- Y eso es lo que pasa - dije después de contarle todo a Koyomi.
- En resumen, te enamoraste de Langa y Langa de ti pero no puedes estar con él porque al parecer su padrino, que es un político famoso, no os deja estar juntos, lo acosa, lo obliga a tocar el violín etcétera, etcétera... Y Langa se ha alejado de tí, te ha bloqueado por eso y ahora estás intentando contactar con el yendo a su casa pero hay un hombre llamado Tadashi que no te deja entrar -.
- Eso mismo -.
- Mmm... ¿¡En qué lío te has metido con un político!? -.
- Cosas que pasan, pasan que cosas - me encogí de hombros.
Koyomi suspiró y se cruzó de brazos.
- ¿Que vas a hacer ahora, Reki? -.
- Seguir yendo hasta que Tadashi me permita entrar -.
- Es peligroso -.
- Pensé que me apoyarías - dramaticé.
Suspiró de nuevo.
- Haz lo que quieras, mientras no nos maten a todos estoy satisfecha - se levantó y salió de mi habitación.
- No prometo nada -.
- ¡Reki! - gritó desde el pasillo haciéndome reír.
Suspiré y me tiré a mi cama. Saqué mi teléfono y entré en el chat de Langa, realmente lo extrañaba.
No podría ni siquiera aclarar las cosas con el? Al parecer no.
Comencé a leer las conversaciones que teníamos a veces, no eran muy largas, pero era agradable leerlas.
Suspiré de nuevo, pensando en si había otra forma de contactar con Langa, una idea pasó por mi cabeza, su siguiente espectáculo.
Busqué cuando sería y faltaba poco, una semana, en una semana podría ver a Langa de nuevo, después de que terminara de tocar, le hablaría.
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- ¿Otra vez? - Langa le preguntó a Tadashi cuando abrió la puerta de su cuarto.
- Efectivamente, otra vez, el chico no se cansa, se nota que le tienes loco - suspiró.
- ¿No puedo hablar ni siquiera un poco con el? -.
- Ainosuke se enterará, y no queremos eso, ¿verdad que no? -.
- No... -.
- Alégrate un poco, por lo menos sabes que te quiere de verdad -.
- ¡Ya lo sé, Tadashi! Pero no es suficiente... -.
- Lo siento mucho, pero como no quieras hablar con Ainosuke sobre eso, mal vamos, y sabes que, aún que lo hables, no va a funcionar, es un cabezota, y lo que quiere, lo consigue -.
- Lo sé pero... Podría intentarlo, ¿verdad? - miró a Tadashi.
- Supongo que podrías, pero ya sabes su respuesta -.
Langa suspiró.
- Si, la sé -.
- Además, si lo intentaras, el se enfadaría más -.
- ¿Que puedo hacer, Tadashi? -.
- Eso lo decides tú, Langa. Tu sabes lo que es mejor - acarició la cabeza de Langa y salió de la habitación cerrando la puerta detrás de él.
