CAPÍTULO 11: Ajuma (señora)

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El estilista ya me ha maquillado. Me encanta el resultado.

-Te ves guapísima con el maquillaje.

Al parecer a Onda también.

-Ahora, antes de peinarla, diríjase por favor al cambiador número tres. Ahí he dejado la ropa que eligió para la ocasión. Es algo difícil de encontrar, pero llamaré a la señora Lee para que la acompañe.

"Así es como se llama la ajuma", pienso.

-Descuide, sé perfectamente dónde está.

El cambiador número tres es un buen cambiador. De hecho, tengo buenos recuerdos de él. Recuerdos que se me vienen a la mente y hace que me sonroje mientras los reproduzco en mi mente.

Por segunda vez en nuestra vida nos encontrábamos a punto de presentar una nueva canción a nuestros fans. La primera vez tuvimos nervios, pero en aquella segunda ocasión convertimos los nervios en ganas. No veíamos el momento de salir.

Tan solo un minuto antes de que nos dieran luz verde para dirigirnos hacia el escenario, recibí un mensaje.

Estaremos mirándoos desde el palco para no molestar a vuestros fans. Estamos todos entusiasmadísimos. Nos vemos después de la actuación. ¡Fighting!

-Lucas ha venido a vernos -comenté con la mirada aun en la pantalla de mi teléfono y sin darle demasiada importancia.

-¡Uy...! -exclamaron todas insinuantes.

-Jaemin me ha escrito dándonos ánimos. Está con Lucas -añadió Onda con sus mejillas sonrojadas.

-¡Oh...! -volvieron a exclamar.

-Señoritas, vayan dándome sus teléfonos y concentrándose, por favor.

-¡Sí, señor! -contestamos a nuestro manager con energía.

Una ajuma, trabajadora del m net, vino a avisarnos de que había llegado la hora. En nuestro debut también fue ella la que nos avisaba a cada pequeño rato que pasaba de la hora. Me pregunté si ese era su único trabajo.

Fuimos decididas a nuestros sitios. Estábamos preparadas. Empezó la música y brillamos como nunca.

-¡Dios mío, que subidón! -grité una vez volvimos al camerino -"Adiós" les ha encantado. ¿Oíais cómo gritaban? ¡Estoy súper feliz!

Todas estábamos contentas, pero yo la que más.

-Algunos de los chicos de NCT están aquí y quieren entrar a saludar. ¿Les dejo pasar? -nos comunicó la ajuma.

Contestamos que sí, que los dejara pasar. Estaban Lucas y Jaemin, como ya sabímos, junto con Ten, Hendery, Yuta, Johnny y Jaehyun. Los dos últimos habían venido únicamente para disculparse a pesar de no recordar con detalle cómo se habían comportado con dos de las chicas. Se fueron rápidamente. Los demás se quedaron charlando con las chicas con las que habían estado socializando el sábado anterior.

Al cabo de un rato, empezó lo más interesante para mí. Nuestra actuación había sido la última de la noche y pronto nos invitarían a irnos. Solo faltaba yo por cambiarme. Justo antes de irme, Lucas me susurró algo al oído sin que nadie más lo oyera a parte de mí.

-He de confesar que durante la actuación te veías tan sexy que me he puesto a cien.

Él estaba detrás de mí. Giré mi cabeza y le dije silenciosamente que me siguiera. El pasillo estaba ya desierto y nadie nos vio entrar juntos en el vestidor. Nada más cerrar la puerta detrás de nosotros, nos besamos con ganas, muchas ganas. Me desabrochó los pantalones a la vez que yo le quitaba la camisa. Me giró, se bajó los pantalones y me penetró. Me apoyé como pude en la pared, teniendo cuidado con el espejo que había, en el cual veía su cara reflejada y él la mía e hice un gran esfuerzo para no hacer nada de ruido. Me encantaba lo que estaba haciendo. A los quince minutos notaron nuestra ausencia y a mí me buscaron en el vestidor. La puerta no tenía pestillo, asique la abrieron sin más.

-¿Aisha? ¿Lucas? -preguntó la misma trabajadora de siempre confusa por lo que estaba viendo.

-Lo siento, señora -dije-. Lucas me acompañó hasta aquí y cuando terminé de cambiarme sentí curiosidad por como le quedaría esta falda y le dejé pasar.

Efectivamente, en quince minutos me dio tiempo a vestirme con mi ropa. Sin embargo, Lucas aun no se había abrochado los pantalones. Era muy lento, por lo que decidí taparlo con lo primero que vi.

-Lo lamento, pero en cinco minutos vamos a cerrar. Deben irse.

-Denos un minuto, por favor. Ayudaré a Lucas a quitarse esto.

La señora lo miró de arriba a bajo y cerró la puerta sin estar convencida de la historia que me había inventado.

-¿Ha sonado creíble? -pregunté.

-Yo diría que sí. ¿Cómo me has puesto esta falda tan rápido?

Tenía una cremallera que recorría todo el largo de la falda. Se la quité y entendió como tarde en ponérsela lo mismo que la señora en terminar de abrir la puerta.

-Ahora abróchate eso y salgamos rápido.

El pasillo seguía estando desierto y cuando nos reencontramos con los demás en frente del edificio, nadie nos preguntó qué habíamos estado haciendo. Estaban demasiado centradas en mantener la conversa aparentemente interesante que estaban teniendo.

-Bueno, Aisha -empezó a caminar-. Ya nos veremos -dijo mientras se alejaba dando algunos pasos hacia atrás, para no darme la espalda al hablar.

Se fue, pero no sin antes dedicarme uno de sus guiños acompañados de su linda sonrisa. Comunicó a los chicos que ya se podían ir. Todos se despidieron educadamente.

-Un gusto haber estado con vosotras. Espero podamos volver a hacer algo juntos -dijo Ten, el más amable de ellos, en mi opinión. No como Hendery.

El sueño de AishaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora