Konoverso : Dos caras de la misma moneda

1. La encarnación de nuevo

En aquel entorno en el cual el tiempo dejo de correr al igual que las manecillas del reloj.

Una visión qué detuvo cada latido de los corazón de aquellos que presenciaron lo peor hacia un par de horas.

La habitación qué resguardaba la sagrada línea de tiempo sería testigo de aquella escena.

La jueza fue la primera que pudo pensar en algo una vez que vio a aquella silueta.

'¿Otra variante? ¿Se habrá escondido mientras los retornaban?'

Se supone que todas las variantes presentes en el cataclismo de Cronos habían sido enviadas a sus hogares.

Esa era la razón por la cual la jueza se sentía tan inquieta con esa presencia, pues esta era tan normal a cualquier otra variante.

Pero había algo más... algo que puso alerta incluso al Monarca.

Este tenía su agarre firme y a la vez tenso sobre el mango de sus dagas.

Algo no cuadraba.

'No pude sentirlo en lo absoluto... El pudo pasar por encima de todos mis sentidos.'

Después de que unos segundos casi eternos pasarán, la presencia finalmente decidió continuar.

—Como te dije, no puedo permitir que destruyas esa maqueta.

—¿Algún motivo?

—La necesito para algo que tengo en mente.

—¿Y a mi por que me debería interesar eso?

La variante suspiro cansado una vez que sintió un tono arrogante por parte del Monarca.

—Sabía que intentar discutir contigo era en vano, aunque al menos lo intente.

—Entonces me conoces.

—¿Quién no? Al menos todo aquel que sea alguien sabe quien eres.

—Entonces sabes bien que no te daré una mierda.

—Si, si... Eso me temo.

Unos segundos pasaron luego de ello, cosa que tranquilizó la atmósfera del lugar.

El pesado aire qué se respiraba finalmente se había calmado, pero eso alertó incluso más a todos.

Pues todos ya sabían de antemano qué significaba esto.

Fue Nazi quien se preparo para lo peor poniendo sus dedos sobre la empuñadura de su revolver.

'La calma antes de la tormenta... Aquí viene.'

Luego de unos segundos se vio como el Monarca parecía relajar un poco sus hombros.

Sus labios se movieron antes que cualquier músculo.

—Así será...

***

Un borrón de chispas y ráfagas visuales fue todo lo que quedo de ambos.

En un instante ambos desaparecieron para intercambiar de lugar junto a un ruido sordo.

Chink*

El choque de una larga espada con una de las dagas del Monarca fue el causante.

Finalmente, un enemigo había sido reconocido.