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Recargada en el respaldo el asiento, contemplaba por la ventaba del carruaje el bello paisaje de los bosques de Konoha. Respiró profundamente, era la primera vez desde hace años que iba sin compañía a su viaje con la modista. Su dama de compañía había enfermado y su padre de inmediato le dijo que el viaje se cancelaría, pero ella había visto una oportunidad y no pensaba en desaprovecharla.

De pronto sintió un zarandeada, soltó un quejido debido al movimiento que esta le causó. El carruaje se sentía de lado, seguramente la rueda de este debía de haberse atorado en un hoyo, tal vez debido a que la tierra estaba húmeda por las lluvias de los días recientes. Escuchó como su chofer lanzaba rabietas, sonrió de inmediato y se rió un poco. Lo mejor sería que bajará para ver que sucedía.

Caminó hacia atrás del carruaje y dio la vuelta. Ahí estaba él hincado, agachando su cabeza esforzándose por ver como salir de la situación en la que se encontraba. Su actual chofer era un chico de su misma edad; diecisiete años, tenía cabello rubio lacio pero alborotado a la altura del hombro, su piel no era blanca ni morena, sino un término medio, sus ojos era de un azul tan profundo como el fondo del océano y su nariz era un poco respingada, pero a pesar de sonar tan perfecto, su rostro poseía una expresión boba la mayor parte del tiempo.

-Un buen chofer hubiera preguntado por el estado de su pasajero antes de ver lo que sucedía-dijo con los brazos cruzados y denotando su superioridad en su tono de voz.

El chofer volteó, se levantó y limpió sus rodillas antes de dirigirse a la hermosa pero prepotente dama que tenía enfrente - lo siento mi Lady, ¿se encuentra bien?- habló con ironía.

-Sí, muchas gracias- respondió falsamente pero contenta de que el le hubiera seguido el juego. Comenzó a estudiar la situación, dudaba mucho que su chofer pudiera salir sin ayuda de esta, decidió agacharse sin importarle que sus costosas prendas se mancharan de lodo.

-!Sasuke!-gritó su chófer como si hubiera pasado una tragedia.

-Hace mucho que no me llamabas por mi nombre-se burlo de su chofer. Giró su rostro en dirección a este, lo que hizo que hubiera poca distancia entre ellos.

-¡Estás ensuciando tu vestido, mejor súbete de nuevo al carruaje!-le reclamó, sin poder ocultar su preocupación.

-Me da igual mi vestido-respondió molesta-si no te ayudó no habrá manera de que salgamos de este embrollo.

-El Duque me matará cuando vea que su hija está hecha un desastre-el chico se dejó caer para atrás.

-Ha llovido toda la semana, seguro también en la ciudad, le diré que me manché al bajar del carruaje-dijo como si fuera lo más obvio del mundo.

-Aún así, mejor regresa al carruaje, no quisiera que te lastimes-dijo con tal sinceridad que Sasuke se sonrojó.

-Hace unos años jugábamos juntos y recibí varios golpes de tu parte, ¿desde cuando te interesa tanto mi estado, Naruto?

-Desde que ya no somos unos niños.

-¿Y para hacerlo obvio tenías que quedarte mirando mi pecho?-reclamó indignada y se levantó.

Naruto, como se llamaba su chófer y quien también estaba a cargo de los establos, había dirigido su mirada hacia su pecho, que en realidad a ella no le molestaba, pero actuaba como si fuera todo lo contrario por mera diversión.

-No es mi culpa que lo que sea que te pones, los haga ver tan grandes, a veces incluso pareciera que se van a salir de tus vestidos.

-Esas son las cosas que si molestarían a mi padre, saber de que manera el chofer mira a su hija- era obvio que estaba bromeando, pero le gustaba ver como las mejillas de Naruto se habían incendiado de inmediato.

Midnight LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora