Capitulo 71

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Freen se quedó mirando inexpresivamente las teclas de piano bajo sus dedos extendidos. Sabía que se suponía que debía estar tocando; acababa de oír a Faye gritar “acción” momentos antes. Sólo había salido de carácter un segundo, un parpadeo del ojo. Pero había sido suficiente para notar que Becky se había colado en el set. Era bastante para arruinar completamente su concentración.

“Lo siento,” se disculpó, volviéndose ligeramente. Podía ver a todo el equipo observándola deliberadamente. Las luces se habían atenuado para el propósito de la escena. A Lawrence Doyle le gustaba tocar en relativa oscuridad. “¿Podemos probar de nuevo? ”

“Todavía rodando,” contestó Faye.

Freen devolvió su atención al piano delante de ella. Cerró sus ojos, intentando acceder la parte de su mente a la que no le importaba si Becky estaba mirando, la parte que pertenecía a Lawrence.

Un segundo después empezó a tocar, sus dedos deslizándose sobre las teclas. ¿Quién habría pensado que ocho años de lecciones de piano obligadas le serían alguna vez útiles? Pero en ese momento, se lo agradecía a sus padres. Aprender la música de Lawrence había sido tan difícil como habría sido de otra forma.

Continuó tocando, ignorando las cámaras alrededor de ella y los ojos que sabía fijos en su actuación; un par en particular. Lawrence Doyle estaba sola en ese cuarto, los ojos cerrados, perdida en la música. Pero sabía que no estaba sola. Sabía que Lucy había entrado y estaba cercana a su espalda.

Aún permanecía ajena a la presencia de Lucy. Así que, cuando sintió el toque de cálidos dedos sobre su piel, sus ojos se abrieron de repente y sus manos cesaron su danza abruptamente. La última tecla que presionó era equivocada y la torpe nota resonó en la súbita quietud de la sala.

Lawrence se volvió, disfrutando el consuelo del contacto de su amante.

“¿Por qué te detuviste?” preguntó Lucy suavemente. “Era una melodía tan hermosa.”

“Algunas cosas son más hermosas que la música,” respondió Lawrence volviéndose finalmente. Miró a Lucy un largo momento. “No deberías estar aquí.”

Lucy deslizó sus dedos por la mejilla de Lawrence. “Esperé hasta que todos salieron.”

“¡Y corten!”

La voz de la director cortó el momento, destrozando la ilusión. Freen parpadeó, volviendo a su ser.

“Tenemos toma cinco,” añadió la director un segundo después, su atención en el cuaderno delante de ella.

“Gracias a Dios,” murmuró Samantha mientras pasaba junto a Freen.

Fue entonces que recordó a Becky y el nerviosismo le regresó. ¿Debería ir a hablar a ella? ¿Debería fingir que no la había visto? Freen sabía que Yuki había terminado temprano y marchado con Billy. Así que, ¿qué hacía Becky allí? ¿Esperándola?

Las preguntas continuaron multiplicándose en su mente mientras iba hacia Becky. No estaba segura cuando había tomado la decisión consciente de acercarse a la artista, pero era demasiado tarde para hacer un giro en U.

Becky estaba sonriendo mientras Freen se acercaba. “Fue muy bueno,” dijo a forma de saludo. “Y estás realmente encantadora con vestido.”

Freen se había olvidado que tenía el traje. Sin pensar, se echó un vistazo y se rió. Nunca pensó que estaría frente a Becky en un vestido de encaje. “Sí, siempre deseé ser una dama.” Levantó la mirada nerviosamente. “Bueno, ¿qué te trae por aquí?”

“Oh, sólo estoy esperando a Yuki. Es nuestra la noche de marcha. Películas, pizza, obras.” Sonrió emocionadamente y miró por el plató. “¿Alguna pista de dónde se esconde?”

Dulce Destino - FreenBecky adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora