CAPÍTULO 25: Aisha

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Tras mi declaración de amor, Lisa y yo volvimos a grabar.

-Chicas, lo habéis hecho mejor que nunca.

Después, presentamos nuestro baile y nos ayudaron una serie de back dancers a completar una buena puesta en el escenario.

-¡Buen trabajo, chicos!

Por último, el CEO de mi empresa nos dio una fecha de presentación: 15 de enero. Y aquí estamos nosotras dos, en apunto de salir al escenario de mnet, muertas de los nervios. Una persona del stuff pide a mis compañeras de EVERGLOW que se retiren. Falta menos de dos minutos y necesitamos concentración.

-¿Lista? -me pregunta tomándome de las manos.

-Contigo siempre.

Nos besamos.

-Está bien, señoritas. Pueden salir.

El corazón me va a mil por hora. Me reconforta saber que reproducirán una grabación de nuestras voces para que podamos concentrarnos en el baile. Aun así, tengo presente que la mujer que tengo al lado es la mujer de mis sueños y no logro relajar mis latidos. Recuerdo el día de nuestra primera cita oficial, en aquel restaurante donde comimos juntas por primera vez, recuerdo cuando hicimos turismo por Japón, con la excusa de acompañarla a su concierto con Blackpink en Tokio, recuerdo cuando pasamos navidades juntas y nos regalamos lencería la una a la otra sin habernos puesto tan siquiera de acuerdo, recuerdo mi primer "te quiero" dirigido hacia ella mientras tomábamos helado enfrente del puerto y el suyo enfrente de un rio viendo a dos cisnes haciendo un corazón con sus cuellos. Recuerdo incluso aquella pequeña riña que tuvimos, no recuerdo el porqué, pero sí lo rápido que lo solucionamos. Recuerdo el día que conoció a mis padres, lo incómodo que fue y lo emocional que se puso por no poder presentarme a los suyos tan fácilmente. Recuerdo lo bien que me siento cuando estoy con ella y lo bien que me siento cuando estoy sola, aunque la eche de menos. Recuerdo todo esto al son de los cuatro golpes de baquetas que se escuchan antes de empezar a sonar la música.

Empiezo yo a cantar. Lo hago nerviosa, pero con la mayor seguridad que sé. Sigo el baile que creó mi bella Lisa a la vez que me concentro en las palabras que junté yo hasta crear la letra definitiva. Lisa baila conmigo, hasta que llega su turno de cantar. En este momento recuerdo mi último gran recuerdo con ella: nuestra visita a Osaka.

-¡Aisha! -gritó ella mientras agitaba su mano lo más alto que podía para llamar mi atención desde el otro lado de las puertas del aeropuerto.

Corrí hacia ella con cuidado de no dejar caer mi maleta. La atrapé entre mis brazos nada más llegué a ella. Ambas estábamos entusiasmadas.

-¡Sigo sin creerme que vaya a tener un par de días para nosotras solas en esta hermosa cuidad! -exclamé.

-Hemos trabajado mucho estos días. Nos lo merecemos para antes del "d-day".

Por suerte para Lisa, mi japonés era algo mejor que el suyo. La guie durante todo el viaje. Fue el viaje más perfecto que había tenido nunca, marcado por primeras veces.

-¿De verdad no lo has hecho nunca con una mujer? -preguntó ella.

-De verdad de la buena. Por cosas del destino solo he hecho esto con chicos, como en la película Mi primer beso.

Lisa no pudo aguantar sus carcajadas.

-Tranquila, no creo que vaya a ser muy diferente. Aunque lo cierto es que me hace ilusión ser la primera mujer en tu vida incluso para tonterías como esta.

Fue entonces cuando dimos el primer paso y empezamos a jugar con la máquina de baile de uno de los recreativos más famosos de japón. Sí, todo el rato hablábamos de eso. No obstante, eso no significa que esa noche en nuestra habitación de hotel tuviéramos una conversación parecida.

-¿Estás nerviosa?

Estábamos las dos tumbadas en la cama. Hasta entonces, solamente habíamos tenido besos y alguna que otra caricia tímida. Era la hora perfecta para dar el siguiente paso.

-Contigo no -contesté.

Ella sonrió.

-Genial.

Me besó y se colocó delicadamente encima de mí.

-Solo te diré una cosa. Puedo asegurarte que se más cosas sobre satisfacer a una mujer que ese amiguito tuyo.

-¿Lucas?

Asintió mientras se mordía el labio inferior con una sonrisa. Volvió a besarme y fue bajando poco a poco por todo mi cuerpo hasta llegar a un punto en el que me hizo ver las estrellas.

Termina nuestra actuación y nos abrazamos. El público ruge y nuestra respiración se agita. Hacemos una reverencia y bajamos del escenario.

-Aisha, ¡hemos triunfado, tu canción ha triunfado!

-Todo gracias a ti, amor.

Nos damos un beso y nos abrazamos. Vienen las chicas emocionadas a felicitarnos mientras me sumerjo en mis pensamientos.

Incluyendo los años de trainee, ha sido un viaje muy largo y difícil. He tenido que derramar sangre, sudor y lágrimas, pero al fin estoy aquí, en lo más alto. Estoy orgullosa de mí y de lo que he logrado. Me siento la mujer más feliz del mundo, aunque no siempre haya sido así y puede que mañana cambie la sensación. Nunca se sabe. Nunca puedes saber que pasará en el futuro, solo sé que todo cambia y, si te esfuerzas, ese cambio es a mejor. Por eso, nunca os rindáis y aprovechad cada momento de vuestra vida. Tanto los buenos como los malos, pues aprenderéis mucho.

El sueño de AishaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora