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Por lo general, Tord era de sueño ligero, pero cuando la puerta de su habitación se abrió esa noche, Tord tuvo dificultad para despertarse, su mente mareada. Él se hundió más profundamente en el hombro caliente de Ridgewell, sus manos apretando alrededor su brazo. Las voces parecían venir de muy lejos.

–Tu hermano está dormido. –Dijo Ridgewell. –Regresa a la cama.

–¡Pero yo tuve una pesadilla! Tengo miedo... ¡Tord siempre me abraza cuando tengo miedo! –Era Ell. Tord trató de abrir los ojos pero no funcionó.

–Ell. –Dijo Ridgewell severamente. –Eres una niña inteligente, no puedes dormir con Tord porque la cama es demasiado pequeña para nosotros tres.

–Dormiré con Tord ¡Tú puedes ir a dormir con Matilda! –Ridgewell se rió entre dientes.

–Yo no creo que vaya a caber en tu cama, enana. –Ell reflexionó.

–Puedo dormir sobre ti, tú eres grande, y a Tord le gusta dormir encima tuyo. –Tord ciertamente lo hacía, a pesar de que era perturbador que Ell supiera eso.

–No puedes dormir en mí.

–¿Por qué?

–Porque… porque... Bien. –Rigdewell espetó al fin, para sorpresa de Tord. Chillando de alegría, Ell trepó a la cama y al pecho de Ridgewell.

–Eres muy cálido. –Dijo, bostezando. Él lo era en realidad, la habitación era muy fría, pero Thomas era muy cálido, tan cálido.

–Duerme y no te hagas pis encima mío. –Ridgewell se quejó.

–Yo no soy un bebé, soy grande ¡No me hago pis en la cama!

–Bien, ahora duérmete.

–Tienes pelo divertido en el pecho, Tord no tiene pelo divertido en su pecho ¿Por qué? –Eso hizo a Ridgewell pausar.

–Duerme.

–No te agrado. –Ell murmuró. –Te agrada más Matilda. –Un suspiro pesado salió de Ridgewell.

–¿Por qué crees que ella me agrada más?

–¡Le diste chocolate ayer! –Tord frunció el ceño mientras escuchaba.

–Porque ella lo pidió, debes pedirlo si quieres algo.

–Así que si yo pido ¿me darás algo? ¿Cualquier cosa?

–¿Si digo que sí, vas a dejar de hablar y dormir?

–¡Sí!

–Bien ¿Qué quieres?

–¡Quiero un cachorro! ¡Negro y esponjoso! ¡Con una estrella blanca en la frente! –Una pausa.

–Elije otra cosa.

–¡Pero dijiste cualquier cosa! –Tord volvió a dormirse, ahora sonriendo.


[. . .]


–Entonces… –Dijo Matt, echándose hacia atrás y meciéndose un poco en su silla. –¿Qué está pasando contigo y Ridgewell? –Tord levantó la vista de su plato a él.

–¿Eh? –Matt rió suavemente. –Vamos, no estoy ciego, ha estado sucediendo desde hace semanas. Creí que te cansarías de él para ahora, pero todavía te ves totalmente jodido la mayor parte del tiempo…

–Yo no lo hago. –Matt le dirigió una mirada chata, pellizcándose el puente de la nariz, Tord admitió. –Sí, está bien ¿Entonces qué? –Matt levantó las manos.

–Hey, yo no estoy juzgando lo que sea que haga flotar tu bote. –Se encogió de hombros con una sonrisa torcida. –No es asunto mío si tú estás enamorado de su polla. –Tord se dejó caer en su silla y miró sombríamente a Matt.

–Puede que sea un poquito más complicado que eso. –Se pasó una mano por la frente, suspirando. –Ni siquiera estoy seguro de cómo actuar con él en clases ya, es como si mi cerebro dejara de funcionar cuando él está cerca. –Él hizo una mueca. –Yo lo besé ayer afuera de su oficina, no pude evitarlo, tuvimos suerte de que era tarde y nadie nos vio…creo. –Las cejas de Matt casi alcanzaron el nacimiento del pelo.

–Espera ¿Están como en una relación? –Tord frotó el rabillo del ojo.

–No… quiero decir, no lo sé. Yo... yo, como que le di una llave de mi casa. –Matt se echó a reír. Tord le dio una patada bajo la mesa.

–Cállate, tenía mucho sentido hacerlo a veces él viene muy tarde, y no quiero que despierte a las niñas con su golpeteo…. Esto no significa lo que crees que significa.

–¿Oh enserio? –Tord dejó escapar un suspiro.

–No lo sé, las cosas han sido raras últimamente, el es tan bueno conmigo a veces, y me siento como... Me siento tan bien con él ¿sabes? –Feliz. –Es tan confuso.

–No jodas ¿Ustedes no hablan? –Tord se encogió de hombros.

–Claro, hablamos, pero no sobre eso. Él viene a mi casa por la noche y si las niñas están todavía despiertas, no es que no podamos tener una charla apropiada, si ellas ya están en la cama, no gastamos mucho tiempo hablando. –Sólo quiero tenerlo desnudo y sobre mí. –Y él no es exactamente del tipo conversador.

–Parece que él quisiera hablar esta vez. –Matt asintió hacia algo detrás de él, Tord volvió la cabeza y vio a Ridgewell caminar hacia él rápidamente. Tord se puso de pie y dio un paso lejos de la mesa justo cuando Ridgewell lo alcanzó.

–¿Algo está mal? –Tord murmuró, mirando a su alrededor. Estaban atrayendo miradas curiosas; los instructores normalmente no visitaban la cafetería. Los hombros de Ridgewell se relajaron un poco.

–No. –Dijo, dando la vuelta y saliendo de la cafetería, esperando claramente que Tord lo siguiera. Rodando los ojos pero Tord lo hizo.

–Me voy por unos días. –Dijo Ridgewell una vez que estaban afuera.

–¿Dónde? ¿Por qué?

–No importa, no te incumbe. –Tord cruzó los brazos sobre su pecho.

–¿De Verdad? Entonces ¿por qué siquiera me lo estás contando? –Ellos se quedaron mirando uno al otro. Tord se negó a bajar la mirada.

–Me voy. –Dijo Ridgewell con carácter definitivo.

–Bien, ve. –Tord se mordió el interior de la mejilla, tratando de contener docenas de preguntas. Preguntas que lo harían verse como una patética y necesitada niñita adolescente, Ridgewell dio un paso hacia él; sus rostros estaban sólo a pulgadas de distancia ahora. Había una extraña inquietud en los ojos oscuros de Ridgewell, slgo estaba cambiando entre ellos, y eso asustaba a Tord y le excitaba. Pasaron unos segundos, en que sólo se miraron, un tipo salió de la cafetería, y ellos se apartaron bruscamente.

–Señor. –El chico dijo respetuosamente a Ridgewell.

–Correcto. –Dijo Tord, metiéndose las manos en los bolsillos. –Me iré. –Antes de saltar sobre ti y besarte delante de todos, Ridgewell solo asintió con rigidez y se alejó.

Tord suspiró, maldita sea. Quizás unos pocos días de descanso podría hacerles bien, las cosas se estaban poniendo demasiado extrañas o quizás el problema era que ya no eran tan extrañas.































Aquí les dejo otra actualización mis chikilines
Creo que se me pasó decir que Tord es mayor de edad y tiene como 21 años pensé q si lo había aclarado, dos capitulos para terminar y apenas lo aviso jaja q loco pa que no piensen cosas malas ambos son adultos con pelos en los huevos.

Pronto les estaré subiendo los últimos dos capitulos...

-F r a n.

Retorcido [TomTord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora