Retorcido [TomTord]

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Tord pasó unas horas jugando con Ell y Matilda después de la cena, cuando las gemelas finalmente se agotaron y se durmieron, Tord volvió al dormitorio que le asignaron con Ridgewell. Estaba vacío, sin saber si estaba aliviado o decepcionado, Tord cogió ropa limpia y tomó una larga ducha, se quedó por un rato con el agua cayendo sobre su cuerpo desnudo y pensó en el hecho de que iba a compartir la cama con Ridgewell… toda la noche.  Tord se miró la polla medio dura y suspiró, esto era todo tan confuso, Ridgewell era un hombre, era también un jodido desgraciado, él no podría estar emocionado por compartir la cama con él.

Molesto con su cuerpo, Tord se secó, se vistió, y caminó de regreso al dormitorio. Al principio, pensó que Ridgewell estaba todavía en otro sitio, entonces vio una figura alta en el balcón. Despacio, Tord hizo su camino hacia la puerta, la abrió y salió a la noche, cuando el aire frío le golpeó se estremeció un poco y envolvió sus brazos alrededor de sí mismo para mantener el calor. Estaba bastante cálido para noviembre, pero no era lo suficientemente caliente para una capa delgada de ropa. Ridgewell tenía un cigarrillo en la mano, ni siquiera volteo la cabeza, Tord se apoyó en las barandillas del balcón imitando la postura de Ridgewell.

–Él realmente está enfermo, sabes. –Se dio cuenta de la rigidez sutil en los hombros de Ridgewell sólo porque él lo estaba observando de cerca.

–Sí. –Dijo Ridgewell con la voz apagada. –Se está muriendo. –Tord no podía decir que estaba sorprendido.

–Lo siento. –Se encogió de hombros y Ridgewell dio una larga calada a su cigarrillo.

–No hay amor perdido entre nosotros. –Tord miró a la luna que se asomaba entre las nubes.

–Cuando mis padres murieron, dejaron deudas enormes, la casa tuvo que ser vendida para pagar a los acreedores, por lo que terminé sin hogar, apenas legal, y con dos niñas pequeñas que cuidar. A veces los odio por morir, por ser tan irresponsables y ponerme en esta posición. –Sentía la garganta cerrarse y tuvo que tragar el nudo. Respirando el limpio aire nocturno, inclinó su rostro hacia arriba para sentir la brisa rozar su piel. –Pero los echo de menos, demasiado. –Ridgewell no dijo nada, en algún lugar en la distancia, una lechuza ululó.

–Él es tu papá. –Dijo Tord. Ridgewell apagó el cigarrillo.

–Yo no te traje aquí para que me puedas dar una conferencia sobre la importancia de la familia. –Su voz entrecortada, irritado.

–No, tú me trajiste aquí para molestar a tu padre y demostrar tu punto. ¿No crees que es lamentable y desagradable?

–Él no es ninguna víctima, morir no le hace ser menos mierda.

–No lo hace. –Tord estuvo de acuerdo.

–Y tú no sabes nada sobre nuestra relación.

–Tienes razón: no sé nada, ya hemos establecido que sólo soy un tonto chico lindo. –Ridgewell se volvió hacia él. Tord podía sentir el calor de su mirada, incluso en la oscuridad.

–Eres increíblemente molesto. –Dijo Ridgewell antes de jalonear a Tord hacia él y juntar sus labios, varios minutos después, Tord abrió los ojos.

–Esto es molesto, también, estás usando esa cosa de mi fijación oral contra mí. –Ridgewell lo besó otra vez, y todo se volvió mareado, caliente y abrumador.

Poco tiempo más tarde Tord abrió los ojos de nuevo y se encontró tirado en la cama desnudo, y Ridgewell estaba lamiendo su pezón.

–No vamos a tener sexo. –Dijo Tord.

–Por supuesto que no lo haremos. –Ridgewell estuvo de acuerdo, el estaba desnudo, también. La mirada aturdida de Tord se recorrió sobre los anchos hombros, el densamente musculoso pecho y tenso estómago, antes de quedarse en su dura polla, sintió su boca hacérsele agua.