꧁༒•𝓢𝓪𝓵𝓿𝓪𝓬𝓲ó𝓷•༒꧂Me pasé media noche explorando y ya empecé a sentir cómo mis piernas se agotaban de tanto andar. Aunque no me creáis, los campos por la noche dan mucho miedo. Sentía que en cualquier momento un animal me iba a atacar.
Misteriosamente acabé en una zona desierta ya que no tenía ningún árbol. Avancé con miedo hasta dar cara a cara con un edificio viejo y probablemente deshabitado. Había carteles, los cuales se me hacían difíciles de entender porque estaban escritos en otro idioma.
<<Eso quiere decir que no estoy en Ostania>> pensé suspirando.
Me había ido muy lejos.
Entré al edificio y me di cuenta de lo inmenso que era por dentro. No quise avanzar mucho porque sentía que iba a perderme. Además la luz no alcanzaba a todas partes y eso me asustaba.
Decidí no seguir avanzando y salí afuera. No quería meterme en ningún lío. Mañana ya lo investigaría más a fondo en todo caso, además, no podía dejar a Damian a solas tanto tiempo.
Cuando salí del lugar, un viento inmenso apareció e hizo que la antorcha se apagara. Me alarmé de inmediato.
—Oh, no... ¿ahora qué hago? —dije aterrada.
Pensaba que iba a ser mi fin cuando sentí el calor del fuego cerca mío. Me di la vuelta y vi a alguien que conocía muy bien:
—¿Padre? —murmuré sin poder creerlo—. ¿Eres tú?
George se acercó adonde mí y prendió fuego a mi antorcha.
No sabía y entendía el porqué pero no sentía miedo.
Probablemente el día en el que me dejó escapar, me quitó todo el terror de encima.
—Cuánto tiempo, ¿no? —dijo tan sonriente como siempre.
—¿Qué haces aquí? —No pude evitar preguntarlo.
—Me he... metido en grandes problemas y he regresado a mi... nativo hogar.
—¿Este es... tu hogar? —pregunté sin poder creérmelo.
—No exactamente, pero ahora se le puede considerar así.
—¿Por qué lo dices?
—Todos me están buscando, Anya. Soy... el peor enemigo de Kurisu actualmente por haberte dejado escapar. Supongo que lo sabrás...
Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
—¿He sido yo... la que ha causado la guerra? —me atreví a preguntar.
—No totalmente.
—Oh, no... Soy una persona horrible... —me lamenté enseguida.
George bufó.
—A ver, escucha. Ahora no es tiempo de lamentarse, ¿vale?
—¿Por qué no me secuestras y me llevas a donde Kurisu como siempre haces? —farfullé.
—Anya...
—Si me vendes, igual la guerra se termina.
—No digas tonterías.
—¿Es una tontería?
—No, a ver. Cómo te explico yo esto... —susurró—. ¿Sabes siquiera dónde estás ahora?
—No.
—Ah, muy bien... —dijo con sarcasmo—. Estás en Westalis, Anya. ¿No lo has notado por los carteles?
—En Westalis... ¡Este es tu sitio de experimentación! —se me escapó.
—Ya no, Anya. Es un lugar deshabitado...
—¡Entonces puedes ayudar a Damian!
—¿Eh? ¿Qué?
—Le han tiroteado y está desangrándose. ¡Estoy buscando algo que le pueda ayudar! —expliqué apurada—. ¡Por favor!
George suspiró pesadamente y aceptó.
Regresamos por el camino que había recorrido gracias a las hojas que había ido dejando y conseguimos localizar a Damian después de varios minutos.
George se acercó a él y lo examinó un poco por encima.
—Realmente está herido... —murmuró.
—¡¿Qué?! —exclamé preocupada.
—¿Qué pensabas? Es un tiro, Anya. No es ninguna tontería. Debemos llevarlo rápidamente.
Regresamos rápidamente al edificio y George tumbó a Damian en una camilla que, en mi opinión, no era muy higiénica... Me recomendó que saliese afuera porque iba a abrirle para quitarle la bala pero yo le dije que no quería separarme de Damian.
No miré el proceso en lo absoluto. Solo miraba a Damian para asegurarme de que no se sintiese mal en ningún momento a pesar de que supiese que George le había puesto anestesia.
Fueron las peores horas de mi vida. No quería perder a Damian por nada en el mundo.
—Anya —me llamó George en un momento.
—Solo dime que está bien, por favor —dije apretando la mano de Damian.
—Anya, tengo que decirte algo —me dijo George seriamente.
—No... no... Damian... —murmuré llorando.
—Hay una solución, Anya. Pero no sé si tú...
—Haré lo que sea. —Me giré bruscamente—. ¿Cuál es la solución?
—No tienes que hacer nada. Es cosa mía pero... necesito tu aprobación.
—¡¿Qué aprobación?! ¿No ves que no hay tiempo? ¡Damian se está desangrando! —farfullé alteradísima.
—Esta bien, sal por favor. No puede estar aquí. Es peligroso —me pidió.
Miré a Damian y le besé en la mejilla.
—Prometo que no te perderé, Damian... Te lo juro —susurré y salí de la sala.
~~~
Esperé horas y George seguía sin salir de la sala. Estaba agobiada y sentía que me iba a dar algo.
Solo, lo único que deseaba en este mundo era que a Damian no le pasase nada y lo estaba perdiendo...
<<Por favor..., por favor, padre, sálvalo...>> pensaba constantemente dando vueltas y vueltas por el lugar.
De repente escuché la puerta abrirse. Corrí hacia la puerta apurada y me encontré a padre de frente. No decía nada, incluso cerró la puerta.
—... —No sabía qué decir.
—Estará bien —dijo por fin, haciéndome saltar de alegría.
—¡Síii! ¡Gracias! —exclamé y lo abracé con todas mis fuerzas.
—Pero necesita reposo. Debe descansar... bastante tiempo.
—¿Tanto? Pero... ¿qué le has hecho? —pregunté separándome de él.
—Anya..., deberías saber algo. Algo que no he tratado de decirte pero que ya deberías de saberlo.
—¿Es algo... malo?
—Depende de cómo lo veas. Tiene su lado bueno y... quizás malo.
—Me estás asustando...
—Me disculpo por haberme tardado tanto en confesártelo.
—¡Que lo digas! —insistí.
—Damian... ya tiene poderes.
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Love You - Damian x Anya
Fanfic(Esta es la tercera parte de "Over You") Damian se ha convertido en un estudiante imperial y ha regresado a Ostania porque son vacaciones de verano. Ken, su amigo, le invita a quedarse a vivir con él en un apartamento. Anya, por otro lado, sigue est...