Capítulo 20 | Sandra

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Vicky

07 de agosto de 2016

—Ey —dice una voz que no soy capaz de reconocer —¿Irene?

Hemos quedado las dos solas por el centro comercial, el mes pasado fue el cumpleaños de Joan y, como no coincidimos con él, hemos esperado hasta ahora para comprarle un regalo. Dejamos todo para última hora, somos lo peor.

—¿Sandra? —responde ella y yo me quedo congelada.

He debido de quedarme blanca al escuchar ese nombre, me ha recorrido un sudor frío por toda la espalda y ya sé quién es. Sólo ha hablado con ella una vez, fue por teléfono y la verdad es que sólo vi un par de fotos de ella en el instagram de Edric, pensé que así sería más fácil y me sentiría menos mierda de persona.

Sin decir nada más se dan un abrazo, comienzan a hablar entre ellas pero mi mente está a años luz para identificar de qué hablan. Distingo algo sobre que vivie en Sevilla, que ha vuelto a ver a la familia en verano y poco más, la verdad es que tengo la cabeza pensando en que como salga mi nombre me largo corriendo de aquí, o mejor lo hago antes porque seguro que sale.

—Ella es —comienza a decir mi amiga algo nerviosa —Vicky. Ella es Victoria —sentencia mi presencia aquí, creo que ella tampoco está segura de qué va a ocurrir.

—Oh —susurra ella y se esconde tras la oreja el mechón de pelo que llevaba suelto —, no sabía que eras tú —pensaba que su tono de voz sería de odio o de rencor pero todo lo contrario, o al menos yo no he sabido distinguirlo.

Estoy segura que el silencio está durando sólo dos segundos pero es el más incómodo de toda mi vida.

—Perdón —digo en un susurro y parece que el pecho se me desinfle. La verdad es que yo había mandado a mi boca decir hola pero ha hecho lo que ha querido.

—No te disculpes —dice ella mirándome fijamente —, no te culpes. El único que me debía dar explicaciones de lo ocurrido era él y fuiste tú quien dio la cara, no tienes nada por lo que pedir disculpas. La verdad es que te agradezco que me lo contaras, me libraste de una importante —suspira—. Bueno —dice mirando a Irene —, a ver si quedamos a tomar algo antes de que me vuelva a Sevilla.

***

Acabo de volver a casa y todavía me tiembla todo el cuerpo, lo último que me esperaba era que algo así pudiera suceder. Prácticamente después de ese encuentro, Irene y yo hemos mantenido cierto silencio porque ni yo estaba lista para hablar de ello ni ella sabía que decir. Estoy aún digiriendo sus palabras.

—Me libraste de una importante —ha dicho.

Por lo que me contó Edric, el plan de verdad era mudarse los dos a Madrid, comenzar allí una vida solos y tener su propio piso.

—El único que debía darme explicaciones de lo ocurrido era él.

Por lo que sé hablaron cuando él ya estaba en Madrid, ni siquiera se despidió de ella en persona.


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