Capitulo 4 -

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"Odio a Shakespeare," murmuró Becky, poniendo un mechón de cabello negro detrás de su oreja.

"Estoy segura que es ilegal," le dijo Yuki, cuando el ascensor vino a detenerse en el piso 12. Empezaron a caminar hacia el apartamento. "Y, de todas formas, no veo por qué estás de tan asqueroso humor. Vendí dos de tus pinturas hoy. Y, más importante, Richie está en casa."

Becky sonrió cuando alcanzaron su destino. "Tienes razón. Hoy es un buen día. No voy a permitir que un estúpido ensayo lo arruine." Llamó ruidosamente.

Cuando la puerta se abrió, su sonrisa se ensanchó. Richie arrebató a su hermana y la alzo en sus brazos y la abrazó fuertemente. Besó su mejilla unas cuantas veces antes de permitirle irse.

"¡Llego la fea!" anunció. Becky le palmeó el brazo. "No soy fea," le discutió.

Richie miró a Yuki y le guiñó. "No, no. Yuki no es fea. Pero tú..." Recibió otra palmada de Becky.

La Sra. Armstrong entro un momento después, una sonrisa iluminando su cara. Sus ojos castaños se encendieron a la vista de su hija. "Becky," le saludó, besando su mejilla.

"Hola, mami," dijo Becky.

"Yuki, bienvenida, vamos, siéntense. Les traeré algo de beber."

Becky se sentó como le dijeron y miró por el apartamento de su madre que ahora le pertenecia a Richie. Era pequeño según todos los cánones. En la sala apenas entraba el sofá en que estaba sentada. Pero era un hogar. Pinturas y fotos enmarcadas de ellos decoraban las paredes.

Una vez su madre había desaparecido en la cocina, Becky se volvió a su hermano.
"Bueno, ¿Cual es la gran noticia que tienes?" le susurró.

La alegre disposición de Richie se tornó sombría. "Lo averiguarás en un ratito," dijo, su inquietud obvia.

Becky estaba segura que, fuera la que fuera, no sería buena. Dándose cuenta de la tensión en el aire, Yuki decidió hablar. "Bueno, Richie, ¿qué estás haciendo estos días?"

Él volvió sus amables ojos hacia Yuki. "Estoy intentando trabajar de programador," contestó. "Pero es difícil aterrizar por aquí en un trabajo bien pagado, no es tan visto."

La Sra. Armstrong volvió con una bandeja, dándoles a cada uno una taza de zumo de naranja.

"Lo siento, es lo único frío que encontré." Cada uno aceptó la bebida y la agradeció.

"¿Cómo va el negocio del arte?" Richie le preguntó a Becky.

Becky se animó. "Hoy vendí un par de cosas," contestó. "Es un día precioso así que hay mucha gente fuera."

"No hay dinero en el arte," declaró su madre con una sacudida de la cabeza. No era la primera vez que lo decía, pero como todas las otras, el comentario cayó en oídos sordos. "Bueno, Nong es muy talentosa," respondió Yuki. "Debiera ver cómo la gente se detiene a mirar su trabajo." Le sonrió a su mejor amiga. "Tendrá su propia galería uno de estos días."

Becky le devolvió la sonrisa, adulada. La Sra Armstrong agitó la cabeza. "Bueno, me alegra que Becky tenga a Nop para cuidar de ella," dijo, sonriéndole a su hija.

Richie se aclaró la garganta. "Bueno, estoy bastante seguro de que Becky es capaz de cuidarse sola,"

"Bueno, por supuesto que lo es," concordó su madre. "Pero toda mujer necesita un hombre que cuide de ella en este mundo. Y viceversa."

Richie dejó caer la mirada.

Antes de que pudiera decir nada su madre cambio el tema . " ¿cómo va la facultad?"
"¿Terminaste ese ejercicio?" agregó su madre.

Dulce Destino - FreenBecky adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora