Desperté muy asustado, solo tenía el recuerdo de un hombre acercándose rápidamente a mí.
Miré hacia todos los lados de la habitación, encontrándome con unos hermosos ojos azules que me miraban preocupados.
- ¡Despertaste! ¿Cómo te encuentras? - el chico se tomó de la mano mientras se acercaba más a mí.
- ¿Bien? ¿Que pasó? ¿Dónde estoy? - veía borroso, sentía mi cuerpo doler por todas partes.
- Tranquilo, voy a avisarle a Tadashi que estás despierto - salió de la habitación dejándome todavía más confundido, ¿quién era Tadashi?
A los pocos minutos el chico apareció con un hombre detrás, pelinegro y con traje. Se acercó a mí y me miró sin decir nada.
- Dice que se encuentra bien pero lo veo un poco ido -.
Recuperé mi vista y dirigí mi mirada hacia el chico de ojos azules, me recordaba a alguien pero no sabía a quién.
- Es normal, Langa. Lo he atropellado hace unas horas y de acaba de despertar -.
¿Langa? Ese no era... ¿el violinista?
- ¿¡Eres Langa!? - ignoré al hombre frente a mí y presté toda mi atención al chico.
- Si... ¿me recuerdas, verdad? - se acercó a mí y me sonrió. Asentí rápidamente con asombro.
- ¿Pero que pasó? ¿De verdad me atropellaron? - miré hacia el hombre pelinegro.
- Si, ¿ahora te encuentras mejor? Te diste un golpe en la cabeza y el impacto te dejó bastantes moretones por el cuerpo - me explicó - intenta ponerte de pie y andar -.
Volví a asentir y hice lo que me dijeron. Ayudándome de la cama, apoyé mis pies en el suelo y me impulsé con las manos. Aguanté dos segundos de pie pero mi tobillo empezó a doler y perdí el equilibrio. Me preparé para el golpe que nunca llegó, una mano me agarró por la cintura impidiendo que cayera de cara al suelo.
- ¿Que pasó? - Langa me atrajo hacia su cuerpo abrazándome por detrás.
- Lo que pensaba, tienes el tobillo roto - el hombre habló.
- Vale, ¿pero usted quién es? - pregunté confundido y nervioso por la cercanía de Langa.
- Soy Tadashi Kikuchi, puedes llamarme Tadashi, soy la mano derecha del político Ainosuke Shindo, ¿lo conoce? -.
- Ah... ¿si? Escuché hablar de él -.
Todo se quedó en un silencio que terminó siendo bastante incómodo.
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Me quedé a solas con Langa.
- Agradece que Ainosuke no está en casa... nos va a matar como se entere de que hemos traído a un extraño a su casa - su voz era tranquilizante.
- Tengo una duda, ¿cómo voy a mi casa ahora? Mi madre y mis hermanas se van a preocupar - suspiré.
- No pienses en llamar con tu teléfono porque quedó destrozado... Tal vez podrías llamar por el mío, ¿te sabes el número de tu madre? -.
Me quedé pensando para después negar y escuchar al otro chico suspirar.
- No me lo sé pero tal vez puede venir un amigo a por mí, si me sé su número -.
- Está bien, toma - sacó su teléfono de un bolsillo de su pantalón y me lo entregó.
Marqué un número y llamé. Se escucharon un par de tonos y finalmente alguien contestó?
- ¿Si? - se escuchó al otro lado.
- ¿Joe? -.
- El mismo, ¿Reki? ¿Qué pasa? ¿Por qué llamas desde otro número? -.