Capítulo 30 - Negocio

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꧁༒•𝓝𝓮𝓰𝓸𝓬𝓲𝓸•༒꧂

NARRA DAMIAN

Me derrumbé nada más ver a Anya salir con George de la puerta. Estaba llorando sin parar en una esquina. La iban a vender a los Kurisu.

<<Si le llegase a ocurrir eso, no me lo podría perdonar en la vida>> pensé.

Y estaba pasando.

Me sentía un inútil. No podía impedirlo por más que quisiera. Tenía a un psicópata vigilándome horas y horas sin pegar ojo.

Y todo por una amenaza. Liam no hacía más que utilizarme como rehén para conseguir que Anya fuese su esclava. Eso sí que no me lo podía perdonar. Si no me hubieran atrapado, Anya no tendría que obedecerle.

Liam me lo había avisado de antemano. Me avisó que esto pasaría y yo como un imbécil no había hecho nada. Cuando tuve la oportunidad de escapar con Anya, no hice nada. Me sentía un desgraciado analizándolo todo ahora. Me iba a volver loco un día de estos.

<<Quién lo diría: estoy loco por ella. Completamente loco>> me dije.

Si me hubiera dado cuenta mucho antes, nada de lo que estaba pasando estaría ocurriendo, ¿verdad?

No estaba seguro pero sabía que muchos problemas que habíamos tenido los habríamos arreglado mucho antes.

<<Pero muchos otros problemas habrían aparecido>> deduje.

—Mierda —maldije entredientes.

—¡Ey, muchacho! —exclamó Liam con un periódico entre las manos—. Me estás desconcentrando. Cállate.

Puse los ojos en blanco y con el pie golpeé uno de los hierros de la jaula, lastimándome el pie sin querer.

Liam se levantó para ver lo que había sucedido.

—Serás tonto —me regañó analizando la lesión de mi pie—. Esto te pasa por haber caído en los encantos de mi hermana. ¡Hay que ver!

Eso me hizo ruborizar por alguna misteriosa razón.

—¿Encantos? —pregunté.

—Vamos, que te has enamorado de ella. No sabía que fueras tan enamoradizo, chaval.

—¿Enamoradizo yo? —repetí.

Alzó su cabeza y me miró.

—Sin duda alguna.

—¿En serio? —dudé.

Liam se levantó y suspiró.

—Si no me crees, ¿cómo crees que mi plan ha salido tan satisfactoriamente? —No sabía qué decir—. Porque ambos estáis demasiado coladitos.

Eso por alguna razón me puso el vello de punta.

—¿Eso piensas?

—Ugh... ¿por qué estoy diciendo esto? —murmuraba Liam—. Que sí. Te lo estoy repitiendo constantemente. Que os gustáis.

—¿Anya me quiere?

—¡Que sí! —exclamó agotado—. ¡Cómo odio responder a preguntas tan estúpidas!

—Anya me quiere...

—Ajá.

—¡Anya me quiere!

Me choqué la cabeza contra el suelo, desmayándome.

~~~

—¡Ey, ey, despierta! —decía alguien dándome palmaditas en las mejillas—. Ya era hora.

Me desperté y rápidamente sentí un escozor en la cabeza.

—¿Qué pasó? —pregunté acariciándome la cabeza.

Liam me miró con aburrimiento.

—Ni lo preguntes.

—¿Por qué me duele la cabeza?

—¡No pienso responder a tus preguntas! —gritó y se volvió a sentar para leer el periódico.

Suspiré y me senté en el suelo mirando a los alrededores hasta que me encontré con alguien que estaba escondido en una esquina fuera de la sala.

Me hizo unas señas para que me callara y no le diese importancia. Cuando lo vi acercarse supe quién era y con quiénes iba acompañado.

<<Son ellos>> pensé.

Posteriormente empezaron a atacar a Liam. Me dio un poco de pena porque me había empezado a caer bien pero luego recordé que iba a vender a su propia hermana.

Los padres de Anya consiguieron abrirme la puerta de la jaula y juntos pudimos escapar de ese lugar infernal.

~~~

Desde que acepté ir con mi padre, ya no parecía la misma persona. No me miraba y me trataba como a una desconocida. Esto era horrible. Sentía como si estuviera apunto de hacerme algo terrible pero no sabía el qué.

Estábamos rodeados de guardias que no sabía de dónde habían salido y me llevaron en una limusina. Cuando llegamos al destino, el edificio que tenía delate era gigantesco. Mínimo tendría unos veinte pisos.

Y cómo no, me llevaron al último piso.

Cuando mi padre abrió la puerta, no me creía lo que estaba viendo.

—Oh, vaya, has llegado.

George lo abrazó.

—Encantado —le dijo—, Kurisu.

—Es un honor teneros aquí —dijo mirándome—. ¿Un café?

—¿Qué es lo que hago aquí? —irrumpí.

George y Kurisu se miraron.

—¿Todavía no se lo has dicho? ¿Por qué? —le preguntó el presidente a George.

—No quería discutir con ella.

—¡¿Qué pasa?! —exclamé.

—Verás, Anya, puede que no estés de acuerdo con esto pero es algo que está decidido y no puedes evitarlo, así que te lo diré para terminar esto cuanto antes. Por favor, no lo hagas más complicado.

Miré a George.

—Anya...

—Voy a comprarte —me soltó Kurisu.

Pestañeé varias veces.

—¿Qué? Esto es una broma, ¿verdad?

Nadie dijo nada.

<<Ahora entiendo a lo que Damian se refería. Intentaba que yo no fuera con George para impedir que Kurisu me comprara>> pensé. <<Debe de ser por mis poderes. No sé qué intenciones tendrá Kurisu conmigo si acabo siendo de su familia. Esto puede ser peligroso, aún más cuando tenemos problemas con Westalis. No quiero ni imaginarme si estoy involucrada en asuntos de Ostania y Westalis... Oh, dios>>.

—No vas a discutir, ¿verdad? —No dije nada—. Buena, chica. Así me gusta: nada problemática. Muy bien.

<<Me lo imaginaba: no puedo leer la mente. Tal y como me explicó Liam, debe de tener el cacharro este que le impide leerle la mente. Kurisu debió haberle comprado ese cacharro a mi padre antes de comprarme. Lo tenía todo planeado>> deduje.

—George, ven conmigo y hablemos del precio —dijo Kurisu, llevándose a mi padre fuera del lugar.

En cuanto cerraron la puerta, empecé a llorar incontroladamente.

<<Por favor, que alguien me rescate>>.

Love You - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora