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-¿Jus?

-Hola, perdón que te caiga así.

-No pasa nada, justo me estaba por i...-Justina a penas nota que Enzo esta vestido con la ropa del Chelsea, cargando las llaves del auto en una mano y un bolsito en la otra, igualmente lo ignora totalmente y Enzo sostiene las cosas de manera torpe mientras Justina lo besa,–Yo sé que me tenes todas las ganas, morocha, pero me tengo que ir. Tengo partido.

-Ya sé, pero esperá.

-Jus, todo bien, no quiero discutir, pero ya sé que te quedaste con Julián...

-¿Eh?, ¿Cómo sabés? –No quiso decir eso.

-...me apareció en Twitter.

-No, pero no es lo que pensas.

-Sí, dale, ya la escuché esa. –se ríe irónicamente, y camina hacia el auto que ya estaba fuera del garaje y esperándolo en la entrada.

-Dios, Enzo, ¿me podes escuchar? –Justina lo sigue, poniendo una mano en la puerta del piloto, evitando que el futbolista se suba. Él no dice nada pero tampoco se mueve, por lo que la modelo aprovecha la chance para hablar.

-Fui a cortar todo con Julián.

-Ay, qué distraída...-la descansa- y te quedaste a dormir, sin querer.

-Me quedé porque llovía y era tarde, y además... Además la conocí a Cande, la chica que estaba con él en la tele. Están saliendo.

-Piola, y ahora que Juli está con otra me venís a buscar a mí. –Contesta exasperado, abre la puerta de atrás del auto y deja caer su bolso sobre la silla de Olivia. –Me tengo que ir, Justina. ¿Me dejás pasar?

-No es así. Pensé que me ponía mal que Julián esté con otra...pero me equivoqué. Sé que estuve mal con los dos, y ya te pedí perdón mil veces, y me di cuenta que a Juli lo quiero...-Enzo interrumpe, no puede evitar tener gestos nerviosos, y no deja de mojarse los labios o de pasarse las manos por el rubio platinado que se acababa de teñir.

-No hacía falta que vengas hasta acá a decirme que lo querés a él, en serio te digo...-Justina, ya exasperada, lo interrumpe levantando la voz.

-¡Enzo!, Dios, te estoy queriendo decir otra cosa. Pensé que me iba a molestar verlo con otra, -retoma- pero no. Pensé en todas las veces que te vi con Valentina y eso si me joda. Eso si me duele. Ya sé que me tendría que haber dado cuenta antes, ya sé que con vos me equivoqué mil veces, y ya sé que tardé un montón, entiendo que estes enojado conmigo Enzo pero yo te amo. Entiendo si vos no queres nada pero nece...

La última interrupción fue el segundo beso de los dos en aquella tarde, pero esta vez, fue el mediocampista quien lo inició. Enzo abrazó a Justina por la cintura con una mano mientras la otra le apretaba la nuca con fuerza, inmovilizándola, aunque Justina no pensaba irse a ningún lado. Con el mismo fervor ella se colgó del cuerpo del mayor y compartían tanta intensidad que a ella casi se le escapa un gemido. Dejaron de besarse pero no ampliaron la distancia entre sus caras.

-No sabes las veces que soñé con esto, morocha. –Ella sonríe y lo vuelve a besar. –Yo también te amo.

-No vayas a jugar. –se queja Justina, medio en broma y medio en serio, abrazándolo después de compartir algunos besos más, él deja salir una risita grave.

-¿Me querés esperar acá en casa? Yo vuelvo a eso de las nueve. Si querés cenamos, y hablamos bien.

-¿Seguro?, por ahí volves cansado... si preferís nos vemos otro día. –él chista la lengua.

Un juego peligroso. | Julián Álvarez, Enzo Fernández.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora