Capitulo 9 -

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Para gran desánimo de Freen, el domingo llegó. Así que se encontró sentada en un atestado auditorio, viendo un puñado de idiotas ineptos destrozar lo que debería haber sido una obra maravillosa. Sus queridas primas Prestaban entre ellos. Interpretando a Romeo y Julieta, nada menos.

"Oh, Romeo, Romeo..."

Mátame. Mátame ahora, suplicó Freen silenciosamente. Su cuaderno de poesía yacía abierto en su regazo y estaba garrapateando líneas sueltas de poesía en la oscuridad. Tan sólo deseaba haber pensado en traerse su portátil. Podría haber encontrado a alguien para chatear y ayudar a pasar el tiempo.

Si Dios fuera de hecho misericordioso, se apiadaría de ella ahora y acabaría con ella. Lanzó sus ojos al cielo, esperando que algo pasase. Nada pasó.

Estoy en el Infierno. Echó un vistazo al escenario. Y mi familia es el Diablo. Al fin, una eternidad después, la cortina bajó y las luces se encendieron. El reparto salió a saludar a escena y Freen aplaudió con el resto del entusiasmado público. Cuando el gentío se dispersó, Freen se hizo paso al frente del auditorio para encontrarse con el resto de su familia.

La gente la reconocía cuando pasaba al lado y se obligó a sonreírles, esperando que ninguno viniese a hablar con ella. Sólo por si acaso alguno lo estaba considerándolo, se aseguró de adoptar su aspecto más inaccesible. Afortunadamente, funcionó.

"Oh, apareciste," notó una de sus primas mayores aún en el escenario para poder mirarles desde arriba. Freen. "Se los prometí." Besó la mejilla de su madre y después la de su tía suchada.

"Hola familia" saludó casualmente.

"¿No estuvo maravillosa?" preguntó Nun, su madre. sonriéndole orgullosamente a sus queridas sobrinas. "Uno de estos días te harán gran competencia."

Freen intentó no reírse de la idea. "Vivo aterrorizada," contestó secamente.

"¿Qué llevas puesto?" preguntó Nun con obvio disgusto.

Freen se miró. Sólo para molestar a su madre, se decidió por una playera overzide. Un cardigan Blanco, Mom Jeans y botas negras. "¿No te gusta?" preguntó inocentemente.

Nun soltó una larga expiración. "Pareces uno de esos poetas Filosofos modernos."

"Vaya, gracias, madre," respondió Freen con una brillante sonrisa. "Es el mayor cumplido que me has hecho nunca."

Su tía se aclaró la ganganta "Bueno, Freen, ¿cómo va la película?"

"Bastante bien" contestó Freen. "El presupuesto para la película es mucho mayor que para la serie de TV, así que tenemos efectos especiales bastante buenos. El director es excelente. Realmente me encantan las diversas dimensiones que le ha sacado al personaje de Jaidee"

"¿Cuánto cobraste?" preguntó Nun.

Freen le suspiró a su madre. ¿Por qué todo se reducía a dinero con ella? "Cinco millones," contestó.

Nun frunció el ceño. "¿Eso es todo?"

"¿Qué quieres decir con eso es todo?" preguntó Freen, intentando no gritar. "¿Cuánto ganas tú?"

"Freen" advirtió su madre.
Freen se mordió su lengua para estallarle a su madre. estuvieron allí en silencio hasta que las jovenes regresaron del vestidor. "Todo resuelto," anunció una saltando del escenario. "¿Dónde vamos a cenar?"

"A algún sitio barato," contestó Freen. "Porque al parecer, soy pobre." Empezó a caminar hacia las puertas de salida, dejando a su familia detrás. Necesitaba alejarse de ellos unos minutos, tan siquiera para calmarse.

No había forma de que fuera a sobrevivir a la cena sin perder el temperamento. No si su madre seguía probando así su paciencia.

En el aparcamiento, se apoyó contra su Rav4. Se concentró en respirar. Necesitaba tranquilizarse. Su Tía fue la que se acercó finalmente. "Iremos a un restaurante cerca, te mandaré la dirección"

"Nos vemos allí." Se metió en el coche y aceleró, ansiosa por poner distancia entre ellos.

El restaurante era de alto nivel. Su familia tenia bastante dinero y no se detenian en gastarlo bien. El restaurante era conocido por servir a los idols del momento. Todo el que era alguien se aseguraba de hacer una aparición en un momento dado.

Freen sabía que la única razón por la que había sido invitada a esta aventura por la disfuncional senda familiar era porque su madre esperaba que, si Freen estaba allí, entonces cualquier reportero perdido apuntaría la cámara en su dirección. No la decepcionaron. Un reportero sacó unas fotos de ellos entrando en el restaurante. Las jovenes y grandes de su familia disfrutaban la atención, o más bien, disfrutaban fingiendo que no.

La gente del restaurante miraba en dirección de Freen mientras pasaba, apuntando y murmurando.

Freen ignoró a todos. Meramente siguió al maítre a lo que él llamaba "la mejor mesa de la casa" y tomó asiento. Mientras su familia se le unía, desapareció tras el enorme menú. Con suerte, se olvidarían que estaba allí.

"Me honra servirle de nuevo, Srta. Sarocha" dijo el camarero, con una leve inclinación. "Si puedo recomendarle algo, hágamelo saber. Esta noche el menú es extraordinario."

Freen asintió. "Tomaré lo de siempre, gracias," le dijo.

Él asintió y apuntó la orden, entonces tomó el menú de Freen. El resto de la familia pidió un momento para decidir.

"Ciertamente estás de humor esta noche. ¿Qué te pasa? Pareces un poco agotada."

"Estoy absolutamente bien, madre," contestó Freen.

Nun escogió ignorar el comentario. "Bueno, escuche en las noticias el rumor sobre tu posible romance con esa chica"

Freen trago en seco. No era su tema favorito con su familia, jamás había hablado sobre sus preferencias y eso le resultaba muy incómodo.

"Es un rumor, tu lo haz dicho" arremato Freen sin ganas de decir más.

"Espero esos rumores no sigan, puede afectar tu imagen y sobre todo nadie querrá contratarte después." Respondió Nun con un leve reproche en su voz.

"Si, Lo que tu digas madre." Dio por terminada ese tema. Freen no volvió a comentar nada en toda la cena. Tenía tanto por decir pero no se atrevía. Respetaba mucho a su familia y no haría un escándalo.

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Tres horas despues, Freen se desplomó sobre su cama. Había sido el día más largo de toda su vida. Entre los comentarios de su madre y fu familia iba a necesitar unas cuantas horas más de terapia a la semana. Era buena cosa que Tee le saliese barata o ya estaría arruinada.

Centrandose, se levanto y preparó para la cama. Se metió en una linda pijama con estampados de conejos y entonces agarró su portátil y se metió en la cama. "Ah, divino," suspiró. Enganchó la línea telefónica al ordenador y lo puso en marcha.

Primero lo primero, decidió, estirándose sobre el borde de la cama para agarrar su cuaderno de poesía. Era hora de subir los poemas del día a su super hiper secreto website. No sabía si realmente los leía alguien, pero le gustaba tenerlos ahí fuera, de todas formas. Entre actuar y escribir poesía, Freen se sentía realizada.

Bueno, más de lo que se sentiría de otra forma, al menos. Quizá realizada era una mala elección de palabras.

Tecleó el último poema, complacida con lo que había escrito. Con el clic de un botón, se convertía en propiedad pública. Cualquiera que lo quisiese, podía cogerlo. Realmente no le importaba un.

Yendo a otra cosa, abrió su buzón. Un mensaje.

Dulce Destino - FreenBecky adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora