CAPÍTULO 12: Hendery

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El día antes de presentar "Adiós" a nuestros fans, había ido a casa de los chicos de la WayV, siguiendo los deseos de Lucas, y los míos. Él había conseguido mi número por medio de Ten y, después de asegurarse de que no habría nadie, me invitó a hacerle una visita, a pesar de seguir con algo de resaca de la fiesta de cumpleaños de Jaemin. Pedimos una variación de comida china y coreana para comer.

-Sigo pensando que la comida coreana es la mejor del mudo, pero he de admitir que este plato está buenísimo. ¿Qué es?

-Kung Pao: pollo en cubos, chile seco y cacahuates fritos. Se cocina con ajo, jengibre, aceite, frijoles, vino, salsa de soja, azúcar y... algo más. Un segundo.

Seguí comiendo mientras miraba como él buscaba la información que no recordaba. Dijo algo en chino.

-¿Cómo? -pregunté.

-No sé cómo se dice. Un segundo.

Ahora estaba buscando la traducción.

-Fécula -concluyó.

-Ahora nos entendemos, Lukipuki.

-¿Cómo me has llamado?

Reímos. Terminamos de comer, lavamos los platos y subimos a su cuarto. Fui directa a sentarme en su cama. Parecía cómoda y así lo confirmé.

-¿Te gusta mi cama? -preguntó cruzado de brazos.

Boté un poco en ella.

-Es cómoda.

Vino hacia mí, se sentó a mi lado, me puso una de sus grandes manos en mi mejilla y pasó lo que tenía que pasar. Esa vez, por primera vez entre los dos. Estuvimos una hora entera. Al acabar, me puse su camiseta y bajé a servirme algo de beber.

-¿No prefieres que vaya yo? Eres mi invitada.

-Tranqui, así aprovecho para ir al servicio.

Ahí estaba yo, saliendo del baño vestida con tan solo una camiseta, nada más. Bajé las escaleras de la casa hasta llegar a la cocina. Abrí la nevera, luego el armario donde me había parecido ver que estaba la vajilla y me serví un vaso de agua. De vuelta hacia las escaleras...

-¡Hola, Aisha!

Me sorprendió tanto que me atraganté con la poca agua que había logrado sorber.

-¡Hendery! -tosí. -¿Ya estabas ahí cuando bajé?

-Sí. Estás un poco ciega. Por cierto, ¿algún día vendrás a casa sin que sea para tener sexo?

-Sí. El día que venga a visitarte a ti -le hice reír.

De repente se puso serio.

-Oye, perdón si por culpa mía saben lo que pasó entre ti y Ten. Soy un poco bocazas.

-No hace falta que lo jures. Disculpas aceptadas. Me vuelvo para arriba.

Subí dos escalones.

-Subo contigo.

Me detuve y me di media vuelta.

-¿Qué pasa? -me preguntó sin entender por qué me detuve. -Mi cuarto está arriba -de repente entendió la razón-. Ah... ¿no llevas bragas? Descuida, subo yo primero. No vaya a ser que... Es igual. ¡Chao!

Subió corriendo. Al entrar a la habitación, Lucas se había quedado dormido.

-Pues nada...

Me vestí y me fui para dejarle descansar. Toqué puerta por puerta hasta encontrar la habitación de Hendery.

-¿Me llevas a casa?

No pareció suponerle un gran esfuerzo. Aceptó sin más.

-Te advierto que me acabo de sacar el carnet -me informó estando ya en el coche, mientas se abrochaba el cinturón.

-¿Hace cuánto?

-Tres días.

-¿Estoy a tiempo de pedir un taxi?

Arrancó el coche.

-Ya no.

Durante el camino corroboré que era un verdadero bocazas. Sin embargo, me caía bien. Parecía buen chico y era bastante gracioso, si te encontraba de buen humor.

¿Por qué me estoy acordando de Hendery en un momento como este? ¡Cierto! Si no hubiera sido por él nunca hubiera conocido a una de las mujeres más importantes de mi vida: Lalisa Manoban.

El sueño de AishaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora