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Ridgewell no regresó en unos pocos días, tampoco llamó… Tord sabía que podía llamar, pero la sola idea le hizo temblar. No quería parecer pegajoso, para el viernes, Tord no sabía qué pensar.

No ayudó el que Ell y Matilda continuaran preguntando dónde estaba el Sr. Ridgewell la pregunta para la que Tord no tenía respuesta ¿Dónde estaba él? Era un pensamiento persistente en la parte posterior de la mente de Tord el que Ridgewell era un compromiso-fóbico, tal vez lo había dejado porque esta cosa entre ellos le asustó. Si eso era así bien, que se joda, Tord estaría condenado si se dejara ser el tipo pegajoso.

–¿Qué te pasa, hombre? –Matt preguntó el viernes por la mañana, mientras que se sentaron en la clase de Ridgewell.

–Nada.

–Te ves como la mierda.

–No dormí bien. –Tord murmuró, frotándose los ojos, no era una mentira.

–Sólo estoy… –Se interrumpió a sí mismo, notando al profesor que entraba en el salón de clases.

No era Ridgewell, su corazón se hundió. La Profesora Honey se sentó detrás del escritorio de Ridgewell y sonrió a los estudiantes.

–Buenos días. –Dijo la mujer alegremente. –Voy a estar reemplazando al profesor Ridgewell hasta nuevo aviso. –Una alegría recorrió la habitación. Tord levantó la mano. –¿Sí, señor Larsson? –Dijo Honey.

–¿Dónde está el profesor Ridgewell? –Ella arqueó las cejas.

–Yo no creo que sea tu problema, pero si quieres saberlo... El Profesor Ridgewell está ausente debido a circunstancias familiares.

–Sí. –La chica sentada al otro lado de Tord murmuró. –He visto en las noticias que él se estará casando con la hija de un político. –Tord se quedó mirándola, aturdido. Matt le puso una mano en el hombro y le dijo algo, pero apenas podía oírlo ¿Casado? ¿Thomas?

–No puede ser verdad. –Susurró: más para sí mismo que para la chica. –Él es gay y él es... –Mío. Excepto que no lo era ¿verdad? No tenía ningún derecho a estar enojado, no eran nada el uno del otro.

–¿Estás bien? –Dijo Matt, quien lo miraba con el ceño fruncido.

–Estoy bien.

–Tord…

–¡Estoy jodidamente bien! –Tord respiró hondo y dijo, más suave. –Lo siento, estoy bien.


[. . .]


Tord volvió a casa temprano, se despidió de la niñera, se sentó en el sofá y vio a las gemelas jugar, sus vestidos estaban gastados y demasiado pequeños para ellas. Necesitaban ropa nueva, cerró los ojos y pensó en cuánto costaría, la Navidad no estaba muy lejos, y las Navidades eran caras, por lo que necesitaba ahorrar dinero. La nueva ropa para las niñas tendría que esperar hasta que encontrara un trabajo mejor.

Tord suspiró, frotándose la cara. Sí, eso era en lo que necesitaba enfocarse, no más distracciones… Las niñas dependían de él, el sofá se hundió cuando las chicas de pronto subieron a el.

–Estás triste. –Dijo Matilda.

–No nos gusta cuando estás triste. –Dijo Ell. Tord sonrió y envolvió sus brazos alrededor de ellas, tirando de ellas cerca. Eran muy cálidas, olían a jabón y dulces.

–No. –Dijo. –Por supuesto que no estoy triste.

–¿Cuándo va a volver el Sr. Ridgewell? –Preguntó Ell, una vez más, sus ojos verdes muy abiertos y brillando con lágrimas. –¡Él me prometió un cachorro! Con una estrella blanca en la frente.

–Sí ¿cuándo va a volver? –El corazón de Tord se apretó. En ese momento, él odiaba a Thomas Ridgewell más que a nada. Las chicas no tenían a nadie excepto a Tord; por supuesto que se habían apegado a Thomas, ya que había estado prácticamente viviendo con ellos durante el último par de semanas. Tord sonrió, pero se sentía más como una mueca.

–No creo que vaya a regresar, cariño. –Las cejas de Ell se fruncieron.

–¿Por qué? –¿Cómo se suponía que iba a responder a eso? Tord desvió la mirada.

–Porque él tiene su propia familia y parece que su padre le pidió que se casara. –Al menos esa era la única explicación que se le ocurría. –Él va a formar una familia ahora.

–¿Por qué? –Dijo Ell.

–¿Por qué? –El labio inferior de Matilda tembló con tristeza. Tord miró entre ellas y no sabía qué decir.

–No sé, nena –Murmuró, presionando sus labios en la frente de Matilda y abrazando a Ell más cerca. –No lo sé…


























Me da tristeza Tord pero también me da coraje JAJA
Si ve que no tiene nada serio pa que deja que Thomas vaya a su casa, nomás encariño a las niñas y toda se enoja con el que mamón JAJA

Pero igual te quiero Tord defiende lo que es tuyo vv 🗣️❗

-F r a n.

Retorcido [TomTord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora