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Tord se despertó en medio de la noche, temblando, se acurrucó más profundo debajo de las sábanas, la habitación estaba fría y húmeda, como de costumbre, pero era más difícil de ignorar después de semanas de compartir el calor corporal con otra persona. Echaba de menos estar cálido.

Tord suspiró, giró sobre su estómago y abrazó la almohada, enfadado consigo mismo, esto se le estaba yendo de las manos. Suficiente… al carajo con Ridgewell y al carajo con su estúpido cuerpo cálido, al carajo con él pero no importaba lo que se dijera, el dolor en el estómago todavía estaba allí.  El hambre y la necesidad que iba más allá del sexo, quería el cuerpo de Ridgewell junto a él, grande y caliente. Incluso quería oír sus comentarios mordaces, sentir su aliento contra su piel.

Se tensó y levantó la cabeza, podría haber jurado que oyó voces procedentes del living pero las chicas no podían estar despiertas, ¿verdad? Con el ceño fruncido, Tord salió de la cama, temblando violentamente mientras el aire frío golpeó su piel, y encaró hacia la puerta. Había luz en la sala, pero no significaba nada… él había dejado la lámpara, ya que las gemelas tenían miedo a la oscuridad.

Tord abrió la puerta sin hacer ruido y se congeló, Ridgewell estaba sentado en el suelo junto a la cama de las niñas, una de las gemelas en su regazo. El corazón de Tord comenzó a latir en su pecho, el estaba de vuelta… estaba de vuelta.

–¿Dónde estabas? –Dijo su hermana, frotándose los ojos adormilados con una mano mientras con la otra jugaba con la corbata de Ridgewell, era Matilda.

Ridgewell parecía tener alguna debilidad por Matilda, aunque era extraño que el estuviera tolerando esto incluso de Matilda. Eso fue hasta que Tord estudió la cara de Ridgewell, incluso en la tenue luz de la lámpara, su rostro se veía, extrañamente, con la guardia baja y cansado.

–Yo estaba visitando a mi familia. –Murmuró Ridgewell.

–Me acuerdo de tu familia… a tu papá no le gustamos mucho nosotros. –Una extraña expresión cruzó el rostro de Ridgewell. Él no dijo nada. –Tord dijo que estabas haciendo una nueva familia. –Ridgewell se tensó visiblemente.

–¿Lo hizo? –Matilda asintió.

–Él estaba muy triste. –Tord se sintió ruborizarse ¿Ella tenía que decirle eso? Ridgewell tenía una extraña expresión en su rostro.

–¿Lo estaba? –Murmuró.

–Yo estaba triste, también. –Dijo Matilda. –No entiendo ¿Por qué quieres una nueva familia? Nos tienes a nosotros. –Niños, pensó Tord, mordiéndose el labio. No tenían miedo, en cierto modo, los niños eran más valientes que los adultos. Ridgewell abrió la boca y volvió a cerrarla, era la primera vez que Tord le había visto quedarse sin palabras.

–No te preocupes, no voy a estar haciendo una nueva familia. –Tord exhaló ante su respuesta. –¿No se supone que deberías estar durmiendo, enana? –Matilda estudió a Ridgewell seriamente con sus grandes ojos azules.

–Estás triste, también ¿Algo malo pasó? –Una sonrisa sin sentido del humor retorció los labios de Ridgewell.

–Podrías decir eso.

–Cuando yo estoy triste, Tord me abraza y ya no me siento tan triste ¿Quieres un abrazo? –Tord esperaba que Ridgewell rechazara la oferta con una sonrisa burlona.

Él no lo hizo, el no dijo nada. Tomando su silencio como un sí, Matilda se puso de pie y puso sus cortos brazos alrededor del cuello de Ridgewell, el tuvo que sostenerla. Tord miró las grandes manos de Ridgewell en la espalda de su hermanita y luego a su rostro en blanco, estoico… silenciosamente, cerró la puerta y se dirigió de nuevo a la cama.

Unos veinte minutos pasaron antes de oír la puerta abrirse de nuevo, hubo un susurro de ropas antes de que el colchón se hundiera con el peso de Ridgewell y que él se deslizara bajo las sábanas junto a Tord. La velocidad con la que Tord se pegó a él habría sido embarazosa si Tord pudiera obligarse a que le importara; no lo hizo.

Sólo necesitaba que lo besara, necesitaba que lo tocara, así que él lo beso y Ridgewell le devolvió el beso igualmente hambriento, casi desesperados. Tord no estaba seguro cuántos minutos pasaron besándose se sintieron como horas y segundos al mismo tiempo… Cuando finalmente dejaron de besarse para respirar, Tord se sentía cálido de pies a cabeza. Enganchando su pierna sobre la cadera de Ridgewell, puso su cabeza en su pecho. El corazón de Ridgewell latiendo bajo su oído, fuerte y rápido, durante mucho tiempo, no había más que agradable silencio.

–Él murió ¿no? –Tord susurró al fin. Sintió a Ridgewell ponerse rígido debajo de él.

–Sí. –Tord dudó, sin saber qué decir.

–¿Qué pasó? Alguien dijo que ibas a casarte. –Ridgewell suspiró, algo que Tord sintió más que escuchó cuando el pecho de Ridgewell se expandió bajo su mejilla.

–Fueron las manipulaciones de Wallace de nuevo. Fui allí porque él me dijo que estaba en su lecho de muerte, cuando llegué, había una gran reunión.

–¿Qué tipo de reunión? –Dijo Tord, pasando los dedos por el pelo del pecho de Thomas.

–Un montón de políticos, empresarios ricos y periodistas… cuando llegué, Wallace hizo un anuncio. –Los ojos de Tord se agrandaron.

–¿Él realmente anunció tu compromiso sin preguntarte? Es una locura. –Wow. Él sabía que el padre de Thomas era un déspota, pero eso era ridículo, incluso para él. Ridgewell pareció vacilar.

–Creo que... No ha estado bien de la cabeza últimamente y él probablemente esperaba que a mí no me gustara hacer una escena delante de tantas personas influyentes y periodistas. Él tenía razón nuestra familia se habría convertido en un hazmerreír si yo hiciera eso, lo llevé a un lado y le dije que si él no negaba su anuncio, lo haría yo mismo. –Ridgewell hizo una pausa. Su voz era plana cuando él continuó –Él se puso furioso y tuvo un ataque al corazón, estaba muerto para la siguiente mañana. –Tord cerró los ojos.

–¿Arreglaron las cosas antes de morir? –Ridgewell se rió entre dientes, el sonido áspero y sin sentido del humor.

–No, incluso en su lecho de muerte, él me llamó la mayor decepción de su vida. Él trató de manipularme incluso mientras luchaba por respirar, amenazando con dejarle todo al marido de Tamara si yo no me casaba con esa chica, por supuesto que no lo haría, el era demasiado anticuado para eso. –Los labios de Tord rozaron la piel caliente y él respiró en ella, sintiendo el latido constante del corazón de Ridgewell contra su mejilla.

–Me alegro de que hayas vuelto, Thomas. –Sintió al cuerpo de Ridgewell ponerse rígido por un momento y luego relajarse en contra suyo. Un fuerte brazo se envolvió en torno a la espalda de Tord y tiró de él cerca. Tord no se quejó, se acurrucó más cerca de la calidez de Thomas y se quedó dormido momentáneamente, el dormía como un bebé, por primera vez en una semana.





































Está parte me encanta, siempre me dio ternura Matilda y que ablandará el corazón de Thomas por unos momentos es muy lindo 😭😭😭

-F r a n.

Retorcido [TomTord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora