Capítulo 14 - Sin poderes

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꧁༒•𝓢𝓲𝓷 𝓹𝓸𝓭𝓮𝓻𝓮𝓼•༒꧂

A lo mejor debí haberles contado acerca de lo del mensaje. A lo mejor no debí callarme.

Fui arrepintiéndome mientras me dirigía al arcade. Estaba asustada y no sabía el porqué. Solo podía releer y seguir releyendo el mensaje que me habían enviado.

Revisé el perfil pero no se veía claramente si era un chico o una chica. El mensaje decía que era Mira, lo cual significaba que era alguien que nos conocía a Mira y a mí. ¿Quién podría ser? ¿Por qué fingiría ser Mira? ¿O es... realmente Mira?

Llegué al arcade sin haber sacado muchas conclusiones y empecé a cantar. Afortunadamente, cantar me distraía un poco y me ayudaba a relajarme.

Pero cuando terminé de cantar, noté algo horrible. Algo que me dejó paralizada. Siempre que iba a cantar al arcade, me quedaba en el escenario, escuchando las mentes del público para ver si les había gustado o no, pero esta vez... no había respuesta.

Salí del escenario intentando escuchar la mente de alguien pero no podía.

<<¿Acaso es luna llena?>> pensé y comprobé el calendario.

No era luna llena. No entendía por qué había ocurrido esto y fue entonces cuando se me ocurrió algo:

<<¿He... perdido mis poderes?>> pensé por un momento.

No sabía qué hacer, así que pensé en llamarles a mis padres. Salí del arcade y me dispuse a llamarles.

—Pa...

De repente unos gánsteres aparecieron y me rodearon. Me susurraron que si no colgaba esa llamada, acabarían conmigo.

Estaba temblando, así que apagué la llamada y guardé el móvil en mi bolso sigilosamente.

Eran gigantes y me miraban con seriedad absoluta. No me sorprendería si fueran investigadores privados de alguna misión especial.

Vi que me estaban hablando pero yo no los escuchaba. Era Starligt de todas formas, hija de un espía y una sicaria. No podía darme por vencida con solo ver a unos tipos que medían más de dos metros.

Tenía que dejar de huir y enfrentar mis miedos.

Con o sin poderes, yo podía ser capaz de acabar con estos tipos. ¿Para qué me habían servido los entrenamientos de mamá si no podía ni enfrentarme a un tipo como ellos? No podía decepcionar a mamá. Debía ser fuerte y luchar como ella para dejarla orgullosa de mí.

Escuché que uno de los sujetos empezó a bromear de que no les entendía porque era una niñita, así que aproveché la ocasión y le di una patada en la entrepierna con todas mis fuerzas. Echó un gemido de dolor y retrocedió, cayendo al suelo, derrotado.

Sin embargo, no bajé la guardia y esquivé los ataques de los otros dos que estaban a punto de atraparme. Si me atrapaban, estaba segura de que me darían una paliza hasta que se quedaran tranquilos.

No pude atacar. Los dos hombres que quedaban estaban muy furiosos y alerta. No bajaban la guardia en ningún momento. Era consciente de que si seguía corriendo y esquivando los ataques, acabaría cansándome. Tampoco podía salir del callejón en el que estaba, porque cada gánster estaban vigilando cada salida de este.

Me eché a uno de ellos y empecé a golpearle pero él me había atrapado. Intenté soltarme, pero el otro también me había agarrado. Pensé que había llegado el fin cuando una silueta de una mujer apareció.

<<¡¿Mamá?!>> pensé durante un momento, llorando de felicidad.

Esta empezó a pelear con todas sus fuerzas y derrotó a todos los gánsteres. Por una parte estaba aliviada por lo ocurrido pero, por otra parte, supe inmediatamente que ella no era mamá. Una de las razones fue porque pude leer su mente (lo cual, al parecer, significaba que había recuperado mi poder misteriosamente) y otra de las razones fue porque conocía con exactitud los ataques de mamá. Ella habría matado a todos ellos pero esta mujer no lo hizo. Solo los hizo desmayar.

—¡Anya! ¿Estás bien? —preguntó y se acercó a mí para asegurarse de cómo estaba.

Se quitó el traje que le cubría y mostró su rostro verdadero.

—¡¿Melinda?! —exclamé.

Melinda sonrió, avergonzada.

—Sí, soy yo.

—¡Wow! ¡Ha sido increíble! ¡Me has salvado! —dije superentusiasmada.

—Me halagas, pero todo ha sido gracias a tu madre. Es una gran entrenadora.

Le di un tierno abrazo.

—Por cierto, ¿cómo me has encontrado?

—Vi la pelea por la calle. Si no hubiera sido por la noche, cualquiera podría haberos visto. Menos mal que me he enterado de lo sucedido —me respondió aliviada—. Y, Anya, debes tener más cuidado. Entiendo que sepas mucho acerca de defensa y ataque pero eso no significa que acabar con unos tipos superentrenados sea pan comido. Ellos podrían tener armas y herirte.

Asentí, culpándome.

—Tienes razón. Debo tener cuidado. Las peleas no son tan divertidas como en la tele.

Melinda me dirigió una sonrisa y me sacudió la ropa, la cual se había ensuciado un poco.

—Ven, te llevaré a tu apartamento.

—De hecho... —Melinda me miró— me gustaría pasar la noche en casa de mis padres. Me gustaría decirles varias cosas en persona...

Melinda asintió y juntas nos dirigimos a mi antigua casa.

Love You - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora