57. Encarnado el fallo

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El alíen se acercó a Mimo en un instante, y él le respondió con sus puños.

Cada choque creó tanta presión, que el oxígeno se concentró en un punto sin estallar.

Como resultado, cada choque fue silencioso, pero alejó todo lo que estaba a 100 metros a la redonda.

‘¡Qué pesado!’

Mimo sentía que cada golpe con el alíen era como tocar un agujero negro.

Él era un celestialsapien, la raza que dominaba el universo en al menos 8 dimensiones a la vez, y tenía un gran control sobre las fórmulas del mismo.

Mimo estaba frente a una raza que por si sola, podría igualar el “Last hope”.

KRRIIISH*

En uno de los cuantos embates, ambos oponentes se separaron.

-Qué injusto es… el multiverso.

‘Pero tengo una ventaja…’

-Esperemos que seas del reboot.

-…

El alíen, sin hablar, atacó a Mimo con un tipo de control sobre la materia.

-¡¡WOAH!!

Cientos de estrellas salieron disparadas con una energía similar a la que Mimo había usado antes.

Todos esos proyectiles se dirigieron a Mimo, que tuvo que crear una barrera en el tejido del espacio-tiempo para resistir el poder destructivo de ese ataque estelar.

Fhkiiiiiisk*

Fhkiiiiiisk*

Fhkiiiiiisk*

Mimo aguantó la carga, pero en un momento sintió un peligro inminente a su alrededor.

Al mirar bien la situación, vio que el alíen había crecido enormemente.

-Su puta madre… ¡!

GUAAASH*

Un puño gigante, con el peso de cientos de galaxias, se abalanzó sobre Mimo, que por instinto, resistió el golpe con su fuerza de carga.

-¡Urgh!

‘¡Mierda, mierda, mierda! … ¿¡Por qué no vi Cosmos!? ¡Sabía qum’

Mimo se sintió atrapado por el fenómeno del agujero negro, que le aplastaba los hombros con una gravedad infinita.

Solo pudo aguantar ese peso porque él era otra masa igual, creando lo que en la física se llamaba un agujero blanco.

Las dos fuerzas de atracción se repelieron, como dos imanes enfrentados.

Mimo sentía que cada parte de su ser se desgarraba y se fusionaba con todo lo que había, pero tuvo que soportar todo para no ser devorado por esa fuerza.

‘En términos de fuerza, este cabrón me supera…’

La lucha acababa de empezar y Mimo ya estaba a punto de rendirse al verse acorralado.

Ligeramente se arrepintió de no haber tomado la mano de Corrupted cuando este se la ofreció.

-Pero… Aquí yo no tengo tiempo para chocar poderes contra todos. Ya lo dije…

Podía ver sus venas, que se hinchaban y amenazaban con romperse.

Podía oír el crujir de sus huesos, que se fracturaban por la presión.

Podía sentir el calor de su sangre, que fluía a una velocidad inconmensurable para galopar sus forzadas articulaciones.

Podía oler el sudor de su piel, que se quemaba por la fricción.

Konoverso : Dos caras de la misma monedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora