CAPÍTULO 17: Yang Yang

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Me desperté en la cama de Lucas. Casi no notaba la resaca de lo agradable que era ese colchón. Aun seguía con la sábana hasta el cuello cuando Yang Yang tocó la puerta. El resto de la casa seguía dormida y quiso comprobar si yo estaba despierta.

-¿Quieres ver algo divertido?

Accedí preguntándome que sería ese algo. Fuimos a la habitación de Kun. Lo vimos a él profundamente dormido con el bebé gigante de Lucas apoyado en su pecho. Yangyang y yo salimos tratando de no hacer ruido con nuestras risas. Bajamos a desayunar.

-Los chicos suelen levantarse bastante tarde. ¿Te gustarían tostadas y café para desayunar?

-Sí. Deja que te ayude.

Lo preparamos todo entre los dos.

-Anoche me lo pasé super bien con todos -dije mientras me sentaba, antes de darle el primer mordisco a la tostada.

-Yo también. Podríamos hacer una fiesta así cada mes -propuso con una sonrisa adorable.

-Sería estupendo.

-Por cierto, ¿sabes si Lisa tiene novio?

-Que yo sepa no. ¿Por qué?

Se puso rojo.

-Si te soy sincero, me gustó un poco.

-Oh. ¿Y por qué no intestaste hablar con ella?

-Lo intenté, pero estaba pendiente de otra persona.

-¿A sí? No me fijé. ¿Quién?

Se limitó a quedarse mirándome mientras masticaba. Lo miré extrañada, me señalé. Él no quiso decir nada más. Sin embargo, ya no hacía falta, me dejó claro cual fue su impresión de la noche anterior.

-Yang Yang, estabas borracho.

-Borracho, no ciego.

Aquella fue la primera vez que alguien me hizo reflexionar sobre la manera en la que me miraba Lisa. Yang Yang consiguió que lo tuviera en mente el resto de la semana.

El viernes siguiente...

-Lisa, ¿cómo puedes estar tan hermosa con todo lo que te pones?

-No seas pelota y ayúdame a escoger una de las dos faldas -bromeó.

-Pues me gusta más la negra con piedrecitas que te probaste antes.

Dirigió su mirada hacia el espejo.

-Sí, a mí también -concluyó.

-¿Con qué lo combinarás? -pregunté curiosa.

-Pues... tengo un jersey de cuello alto blanco. Quizás funcione. Ya me lo probaré junto cuando llegue a casa.

Volvió a correr la cortina para ponerse su ropa.

-Por cierto, Aisha, ¿por qué no miras algo para ti también?

-No soy yo la que tiene una fiesta de cumpleaños -dije sentada en una butaca al lado del probador mientras navegaba por Instagram a través de mi teléfono móvil.

-O quizás sí -contestó mientras salía ya lista. -Bang Chan me ha dicho que puedo llevar acompañante y las chicas ya tienen planes para ese fin de semana. ¿Quieres venir?

Me sorprendí gratamente. Asentí con la cabeza y fui corriendo a por un vestido al que ya le había echado el ojo al entrar a la tienda. Al cabo de un rato:

-¿Te gusta? -pregunté abriendo la cortina del vestidor con la prenda ya puesta.

Era un vestido corto de manga larga ajustado. Tenía piedrecitas, igual que la falda de Lisa, con la diferencia de que las mías eran negras que formaban líneas y las suyas blancas.

El sueño de AishaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora