de incómodo, se puso de pie y se aclaró la garganta.

–Mmh, será mejor que me vaya. –Él se rió entre dientes. –Tú claramente estas muy bien. –Detrás de él, los besos se detuvieron.

–Mira. –Dijo Paul, sonando avergonzado. –Yo…

–Tú no tienes que explicar nada. –Dijo Tord rápidamente y camino hacia la puerta. –Me voy.

–Espera. –Dijo Paul.

–Ya está oscuro, no es seguro caminar solo por aquí… Patryck te llevará a tu casa.

–¿Lo haré? –Patryck murmuró.

–No, en realidad no es necesario.

–Él lo hará. –Dijo Paul.

–Supongo que lo haré. –Dijo Patryck, dandole a Paul un breve y duro beso. –Tú mejor estarás desnudo y listo cuando yo regrese, cejitas. –Sonrojándose, Paul empujó a Patryck hacia la puerta.

–Voy a ir la próxima semana. –Dijo Paul a Tord. –No he visto a las niñas en décadas. –Tord solo asintió y se deslizó en su chaqueta. Patryck pasó junto a él.

Retorcido [TomTord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora