Capítulo 9 - Verdaderos sentimientos

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꧁༒•𝓥𝓮𝓻𝓭𝓪𝓭𝓮𝓻𝓸𝓼 𝓼𝓮𝓷𝓽𝓲𝓶𝓲𝓮𝓷𝓽𝓸𝓼•༒꧂

NARRA DAMIAN

No fue idea mía, sino que la de Ken. A mí no me interesaban nada los festivales, así que el encontrarme con Anya no fue intención mía. Además, ¿qué hacía borracha? ¿Acaso fue decisión suya? No sabía que tuviese tan poco control sobre ella misma... ni que bebiese, la verdad.

Menos mal que Ken y yo la encontramos en el festival justo cuando iba a desmayarse. Podría haberse dado un gran golpe en la cabeza...

No sabíamos si Anya había ido al concierto con alguien o sola, así que estuvimos un buen rato intentando comunicarnos con Becky o alguien conocido para ayudarnos. Al parecer, Becky y Emile estaban también en el festival y Anya fue quien insistió en irse sola a mirar el concierto. En mi opinión, debieron haberse preocupado más por ella.

En fin, Ken y yo llevamos a Anya al apartamento porque Becky y Emile querían tener una cita. La tumbamos en su cama y, para asegurarnos de que estuviera bien, nos quedamos a su lado.

Ken me miraba sorprendido y no entendía el porqué.

—Estás raro —me soltó.

—¿Por qué lo dices? —le pregunté mirando la hora.

—¿Por qué te preocupas tanto por tu exnovia?

—No es mi exnovia y me preocupo por ella porque ella no sabe cuidarse sola.

—Pensaba que la odiabas.

No supe qué responderle. Últimamente estaba muy confuso respecto a mis sentimientos por ella. Necesitaba más tiempo para aclararlos.

—Es... complicado.

Ken se quedó en frente de mí y me miró fijamente.

—En realidad, eres tú quien lo complica.

—¿Por qué lo dices?

—Damian, ¿aún no te das cuenta, verdad?

—¿De qué?

—¿Por qué te enfadaste con Anya realmente? Aún no me creo eso de que Anya dejó de quererte...

Me inventé esa excusa para Becky, Emile y Ken para que no descubrieran nada sobre Anya. La verdadera razón por la que Anya y yo dejamos de hablarnos estaba relacionada con que su padre era espía, así que no quise contarles la verdad. Debí inventarme algo y no parece haberles convencido de todo a ellos tres.

—¿Por qué no? Es la verdad.

Ken suspiró y se sentó a mi lado, observando a Anya dormida profundamente en su cama.

—Anya no es como las demás chicas. —Giré mi cabeza para mirarlo—. Todavía recuerdo el día que me salvó en la piscina. Yo... pensaba que me iba a morir. ¿Alguna vez te ha pasado algo parecido? —Negué con la cabeza—. Vaya..., pues es una experiencia única, amigo. De estas solo te pasan pocas veces en la vida y... no me arrepiento de ello.

—¡¿PERO QUÉ DICES?! ¡Ibas a morir! —exclamé sin poder evitarlo.

—Damian —Ken me miró, sonriendo—, si no hubiera sido por eso, no habría conocido a Anya. ¿No te das cuenta?

—¡Sí, pero...!

—¿Acaso has conocido a alguien capaz de dar su vida por la tuya?

Esa pregunta me paralizó durante un momento.

—Anya no ha arriesgado su vida por la mía. He sido yo quien la ha arriesgado por la suya —dije, malhumorado.

—¿Y por qué lo hiciste? —Lo miré sorprendido—. Exacto. Porque sabes que ella la daría por la tuya. Así es como funciona vuestra relación. Os tenéis tanto aprecio el uno al otro que os daríais la vida por el otro, ¿no lo ves?

<<Es cierto... Yo, efectivamente, arriesgué mi vida por la suya porque sabía perfectamente lo que ella valía para mí. La... amaba>> pensé.

—¡Pe... pero eso no quita que ella...! —dije.

—¿Vas a seguir ocultando tus sentimientos? Mira, no sé qué ha sucedido entre vosotros pero te aseguro que TÚ sigues queriéndola —me dijo Ken.

<<¿Que yo qué?>> pensé.

—Siempre que Anya se mete en problemas, estás tú dispuesto a dar su vida por la de ella porque ella sigue importándote. Tu corazón no se ha olvidado de ella. Anya sigue ahí.

Ken señaló mi pecho y yo sentí mi corazón acelerarse.

—No la pierdas, ¿vale? Chicas como Anya hay pocas.

Ken se levantó y antes de que cerrara la puerta me preguntó:

—¿Vas a quedarte ahí? Anya podría verte...

Yo sonreí y lo miré.

—Creo que ya va siendo hora de que me vuelva a ver.

Ken me dirigió una última sonrisa y salió del cuarto.

Permanecí unos últimos minutos mirándola dormir y reflexionando hasta que yo también caí dormido.

~~~

Cuando abrí los ojos, pensé que seguía dormida, ya que, por alguna extraña razón, veía la silueta de Damian en una silla en frente mío.

<<Hay veces que no entiendo por qué sigo soñado con él>> pensé y me levanté de la cama. <<Bueno, como sigo soñando, voy a comer todo el maní que tenga guardada en mi armario>>.

Y fui al armario, pasando de largo la silueta de Damian. Lo vi mirándome fijamente y eso me incomodó un poco mientras comía frente a él, ya que me miraba raro; tal y como cuando saqué mejor nota que él en un examen de filosofía.

—Ummm.... hola —le escuché decir nervioso.

<<¿Por qué la silueta de Damian hecha por mi imaginación me resulta tan real?>> pensé.

—Más maní, por favor —le pedí al Damian de mi imaginación con los brazos extendidos.

<<¿Pero qué le pasa a esta?>> le escuché decir en su mente. Lo miré confundida.

—¿Mmh? —dije sin entender—. Cumple mis peticiones, Damian imaginario, dame maní.

—¿Eh? ¿Damian imaginario? ¿De qué hablas? ¿Tanto bebiste anoche que sigues imaginando cosas o algo? —me preguntó.

Yo abrí los ojos completamente.

—¡¿E... es... esto no es un su... su... sueño?! —pregunté, echándome para atrás hasta chocarme contra la pared.

—Claro que no. ¿Anya, estás bien?

Damian se acercó a mí lentamente mientras que sentía mi cara ponerse roja. Tenía miles de cosas en mi cabeza.

<<A lo mejor, no debí visitarla de sopetón. Parece muy incómoda de verme>> le escuché decir en su mente.

—¿Damian, qué haces aquí? —le pregunté temblando.

Él se quedó mirándome de piedra.

—Ehh... verás, Anya, yo... —no dejaba de mirarlo. Quería saber la verdad— vivo cerca tuyo. Somos vecinos.

Love You - Damian x AnyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora