Eugenia había sido convencida por su amiga, y estaba pasándola a buscar para dirigirse al Monumental, donde la selección argentina se enfrentaría al seleccionado de Panamá en un amistoso. La rubia ya estaba al tanto de todo, y fue por eso principalmente por lo que accedió volar hasta Argentina, sabía que su amiga necesitaba contención, y la conocía lo suficiente para saber que si no la acompañaba, ella no asistiría al partido, y no quería de que se pierda aquella experiencia.
Todavía faltaban tres horas para el partido, pero ellas se prepararon temprano para encontrarse con el resto de los familiares y amigos de los jugadores en el predio de AFA, donde un micro los llevaría hasta el estadio.
Justina se encontró con la familia de Julián en el estacionamiento del predio, los conocía porque habían compartido palco alentando al Araña durante algún partido del City, así que con el mal humor que manejaba, saludó lo más amablemente que pudo y se alejó para no tener que mantener una conversación. Estaba haciendo lo posible para no salir corriendo a Groenlandia, o cualquier otro país, y sentía que cualquier cosa iba a disparar la chispa y hacerla querer huír, así que intentaba mantener la calma en la medida de lo posible.
El partido fue espectacular, los jugadores se desempeñaron como de costumbre y marcaron un aplastante 3-0 que les dio la victoria. Eugenia, que se había tomado algún traguito durante el tiempo que estuvieron en la cancha, se enteró que los jugadores habían organizado una joda en una quinta si se daba el resultado que querían, y no solo eso, si no que su amiga estaba invitada.
-¿Vos no pensás ir? –Le dijo, mientras esperaban que afloje la multitud de gente para bajar a la cancha a saludar a los jugadores, no por que quisieran, porque sinceramente Justina no tenía ni ganas, pero era la única manera de acceder al estacionamiento donde estaban los micros que la llevarían al predio.
-Ni en pedo, ya me quiero ir a la mierda.
-Dale, gorda, a lo mejor te hace bien salir de joda.
-Si vos querés ir, andá, escribile un mensaje a Julián ya que te llevás tan bien y listo. –Contestó exasperada. No quiso ser tan brusca, pero estaba nerviosa, no sabía ni por qué había ido al partido, aunque se la pasó bien, ver a los futbolistas le ponía los pelos de punta. –Perdón –respiró hondo-, no te quise hablar así.
-Está bien...
-Es que van a ir los dos, obviamente, y yo no estoy para verlos, Euge.
-Sí, ya sé que van a ir, te re entiendo, pero esas jodas siempre se llenan de gente... ¿Vos te acordás el quilombo que eran las de River?, imagínate esta que es de la selección... no te los vas a ni cruzar, amiga. –Justina no respondió, y Eugenia largó un suspiro – Te juro que no te lo digo porque tenga ganas de ir yo, pero te conozco, y si te volves al hotel pueden pasar dos cosas: o te pones el piyama y te pasas la noche más deprimente de tu vida, o en media hora te subiste a un avión y estás saliendo para Júpiter. –La morocha se rio.
-Qué exagerada.
-Sabes que es así.
-Puede ser.
-Bueno, vamos entonces. –Habían estado avanzando y ya casi llegaban al césped de la cancha. Julián las vio y saludó con la mano, pero solo la rubia le devolvió el gesto.
...
Para no perder la costumbre, Enzo ya estaba escabiado. No sabía ni qué había mezclado, pero todo le daba vueltas y estaba completamente desinhibido. Bailaba en la pista con sus compañeros de equipo, la mayoría en el mismo estado que él. La joda se había descontrolado y estaba lleno de gente por todos lados, incluso adentro de la pileta del lugar, era una locura. El partido había sido espectacular, no se le había dado el gol pero pudo asistir a Julián con un muy buen pase, y se abrazaron para festejarlo sintiendo que de a poco todo iba volviendo a la normalidad entre ellos. Julián también había tomado bastante, bailaba a su lado con lentes de sol puestos y un piluso de la selección. Después de toda la semana de entrenamiento, parecía que el alcohol que habían consumido les había llegado hasta los huesos.
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Un juego peligroso. | Julián Álvarez, Enzo Fernández.
Fanfiction"-¿Enzo te pusiste colorado? -No. -Estás bordó, -se rió ella- hasta la frente tenés roja. -Andáaaa, tarada. -Se pasó la mano por la cara. -Rojo tiene el orto tu novio con el partido de hoy. -¿Por Julián lo decís?, no es mi novio. -No parece. " - Len...