Love You - Damian x Anya

Capítulo 25 - Solo uno

꧁༒•𝓢𝓸𝓵𝓸 𝓾𝓷𝓸•༒꧂

NARRA DAMIAN

No podía creer lo que habían visto mis ojos. Sentía que había dejado de existir nada más ver a George tirarse por la azotea. No sentía mi cuerpo y tampoco podía hablar.

—E... estoy soñando, ¿verdad? —le escuché susurrar a Mira por un momento.

—Juraría que solo lo acabo de imaginar. No... no es posible que esto... —decía Ken.

Permanecía en silencio. Eché un suspiro de tristeza y miré a Mira durante un momento.

—Es... esto solo es un mal sueño. Tie... tiene que serlo —decía mientras se revolvía el moño hasta que tiró de él, dañándose a sí misma.

Jadeé al ver una cosa caer de su pelo.

—¡Mira, la horquilla! —exclamé antes de agacharme a recogerla—. ¡Podemos salir! —dije incorporándome a la altura de la cerradura para introducir la horquilla.

Tras varios intentos, conseguimos salir.

Nadie dijo nada ya que todos pensábamos en George y evitábamos mirar a esa parte de la azotea.

Buscábamos algo por el que bajar en la azotea, hasta que encontramos una escalera fija.

Corrimos hacia ella hasta que alguien me detuvo por detrás. Por un momento pensé que eran Ken o Mira pero cuando los vi corriendo delante de mí hacia la escalera, me paralicé.

Y mayor fue mi miedo en cuanto sentí la parte delantera de una pistola pegada a mi cabeza.

—Hola, Damian —decía una voz aterradora—. ¿Adónde crees que vas?

Vi a Mira y a Ken detenerse y mirarme aterrorizados.

Yo seguía asustado pero les hice unas señas de que se fueran que entendieron. Me miraron como si me lo agradecieran de corazón y con unas lágrimas en sus ojos, bajaron las escaleras.

—Sí que es complicada la amistad, sobre todo cuando sabes que la vas a perder algún día —seguía diciendo la voz en mi oreja.

—Sé que eres tú, Liam. Hace mucho que no nos vemos —dije seriamente a pesar de estar asustado por dentro.

—¿Cómo estás tan seguro? ¿Acaso ya has descubierto mi secreto? —preguntó.

—¿Qué? —dije y sentí cómo la pistola se despegaba de mi cabeza, permitiéndome darme la vuelta y verlo—. ¿Ethan?

—¿Lo ves? Has tardado en darte cuenta.

—¿Darme cuenta de qué? —pregunté como un tonto.

—¿Estás de graciosillo o qué? —Me callé intentando entender—. Soy yo, Liam... y Ethan... Ambos.

Me quedé en silencio, sin poder creerlo.

—¿Qué? ¿Te ha comido la lengua el gato? —bromeó.

—Estás de coña, ¿verdad?

Liam echó unas risitas y lentamente lo vi convirtiéndose físicamente en Ethan.

—¿Ahora crees que estoy de coña? —dijo sarcásticamente.

Lo único que me vino a la mente fueron unas palabras de George Glooman: "Nadie es lo que parece ser, chicos. Nadie".

~~~

Estaba en un parque con mamá, papá y Bond comiendo unos helados. Papá era el único que no estaba sosegado, pues decía que no le parecía bien perder el tiempo con la familia mientras estaba en una misión importante y, aunque yo intentase negar eso, por dentro sabía que papá decía la verdad.

No podía seguir evitando que lo que les estaba pasando a Ken y Damian no era nada importante.

Sentía que todos los avances que había hecho hasta ahora no habían servido nada para salvarlos, pensaba que solo me habían servido para salvarme a mí como la última vez.

Estos últimos días papá estuvo investigando al señor de la otra vez que supuestamente perdió la llave pero no encontró absolutamente nada.

Como si ese señor nunca hubiera existido.

A lo mejor, solo deberíamos habernos rendido. Estaba claro que nunca los encontraríamos a menos que me sacrificara... ¿Debería sacrificarme?

—Voy a por una bebida —les dije a mis padres, levantándome.

En cuanto me di media vuelta, no pude creer lo que mis ojos veían.

—¿Ken? —susurré, sorprendiendo a mis padres—. ¿Mira?

Mis padres se levantaron de inmediato y giraron sus cabezas hacia donde yo estaba mirando.

—Son ellos... —murmuró mamá, echando un jadeo.

Papá fue a socorrerlos, ya que por las pintas que tenían era demasiado evidente que se habían metido en muchos problemas.

Tenían la piel sucia, al igual que su ropa. Mira tenía los ojos llorosos y Ken ya no tenía el cuerpo esbelto de siempre, sino que estaba superdelgado.

—¿Mira, por qué tú...? —dije todavía sin poder creérmelo.

—Nos han secuestrado, Anya —decía Mira con una voz superdistinta.

—¿Tú también...? ¿Y... Damian? —pregunté sin poder evitarlo.

—Sigue secuestrado. A nosotros nos han dejado escapar pero porque si iban a por nosotros, Damian podría haber escapado; no por otra cosa —explicó Ken.

—Bueno, luego nos seguís contando. Primero os llevaremos a casa —dijo mamá, ayudándolos.

~~~

—Ya veo, así que eso pasó —decía papá pensativo y analizando todo lo que Ken y Mira dijeron.

—¡Qué intenso! ¡Es increíble cómo salisteis de la prisión! ¡Parecéis unos espías! —comenté y sentí los ojos de mis padres observándome fijamente por lo que dije—. Ups...

—Yo también estoy sorprendido —añadió Ken suspirando—. Pensé... no pensé que Liam me traicionaría de esa manera. Yo lo conocía de antes, bueno, mejor dicho, de hace unos días porque mi papá me lo presentó. Hablamos y tal pero no llegamos a conocernos tanto, luego, de un día para otro, Liam insistió en querer conocer a Damian. Eso me trajo muchas dudas y sospechas ya que solo le mencioné acerca de Damian muy por encima y no sabía por qué le había traído tanta curiosidad conocerlo. Cuando llegué a casa ese día, vi que Damian estaba muy preocupado por mí y me dijo que quería ayudarme pero yo le insistía en que no me ayudara porque no me fiaba tanto de Liam, pero acabé llevando a Damian adonde Liam. Me supuso mucho dolor el hecho de comportarme como un pandillero delante de Damian en cuanto vi a Liam aquel día. No pensé que Damian se decepcionaría tanto al verme de ese modo. Fue todo culpa mía...

Todos nos callamos al escuchar la confesión de Ken. No tenía ni idea sobre eso.

—¿Él os secuestró? —pregunté—. ¿Fue Liam?

—Sí —dijo Ken—. Creo que fue a través de la música porque fue lo último que vi antes de desmayarme.

—¡Entonces lo que tú, Mira, me mandaste fue cierto! —exclamé mirándola.

Ella asintió cabizbaja.

—¿Qué le mandaste? —preguntó Ken a Mira.

—Un mensaje para que fuera a ayudarnos. Era la única que pensaba que podía ayudarnos pero por lo que veo no fue necesario... —dijo Mira.

—Sí que lo fue —dijo papá—. Gracias a ese mensaje, descubrimos más cosas de las que os podéis imaginar, así que te doy las gracias por eso, Mira.

Ella asintió.

—Es un alivio. Sin embargo, todavía hay que ayudar a Damian.

Todos asentimos y nos pusimos manos a la obra.