Capítulo 19 | Un año

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                                                                                                                                   Vicky

Valencia, 01 de julio del 2016

Ha pasado ya un año desde la última vez que vi a Edric y, no voy a mentir, hay días en los que todavía pienso en él; en cómo le estará yendo su nueva vida y en qué habrá sido de él ahora que se pasea por las calles de Madrid. Sé que toda esa información la tengo en la palma de la mano, que es tan sencillo como preguntarle a Irene pero acordamos que Edric se convertiría en un tema tabú del que no se hablaría, cuando estamos juntas él no existe y yo no existo cuando hablan. O eso es lo que realmente espero.

Realmente es lo mejor, aunque cueste aceptarlo. Habernos despedido fue la decisión más sensata que tuvimos o, mejor dicho, que tuvo. Al final irse a vivir a Madrid era algo que tenía claro desde hacía mucho y yo no sabía ni si quiera qué iba a hacer con mi futuro.

A veces aun me cuesta saberlo.

Es cierto que ahora creo que lo tengo algo más claro, durante este año he estado buscando información sobre mi familia biológica y, aunque no me ha llevado a ningún lugar los datos que me ha dado mi madre, al menos conozco los nombres de quienes me dieron la vida. No fue fácil asimilar la información, aunque pensaba que no me afectaría, cuando di media vuelta antes de ese examen de selectividad, me di cuenta que no tenía claro ni quien era ni lo que quería hacer. Tenía que encontrarme y eso es lo que he estado haciendo.

A día de hoy he aceptado que quienes me criaron son realmente mis padres y que tampoco puedo culpar a los biológicos porque tener un accidente no fue decisión suya, no me abandonaron en ningún hospital ni nada así, creo que eso lo ha hecho un poco más fácil porque no sentí abandono que pueden sentir otras personas en una situación similar. Hace unos meses fui a visitar la tumba de ambos, hay una foto de ellos dos y un escalofrío me recorrió de arriba abajo estando allí. Me di cuenta que tengo los ojos de ella y la nariz de él, o eso me pareció a mí.

Un accidente cambió todo el rumbo de mi vida y acabo con las suyas. Joder.

También he estado preparándome mejor selectividad, he estado estudiando mientras trabajaba en una cafetería para ahorrar algo de dinero. He ido investigando y, tras muchísimas dudas e incertidumbre por si no me daba la nota, he logrado matricularme en lo que quería: psicología.

Sigo teniendo el apoyo de mi madre y de mis amistades, no estoy sola y por fin he podido conocerme a mí misma durante este tiempo. He podido recorrer, en el poco tiempo que me dejaba el trabajo, parte de los secretos de la geografía española y me he enamorado un poco de la idea de estar viajando.

Juan ha sido mi compañera de aventuras y cuando Irene podía unirse también ha estado. ¿Lo más difícil de todo? Era siempre elegir el destino, nos hemos podido pasar semanas eligiendo donde ir para luego estar sólo un par de días allí, el presupuesto era bastante bajo así que aprovechábamos al máximo el tiempo y no parábamos ni un momento. Nos decidimos a descubrir los rincones más bonitos y secretos de cada lugar.

La verdad es que he estado intentando no pensar demasiado en Edric pero a veces era imposible no hacerlo, cuando pensábamos a donde ir Madrid siempre estaba descartado para evitar que el destino nos cruzara en la misma calle, a la misma hora y el mismo día. Otras veces era imposible no pensar en él porque me llamaba o me escribía, intentaba no contestarle pero mi corazón sigue en reformas y de vez en cuando caía en su juego.

Hasta que llegó el día de mi cumpleaños, donde me felicitó y estuvo hablando conmigo como un amigo más y yo decidí que era el último día que perdería el tiempo con él.

Ese día me di cuenta que no vale la pena tener en mi vida a alguien que me impide descubrirme a mí misma.

***

Edric

Madrid, 01 de julio del 2016

Es mi primer verano en Madrid, por suerte encontré un curro para quedarme y no tener que volver a Valencia porque los recuerdos todavía duelen, y no quiero cruzarme con nadie que tenga ganas de partirme la cara.

Durante esta época del año el piso se queda vacío.. Hay dos habitaciones más, a parte de la mía, y tanto Jorge como yo nos quedamos aquí el año que viene, en la otra tenemos que buscar otro compañero de piso. Por suerte, con Jorge he hecho buenas migas, hemos salido de fiesta, reído y llorado juntos, además tiene buena relación con mi compañera de universidad, Miriam, con la que mejor me llevo y es como una hermana pequeña. Eso sí, tuve que prometerle a Irene que no la sustituiría por ella.

El silencio que me encantaba al principio, es algo que se me hace extraño.

Irene... debería llamarle para preguntar como está y que me ponga al día de sus movidas en la universidad. Es la única persona con la que tengo relación de Valencia, además de mis padres. Ha venido a verme un par de veces durante este año y parece que ha congeniado bien con mis nuevas amistades. Durante este tiempo hemos hecho un pacto silencioso donde no mencionamos lo que pasó el año pasado.

Cada vez que me llama siempre tiene algo nuevo que contarme y no cuelga hasta que no me recuerda que debería hablar más con mis padres. Se llevan bien y, cada cierto tiempo, le dicen que me recuerde que les llame. Es cierto que ellos se han llevado una parte mala que no les corresponde.

La verdad es que mis padres no saben nada... sólo que al venir a Madrid cambiaron muchas cosas y nada más. No quería que pensaran que su educación no había valido de nada y que me educaron para ser gilipollas pero no fue culpa suya, fue toda mía.

Hace varias semanas que no hablamos, es hora de llamarles.

—Hola, papá —digo cuando descuelga el teléfono.

—¿Cómo estás, hijo?

—Bien —suspiro —, aunque no voy a poder ir en verano, hay bastante curro y no me dan vacaciones, pero —digo rápidamente antes de que interrumpa para decir que se lo imaginaba y que le enfada — he pensado que podríais venir a Madrid vosotros, yo os pago el tren.

Laverdad es que tengo ganas de verles, los he tenido medio abandonados y enverdad necesito saber de ellos, que me llamen y me atosiguen pero se hancansado de que me comporte como un niñato y es normal. Pero quiero verles, queme abracen y no soltarles nunca. 



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Dos capítulos nuevos después de llevar desaparecida de wattpad unos cuentos meses... ¿qué os ha parecido? ¿Creéis que la espera vale la pena?

Esta semana habrá nuevas actualizaciones. 


Nos leemos.

HILO ROJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora