CAPÍTULO 23: Han

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La noche con Lucas había sido confusa. Él realizó una especie de declaración de amor, mientras yo me limité a contestarte quitándole la ropa. Fue la primera vez que lo hicimos con algo de sentimiento. Aun así, no parecía haber amor. Quizás cariño, pero no amor. Aunque nunca dudamos en la posibilidad que ese 'cariño' terminara convirtiéndose, poco a poco, en aquel gran sentimiento con la letra 'A'.

A la mañana siguiente tenía trabajo. Me desperté asustada, pensando que llegaba tarde al ensayo de maquillaje para el nuevo videoclip. Me asusté aun más cuando me llamaron diciendo que ese día me tocaría trabajar con Lisa en YG Entertainment. Lucas pidió muy amablemente al coche de su empresa que me acercara. El corazón me iba a mil por hora mientras caminaba por los pasillos de aquella agencia. Una cara conocida se ofreció a llevarme donde estaba mi nueva compañera.

-Gracias, Rosé.

Me quedé de pie frente a la puerta de la sala de baile por unos segundos. Respiré hondo y toqué la puerta.

-¡Adelante!

Estaba sentada en el suelo jugando con su teléfono. Al verme, se levantó sorprendida. Tosió y me hizo una propuesta que acepté sin pensármelo dos veces.

-¿Podríamos borrar todo y volver a empezar? Desde 0. Como compañeras.

Inició la reproducción de la versión beta de la canción y empezó a bailar. Aun no tenía la coreografía completa, pero me gustaba como estaba quedando. Me enseñó paso por paso. Se le daba bien explicar. Cada movimiento que hacíamos sirvió a modo de pequeño martillo que iba rompiendo el hielo poco a poco. Hubo algún trompicón acompañado de risas tímidas. Miradas. Sonrisas.

-Creo que por hoy ya hemos avanzado bastante -dije sentada en el suelo, antes de tomar algo de agua.

-Estoy de acuerdo.

Se dirigió al ordenador. Puso otra canción por error antes de quitar la música. Se disculpó.

-No pasa nada, puedes dejarlo.

-¿Seguro? Es la canción que he bailado en el último vídeo de mi canal de YouTube.

-Oh. ¿Subiste uno? -pregunté haciéndome la tonta. Estaba suscrita y con la campanita activada, lo sabía perfectamente. -¿Puedo ver una demostración?

Sonrió echando la cabeza hacia atrás.

-Está bien.

Puso la canción desde el principio y comenzó a bailar. La vi muy guapa en ese momento.

-¿Te ha gustado?

Me levanté y me acerqué a ella. Entonces me acordé de aquella historieta protagonizada por algunos miembros de Stray Kids, la cual me llevó a hablar con uno de ellos la mañana siguiente de la escena en la discoteca con Jennie.

-Me quedé sorprendido cunado Hyunjin me dijo que querías quedar conmigo.

-Me lo imagino. Gracias por aceptar mi invitación, Han.

-No te preocupes, pensaba venir aquí de todas formas a tomar café un día de estos.

No parecía estar demasiado cómodo. Decidí ir al grano para no torturarlo más.

-Hyunjin me contó tu historia con Lee Know, o al menos una parte -vi como Han se ponía rojo. -y lo cierto es que me estoy viendo en una situación parecida y estoy completamente perdida. ¿Podrías ayudarme?

-¿Con qué quieres que te ayude exactamente? No entiendo.

-¿Podrías decime que hizo él para hacerte tanto daño? Así sabré qué no hacer para que L... -casi digo su nombre- mi amiga no se sienta mal por mi culpa.

Negó con la cabeza.

-Él no hizo nada. No tiene la culpa de que yo no le guste. Toda la culpa la tengo yo por fijarme en quien no debo. Lo único que puedo decirte, antes de romperle el corazón a alguien, es que te asegures de que jamás querrás nada con esa persona.

-¿Cómo lo hago?

Hubo una pausa. Miró hacia el suelo y continuó hablando.

-Lee Know y yo nos acostamos una vez. -tomó aire para seguir contando su historia- En nuestras últimas vacaciones, nos fuimos juntos a un hotel. Yo estuve tan apegado a él durante todo el viaje que la última noche me preguntó por mis sentimientos y yo me sinceré con él. Me dijo que me quería, pero que le gustaban las chicas. Entones le besé. "¿De verdad quieres que averigüe contigo si también me gustan los chicos o no?", me preguntó y yo asentí. Me volvió a besar y nos acabamos acostando. Dormimos abrazados y a la mañana siguiente me confesó que solo fue capaz de hacerlo porque cerraba los ojos y se imaginaba que estaba con una mujer. Fue algo duro para mí tener que escuchar eso, pero al menos así sé que no puedo hacer nada para estar con él. Tampoco puedo enfadarme con él porque sé que ha intentado sentir lo mismo que yo siento por él, pero fue inútil. -dirigió su mirada hacia mí, directamente. -Asique si de verdad te importa esa persona, inténtalo. Inténtalo una vez y decide. No le hagas esperar, no le des tiempo a que se haga falsas esperanzas, solo haz lo que tengas que hacer para asegurarte de que esa persona nunca te va a atraer, porque una vez tomes la decisión, ya no habrá marcha atrás. A no ser que lo que busques sea marearla y hacérselo pasar mal.

Junté mis labios con los de Lisa, muy delicadamente. Nos separamos un par de segundos. Nos miramos. Volvimos a besarnos, esta vez, con más firmeza, pero manteniendo nuestras bocas cerradas. Al acabar ese beso empezamos otro enseguida. Acarició mi lengua con la suya. Lo hizo varias veces y nuestra respiración comenzó a acelerarse. La tomé por la nuca y ella a mí por las caderas. Las juntó con las suyas. Subió una de sus manos por mi tronco, pasando por uno de mis pechos hasta engancharse con un brazo en mi cuello. De un salto enganchó sus piernas en mi cintura. Seguimos besándonos hasta que tocaron a la puerta. Se separó enseguida.

-Hola, ¿cómo os va?

Rosé había venido para asegurarse de que no nos estábamos tirando de los pelos, aunque, si nos hubiera dado un poco más de tiempo, hubiéramos acabado haciendo eso mismo en otro contexto.

-Nos va genial. ¿Podrías dejarnos a solas? -pidió Lisa recibiendo una respuesta positiva para después dirigirse a mí. -¿A qué ha venido ese beso?

-Solo quería comprobar una cosa.

-¿El qué?

Ese tenía que ser el momento en el que le dijera si lo que ella quería conmigo iba a ser posible o no. El momento en el que iba a terminar su incertidumbre causada, sobre todo, por el beso que acababa de darle yo a ella. En lugar de todo eso, me acordé de Lucas. Justo el día siguiente de él haber abierto sus sentimientos a mí, yo había besado a otra persona. ¿Se merecía él eso? ¿Se merecía ella que yo tuviera a otra persona en la mente en un momento como ese?

-Tengo que irme. Lo siento, Lisa.

Cogí mis cosas y me fui. Me pedí un taxi y me fui echa un lio a casa, a esperar a mis compañeras. En especial, a una de ellas.

El sueño de AishaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora