Love You - Damian x Anya

Capítulo 18 - Misión secreta (parte 2)

꧁༒•𝓜𝓲𝓼𝓲ó𝓷 𝓼𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽𝓪 (𝓹𝓪𝓻𝓽𝓮 2)•༒꧂

Por primera vez en mi vida sentí como si fuera una verdadera espía. Evitaba a todo el mundo, me escabullía por atajos y me comunicaba a través de los walkie-talkie.

Fue una experiencia única.

Además, me pasé todo el día junto a Bond, yendo de un lado para otro mientras él me ayudaba a prever lo que iba a pasar. No me servía para mucho porque la mayoría de las cosas que él veía del futuro trataban de accidentes de la gente de paseaba y nada trataba de la misión como tal.

Intentaba decírselo a Bond pero él parecía no poder hacer nada al respecto.

Transcurrió medio día y no había descubierto nada. Estaba agotada y no tenía a nadie más que a Bond. Además, la ciudad era muy grande, lo cual significaba que si les pedía regresar a mis padres que podrían tardar más de media hora. Y no quería interrumpir su trabajo por un capricho mío.

Bond me dirigió a una cafetería porque previó que estaba saturada y supo que necesitaba relajarme. Se lo agradecí y pedí un café para llevar. Me lo tomé en un banquito del local mientras disfrutaba del día soleado. Inmediatamente me relajé.

Cuando estaba a punto de terminarme la bebida, alguien pronunció mi nombre.

—¡Anya!

Me di la vuelta y vi que se trataba de Becky, quien estaba con Emile.

—Becky, ¡hola! —la saludé y le di un abrazo.

—¡Cómo te he extrañado, amiga! El apartamento sin ti es muy solitario... —exageró, fingiendo estar triste.

—Jaja, no bromees. Seguro que vosotros dos os la habréis pasado solos de maravilla —dije, guiñando con un ojo.

Becky desvió la mirada y se acercó a mi oído.

—¿Y tú qué tal con tus padres? —me susurró.

—Beeckyy... —exclamé, poniendo los ojos en blanco.

—Vale, vale. No hablaré más del tema.

—Eso —contesté.

—¿Y sabéis algo sobre Damian? —preguntó Emile preocupado.

—No, nada —respondí cabizbaja— lamentablemente —susurré.

—Qué lástima... —comentó Becky.

—Y yo que he estado preocupado por él toda la semana... Ojalá lo encontremos pronto —dijo Emile, entristecido.

—Y así será. Lo encontraremos —aseguré, intentando animarlos un poco.

Becky me sonrió y me dio un beso en la mejilla.

—Por supuesto —murmuró y se dirigió hacia Emile—. ¿Nos vamos, cariño?

—Ah, sí, es verdad. Llegamos tarde —dijo Emile apurado—. Bueno, ya nos veremos, Anya.

Nos despedimos mutuamente y yo me levanté y, con la correa puesta, paseé con Bond por la ciudad.

La ciudad era tan grande que me fue imposible encontrar nada. Eran vacaciones de verano y estaba todo lleno de turistas. ¿Cómo iba a encontrar algo relacionado con la desaparición? Pero no podía rendirme porque había prometido a mis dos amigos Becky y Emile que encontraríamos a Damian y Ken como fuera.

Mientras caminaba, escuché la mente de alguien pasar a mi lado que me llamó la atención. Decía esto:

<<Vamos para ya. No os mováis. Puede ser peligroso>>.