CAPÍTULO 1: Song Mingi

4 0 0
                                    

20 de enero de 2020, 17:30. El momento se acerca.

Mis latidos se aceleran por segundos. Trato de ralentizarlos con inspiraciones profundas, pero es inútil.

-Tranquila Aisha. No tienes de que preocuparte.

La tierna voz de Onda casi hace que me sienta mejor. Me llevo ambas manos al estómago. Solo espero no fastidiarlo.

-Aisha, lo harás genial. ¿Acaso no recuerdas todas las noches que has pasado trabajando en vela en el estudio para poder estar aquí hoy?

Como si me estuviera leyendo la mente, E.U. sin darse cuenta, acaba de iniciar un viaje al pasado en mi mente con una pregunta tan simple de "sí o no".

-Sí, las recuerdo, y no solamente las que pasé en el estudio...

Se dice que para componer una canción se necesita de una persona que te inspire. Tener al lado a alguien que te convierta en poeta con tan solo ser él mismo. En octubre de 2018 estaba convencida de que esa persona, en mi caso, sería Song Min Gi.

-¡Hola oppa! -saludé a mi novio con una enorme sonrisa.

-¡Hola hermosa! Me alegro de que estés aquí -me abrazó.

Mingi y yo nos habíamos conocido siendo trainees y ahora él estaba a punto de debutar con su grupo llamado "Ateez". Yo estaba más que segura de que iban a ser un grupo de éxito, entre otras cosas porque su primer single ya había tenido bastante repercusión entre las fanáticas. Sin embargo, él se veía algo escéptico. Siempre trataba de animarle y transmitirle todo el positivismo que él parecía carecer. Le acompañé a cada entrevista, a cada actuación, a cada promoción, a cada fan meeting. Soporté riñas de instructores de la JYP Entertainment por estar ausente, además de mis celos hacia las fans más apasionadas. Hice todo eso por él, para siempre acabar escuchando las mismas palabras.

-Tu compañía hace que me relaje. Muchas gracias por venir, no sé qué haría sin ti.

Siempre decía lo mismo y siempre me hacía sentir de la misma manera. Me hacía sentir responsable. Sentía que si un día no iba con él y algo salía mal, sería culpa mía. Por eso lo acompañé siempre... hasta que J Y Park pidió verme en su despacho.

-Aisha, ¿se puede saber que te pasa? Eres una chica con mucho talento y en lugar de centrarte en tu trabajo, simplemente desapareces. Tu comportamiento es inaceptable.

-Lo siento CEO. Por favor, no llame a mis padres. Prometo que a partir de hoy me centraré más que nunca.

-Yo sí que lo siento, Aisha. Llamaré a tus padres, pero para que te vengan a recoger. Estás expulsada del programa de trainees de JYP Entertainment.

-P-pero... ha dicho que tengo mucho talento. Este es mi sueño, no me lo puede arrebatar sin más.

-Sí que puedo y lo acabo de hacer. Lo que necesitamos ahora mismo son chicas responsables, trabajadoras y educadas, no contestonas ni ausentes.

Sus últimas palabras hicieron que rompiera a llorar, pero me fui en silencio. Sentía una gran presión en el pecho, solo quería desaparecer. Aun así, lo peor fue tener que subirme a la parte trasera del coche de mis padres y aguantar sus gritos. Hacía tiempo que no los veía tan enfadados. Jamás me hubieran perdonado si no fuera porque mi antiguo jefe se había puesto en contacto con Yuehua Entertainment.

-Aisha, tenemos que hablar.

Mi padre me dio un listado de condiciones para poder ir a la audición de la nueva compañía. Entre ellas estaba la norma de "no volver a acompañar a Mingi a ninguna clase de evento". Acepté todas sin rechistar a la vez que pensaba en J Y Park. Después de haberlo maldecido en todas las lenguas que sabía, demostró que no era mala persona, solamente estaba enfadado conmigo aquella noche.

-¿Crees que si vienes a escondidas se dará cuenta? - me preguntó sentado en un banco después de contarle todo lo que había pasado.

-Los instructores del Yuehua siempre pasan asistencia. Además, no quiero arriesgarme a que me pase lo mismo que con la JYP -vi la decepción en su cara-. Pero tranquilo, todo irá bien. Ya verás que aunque yo no esté lo harás genial en tu próxima actuación.

No fue así. Le tembló tanto la voz que desafinó. Adivinad a quién le echó la culpa. Yo no le hice desafinar, yo no me prohibí a mí misma ir con él, pero, aun así, tuvimos la peor discusión de toda nuestra relación. Me dijo que si él ya era idol era más que suficiente para mantener a una familia en el futuro, pero yo quería cumplir mi sueño al igual que él. Por eso, cuando me propusieron ser la sexta y última integrante de un grupo femenino que estaba por debutar, no me lo pensé dos veces. Volví a tener un pequeño enfrentamiento con Mingi, pero llegamos a la conclusión de que tenía que aprender a controlar sus nervios sin mí, asique decidió apuntarse a yoga por su cuenta. Parecía que habíamos encontrado la solución a nuestros problemas, pero cuando debuté, volvieron a aparecer.

-¡Chicas, lo hemos hecho genial! -exclamó E.U., la líder, a la vez que iniciaba un abrazo grupal.

Estábamos eufóricas. Estuve totalmente pletórica hasta que apareció Mingi y me pidió hablar a solas.

-¿Te ha gustado oppa? -le pregunté con una sonrisa mientras lo abrazaba y alzaba mi barbilla para poder mirarle la cara.

-Sí, mucho. Pero no me esperaba que hubiera tantos hombres mirando...

-Bueno, tú siempre estás rodeado de chicas. ¿Cuál es la diferencia?

-No lo sé. Supongo que tú estabas preparada para verlo, pero yo no. He visto las caras que ponías a los hombres del público, la misma que me pones a mí cuando quieres... -desvió su mirada- ya sabes...

-Bueno, se supone que tengo que verme sexy.

-¿En una canción que se llama Bon Bon Chocolat? ¿En serio? Mira, ya me pasó en la actuación que tuvisteis antes del debut. Los celos no me dejan trabajar. Creo que lo mejor para los dos será dejarlo. No quiero a una chica que me deje solo...

Y así fue como después de haberme aguantado mis propios celos sin decir una sola palabra, de haberme descentrado de mi propio sueño por haber estado asegurando que el suyo se cumplía cada día, de decepcionar a mis padres, de haber sido expulsada de mi agencia soñada, él me dejó sin más.

El sueño de AishaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora