Capitulo 32

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El timbre del teléfono arrancó a Becky de su última pintura. Miró el cuadro por un segundo antes de estirarse sobre el sofá para recuperar el receptor. “¿Hola?”

“¿Qué es esto?” gritó su madre.

Becky respingó y apartó el teléfono de su oreja mientras el griterío continuaba. Ella se tiró un par de minutos con algo. Hablaba tan rápido que Becky lo estaba pasando fatal siguiéndole. Aunque estaba empezando a captar la esencia. Maldito seas, Nop, Suspiró.

“Explícame, Rebecca. Porque yo estaba bajo la impresión de que tú querías un futuro con él.” Um. Cómo explicar esto. La verdad, Becky. Ve con la verdad. “No lo amo, mami” admitió. No creo que le haya realmente amado nunca.

El tono de su madre se suavizó, como sabía que pasaría. Siempre que se refería a ella como mami se volvía de mantequilla. “¿Y por qué no lo dijiste antes?”

Becky consideró la pregunta. ¿Por qué no había dicho nada antes? ¿Miedo a estar sola? ¿Miedo a defraudar a su madre? “No estoy segura,” le dijo.

Su madre suspiró. “Pasa por el apartamento después. Hablaremos de esto.”

“Vale,” acordó Becky, aunque no estaba particularmente emocionada ante el pensamiento de continuar la conversación cara a cara. “Pasaré mañana.”

“Bien. Cuídate. Hasta entonces.”

“Adiós.” Becky miró fijamente el receptor antes de tirarlo al lado. Se sentó atrás en el sofá, su mirada vagando por el lienzo sobre el caballete ante ella. Había decidido que Frei merecía mejor regalo que un estúpido bocetito. Así que había decidido pintarlo. Hasta ahora iba bien. No estaba completamente segura por qué sentia que era necesario hacer esto, pero... daba igual. No iba a entretenerse ahora con eso.

Becky se echó atrás unos mechones de cabello y soltó una larga expiración. Captó la visión del misterioso cheque sobre la mesa de café y un profundo ceño rozó sus facciones. Mordiéndose el labio, se inclinó adelante y asió el objeto, intentando desentrañar su origen. No había nombre en él, aparte del suyo propio. Un número de cuenta escrito con tinta negra. Una firma enmarañada. Y 15.000 $ claramente impreso a la derecha.

No lo entiendo.

La joven a la que Becky había dado su pintura de repente entró a su conciencia. Tenía que ser de ella, pero...

“¿Quince mil?” Becky agitó la cabeza. “Ni siquiera llevaba quince dólares encima.”

Yuki siguió insistiendo en que lo cobraran o lo depositan o hicieran algo con él aparte de mirarlo con pasmo y confusión.

Una segunda opinión era preceptiva. Asintiendo, Becky se levantó y fue a la mesa de la cocina donde esperaba su portátil. Leyó el último correo de Frei y pulsó “responder”.

Querida Frei,

Ceremonia de premios? ¿Por qué no me lo dijiste? ¡Felicitaciones! ¿Qué ganaste? ¿Qué es lo que haces exactamente? Hablas de colegas y premios y horas de trabajo locas.... Pero, estoy bastante despistada sobre los detalles. Ilumíname, por favor.

Pues, tengo un pedazo de... hmm... situación, supongo. Bueno, realmente no es eso. Más como una... cosa. Vale, verás. Recibí este extraño cheque por 15,000 $ de alguien a quien di una pintura. Quiero decir, estoy asumiendo es de esa persona. No sé qué debo hacer con él. Quiero decir, si es de verdad entonces es más que demasiado dinero. No podría quedármelo. No sé... ¿Qué harías tú?

Pero aparte. Noticias de Nop. Se presentó finalmente. Se declaró. Tuvimos una enorme discución cuando lo rechacé y...

Becky se detuvo, insegura de cómo proceder. No debería armar barullo por esto. Borró la “y”.

Pero ahora está fuera de mi vida. Desafortunadamente, todavía tengo que enfrentar a mis padres por toda esta prueba. Eso no va a ser divertido. Desearía sólo poder olvidarlo. Nop me dejó el anillo... No sé qué debo hacer con él. No estoy segura de cómo sentir sobre todo. Aunque me siento aliviada, también estoy algo... ¿deprimida? He estado intentando sumergirme en mi arte pero el mundo real sigue interrumpiendo. Supongo que mejorará con el tiempo... ¿verdad? Mm. Eso espero.

Por otra parte, sé lo que quieres decir sobre la cadena TV Guide. Es casi hipnótica. La pantalla fluida... los comentarios a mediodía... los mediums de noche. ¿Quién necesita 300 canales?

Malo que la chica con la que trabajas tenga novia, o te habría dicho que a por ello. ¿Es bonita? Vamos, Frei, tiene que haber alguien que te atraiga. Regresa a ese restaurante e invita a salir a esa chica con el pelo de punta. Parecías encariñada con esa. ;) Bromeo, por supuesto. Las relaciones están sobrevaloradas. Creo que voy a quedarme soltera para siempre.

¿Qué piensas? ¡Eh, podemos estar solteras juntas! Bueno, voy a terminar esta pintura antes de que Yuki llegue a casa. Entonces empezará zapear cadenas y no
conseguiré hacer nada.

Tu amiga,

Rebecca.

~~~~~~~~

Freen se encontró mirando fijamente el teléfono. Su mirada vagaba del negro receptor a la tarjeta en su mano, y atrás de nuevo. Ya había memorizado el número de teléfono y ni lo había marcado.

No puedo llamarla.

Seguía diciéndose eso, pero la tentación de hacer lo contrario mantenía su mano en el teléfono inalámbrico, su agarre afirmándose como temeroso de soltarlo. Suspirando, miró la hora en el microondas. Por pura suerte, el director había sido reclamado para alguna cosa u otra. Drama de director. Asunto personal. ¿Quién sabía? Lo único que a Freen le importaba era el hecho que estaba en casa a las seis de la tarde con nada que hacer excepto mirar anhelantemente el teléfono en su mano.

Necesito tener vida propia. Desesperadamente. El teléfono escogió ese momento para empezar a sonar. Sobresaltada, lo dejó caer. Chocó contra el suelo y se quedó allí. Entonces sonó de nuevo. Lo miró un segundo más antes de cogerlo.

“Sarocha,” dijo, saliendo de la cocina y a la sala, con la tarjeta de Rebecca aún en su mano.

“Freen, hola.”

Miró al cielo ante el sonido de la voz de su agente. “Sait,” le saludó.

“No esperaba localizarte,” dijo él. “¿Leíste los guiones que te di?”

Freen inspiró y contó hasta diez. Pacientemente, dijo, “No.”

Sait suspiró pesadamente al otro extremo de la línea. “Quieren respuesta el primero de junio, Freen. Eres su primera elección pero, si no me das pronto respuesta, tienen opciones de sobra.”

Freen se mordisqueó el labio inferior. “¿Qué papel?” preguntó.

Él dudó. “Summer's End,” contestó finalmente. “Elisabeth Doyle.”

Freen estaba empezando a perder la paciencia. “Te dije que no voy a interpretar una lesbiana.” ¿Cuántas veces tenía para decir algo antes que la gente empezara a escuchar?

“¿Estás diciendo que te gustaría aceptar el papel de robot?” preguntó, un poco esperanzadamente. No era su primera elección, pero era algo.

Su primer impulso fue arrojar el teléfono contra la pared. No quería interpretar un robot. No quería interpretar una lesbiana. Y todo el tema le estaba crispando los nervios. “Sait,” empezó, tan serenamente como pudo, “No quiero ninguno de esos papeles. Consígueme algo que valga la pena y entonces hablaremos.”

“Tienes hasta primero de junio para cambiar de idea,” le informó Sait. “Cuídate, Freen.”

Airada, Freen colgó sin otra palabra. Necesito otro agente, decidió, dirigiéndose a la escalera del dormitorio. Mujer. Preferiblemente sexy. Con... Se detuvo a medio pensamiento y dejó caer el teléfono en la cama. No estoy sexualmente frustrada.

Los dos guiones en la mesilla atraparon su mirada y se los quedó mirando. Arrastrándose por el cobertor, alcanzó el que a Sait le estaba provocando un ataque de cólera. Una vez más, contempló la página del título. No hace daño leerlo, decidió. Acomodándose contra las almohadas, abrió por la primera página y empezó a leer.

















Dulce Destino - FreenBecky adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora