Finalmente llegó el día del nuevo espectáculo de Langa, cogí un taxi para llegar al sitio adecuado. Saliendo del taxi pude ver un gran montón de gente en frente de la puerta. Intenté pasar entre todos, soltando pequeñas disculpas por empujar.
Cuando pude salir del montón llegué adentro, todo estaba muy elegante y la gente iba vestida con prendas posiblemente muy caras. Al contrario que yo, unos pantalones vaqueros negros, un abrigo amarillo, un jersey de lana azul oscuro, una bufanda tejida por mi madre y unas deportivas amarillas también.
Caminé hasta un asiento que estaba al fondo y me senté.
- Disculpa, ¿podrías dejarme pasar? - un hombre de cabello largo y rosa me habló.
- Si, claro, pase - me levanté, dejando espacio para que el hombre pasara. Se sentó en el asiento de al lado.
- Me llamo Kaoru, pero puedes llamarme Cherry, mucho gusto - me extendió la mano y la acepté sonriendo.
- Soy Reki - me sonrió levemente.
- ¿Reki? ¿Eres amigo de Kojiro? - soltó mi mano.
- ¿De Joe? Si ¿Por qué la pregunta? -.
- No, por nada. El idiota de él me habló de tí, también soy amigo suyo, desde pequeñitos - volvió a sonreír.
- ¿Sí? Que casualidad, entonces... -.
Sin dejarme la oportunidad de seguir hablando, todas las luces se apagaron, sorprendiéndonos.
Miramos hacia el escenario, encontrándonos con un chico vestido con un traje azul claro, un violín en su mano derecha y un rostro serio pero hermoso.
Mis ojos se iluminaron, tenía muchas ganas de que este momento llegara.
Langa colocó el violín correctamente y en ese momento todas las personas se quedaron en silencio. El suspiró y comenzó a tocar.
Era una melodía lenta y agradable. En un momento dado su expresión se volvió una preocupada, ¿se habría equivocado en algo? Tal vez sí, pero no importaba, como todo el mundo, el también se podía equivocar alguna vez.
Terminó de tocar y hizo una reverencia mientras todo el mundo aplaudía. Desapareció del escenario y pensé que sería bueno ir a verlo.
- Nos vemos - me despedí de Cherry sonriendo.
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Corrí a la parte de detrás del escenario y me encontré a Langa hablando con un grupo de chicas, o más bien, un grupo de chicas hablando con Langa.
- ¡Langa! - saludé, haciendo que el chico se girara y caminara hacia mí con una sonrisa amable.
Las chicas murmuraron algo pareciendo molestas y se fueron, ninguno de los dos le dió importancia.
- Ya veo que si viniste - me dijo sin dejar de sonreír.
- Claro que sí, no me lo perdería por nada del mundo - sonreí también - estuviste increíble -.
- ¿Tú crees? Me equivoqué un poco en una parte... -.
- No te preocupes, casi no se notó, fue agradable verte tocar de nuevo - reí.
- Me alegra escuchar eso -.
En ese momento un hombre se acercó a nosotros, pareciendo furioso.
- ¡Langa! - gritó, acercándose a él - ¿¡Qué es eso de equivocarte en pleno espectáculo!? -.
Langa apartó la mirada. El hombre me miró.
- ¿Hola...? - pregunté confundido.
- ¿Y este quién es? - preguntó volviendo a dirigir la mirada a Langa.
- Nadie importante... ¿podemos irnos ya? - respondió temeroso. El hombre lo agarró de un brazo y tiró de el lejos de mí y me quedé allí de pie, sorprendido por lo que acababa de pasar.
¿Cómo que nadie importante? ¿Quién era ese señor? Aquello me pareció muy grosero de parte de ambos, salí del lugar molesto y llamé a un taxi para que me llevara a casa.