Supuse que sería una noche aburrida, iba en un taxi, junto a mis hermanas y mi madre. Unos días antes decidieron ir esta noche al teatro, habría una actuación de un violinista bastante famoso que a mí madre le gustaría ver. Intenté convencerla de que me dejara en casa pero... no funcionó.
Dijo que sería lindo verlo, sin embargo, a mi no me hace ninguna gracia tener que venir.
- Mamá, ¿por qué no me dejaste en casa? - dije estirando los brazos hacia el asiento de delante, dónde se encontraba mi madre.
- No empieces, te va a gustar, dejar de ser tan pesado - contestó suspirando.
Mi hermana, Koyomi, comenzó a reírse de mí mientras yo la miraba con un puchero.
En unos minutos ya estábamos en frente del cine, mi madre pagó el taxi y bajamos. Caminamos hasta la gran puerta y entramos, había un pasillo de varios metros hasta llegar a la sala principal.
La puerta estaba abierta así que entramos rápidamente, al fondo de la sala había un escenario sin nadie todavía, con una pantalla grande arriba y a los lados muchísimos asientos. Mi madre nos hizo una señal para que la siguiéramos y así hicimos, nos sentamos en unos asientos al fondo más o menos y esperamos a que empezara el espectáculo.
- ¡Mamá, mamá, mamá!, ¿cuando empieza? - preguntó mi hermana Nanaka impaciente sacudiendo a mamá.
- En un ratito, espérate - respondió poniendo su dedo sobre su boca para que hablara más bajo.
Suspiré y me desplomé sobre el asiento, ni siquiera había empezado pero ya me quería ir.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después se unos minutos se apagaron todas las luces, haciendo que me sorprendiera y me sentara bien. Se encendieron los focos que apuntaban al escenario, dejando ver una silueta de un chico con el pelo azul como el cielo, con traje y un violín.
Se encendió la pantalla, dejando ver al chico de cerca, era bastante lindo, bueno, muy lindo. Se le notaba bastante nervioso, ¿y lo mejor? ¡Parecía ser de mi edad!
El suspiró y comenzó a tocar.
Era una canción muy bonita, tanto que me sorprendió. Se le veía bastante concentrado.
A medida que iba avanzando la canción, más me sorprendía, empecé a sonreír sin darme cuenta, y eso no pasó desapercibido por Koyomi, quién se me quedó mirando.
Terminó la canción y me calmé. Realmente me había gustado, me gustó muchísimo.
- Oye mamá... a Reki le encantó el espectáculo - habló Koyomi mirándola.
- Cállate... - dije apartando la mirada, escuché como mi madre se reía.
- El violinista se llama Langa Hasegawa, por si te interesa - respondió ella sonriendo.
Todo el mundo comenzó a tirar rosas y peluches al escenario, aunque el... no parecía estar feliz, era como si solo estuviera ahí por estar, ¿acaso no le gustaba tocar el violín? ¡Con lo bien que se le da!
Nos levantamos y salimos del lugar, tuvimos que esperar a que un taxi viniera. Me fijé en como el chico violinista salía del interior y todo el mundo le rodeaba.
- ¿Por qué no vas y hablas con el? - me preguntó Koyomi, la miré y luego volví a mirarlo a él.
Pensé que no pasaría nada por ir y decirle que me gustó su actuación así que caminé hacia él.
