El dia en que Poseidon perdio lo que mas queria.

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El mar estaba revuelto esa noche, las olas rompían contra las costas con fuerza e impotencia. Todos los habitantes de las profundidades del océano estaban sumamente nerviosos, ¿donde? ¿Donde podría estar la reina de los mares?

-Hemos buscada en cada rincón del océano señor - dijo una de las ninfas - también cada río y lago, laguna cascada... incluso en los arroyos... la reina no está.

Tritón soltó un improperio.

-Búsquenla de nuevo, mi madre tiene que aparecer... ¿ya preguntaste a todos? Tal vez alguien sabe en donde está...

-A cada ser, señor. Ninguno parece haberla visto desde ayer.

Tritón se volvió, estaba molesto y más que eso, temeroso. Si su padre llegaba y su madre no estaba...

Y como si lo hubiese invocado, Poseidon apareció, llegando del Olimpo hacia su reino.

-¿Qué pasa aquí? ¿Por que tanto escándalo? Todos van de aquí para allá con caras largas... ¿acaso hay otro desfile y no me he enterado?

Tritón tenso la mandíbula. Su padre parecía ser un hombre despreocupado y complaciente pero no lo era y cuando se enterase...

-Y bien, hijo ¿que es lo que sucede?

-Padre... mi madre ha desaparecido.

Como Tritón esperaba la reacción de Poseidon provocó una ola tan grande que arrasó con un par de poblados enteros.

Primero las olas se tranquilizaron, los mortales pensaron que el mar al fin estaba en calma, pero la furia de Poseidon solo había logrado arrastrar las olas hacia atrás, para crear una ola gigante que choco contra la tierra destructivamente, llevándose mortales al inframundo en un instante.

-¿Cómo has dicho?

-Desde ayer, mi madre no ha sido vista... hemos buscado en todas partes... incluso arriba, pero... nada.

-Ella... debe estar en peligro... seguramente alguien la ha raptado...

-Es lo que creemos padre, pero ningun ser ajeno ha entrado al mar. Y nadie vio nada. Las medusas la vieron ir subiendo en su isla favorita... seguro la raptaron mientras estaba arriba...

-¿Tus hermanas? ¿No vieron nada?

-Nada padre.

-Tendré que buscarla arriba...

Poseidon era un hombre pacífico la mayoría del tiempo pero esta vez todos los habitantes del mar se retiraban al verlo acercarse. Era como ver la oscuridad del océano a la cara.

El dios llego al Olimpo, vio a Hera y Zeus dando una caminata por el inmenso jardín, regularmente iba arriba porque las celebraciones eran de su agrado. Pero esta vez su hermano frunció al ceño al verlo.

-Poseidon... ¿que suced...?

-Alguien rapto a mi mujer.

Los presentes quedaron en silencio por unos momentos.

-¿Sabes quien ha sido? - pregunto el rey dios.

-No... ella simplemente, se esfumo... nadie la vio... nadie sabe nada.

-¿Ya hablaste con Helios?

-Voy para allá. Y creme que cuando sepa quien se la llevo... no tendre piedad...

Hera y Zeus vieron como su hermano se iba con grandes zancadas hasta el templo del astro.

-Pobre del imbecil que oso robar a la reina del mar... - soltó Zeus al ver a su hermano arrasar unos cuantos árboles solo con su aura divina.

Hera levanto una ceja.

-Si es que alguien la ha raptado.

-¿A que te refieres? - pregunto su esposo.

-Anfitrite no es una doncella a quien alguien podría robar, nadie vio nada... pienso que tal vez... se marcho por sus propios pies.

-¿Dices que dejo a Poseidon?

Hera levanto los hombros.

-Hay un límite Zeus, para una mujer engañada. Los cielos saben que yo estoy llegando al mío. Quizás Anfitrite ha llegado al suyo. La vida mortal no suena tan mala cuando la eternidad es un calvario.

Zeus la tomo por los hombros y la acerco.

-No se te ocurra Hera, tratar de hacer algo así. Cambiar tu reino por una vida mortal seria...

-Lo haré si no me dejas otra alternativa... - soltó la diosa quitando las manos de su esposo de encima suyo.

-Primero te mato - soltó Zeus tomando su quijada y besándola con fiereza.

-Morirías también - soltó Hera cuando Zeus se alejo un poco.

-No me importa. Moriremos los dos antes de que siquiera te atrevas a intentar alejarte de mi.

-Eres un hombre insoportable Zeus...

El dios la abrazo con fuerza y a pesar de los intentos de la diosa por alejarlo, sólo logró que Zeus la apretarse más fuerte.

Los besos del dios, ardientes de deseo, la doblegaron porque el cielo sabía, que el fuego que había entre esos dos dioses era tan intenso que algún día acabaría quemando el mundo entero.

Mientras Hera y Zeus demostraban su amor a la interperie Poseidon llegaba hasta el templo de Helios.

El astro salió a recibirlo.

-Helios, mi esposa fue...

-Te pediré que bajes la voz Poseidon...

-Helios no estoy para tus tonterías... han secuestrado a mi esposa ¿has visto quien ha sido?

Helios hizo una mueca, harto de los dioses y sus problemas mezquinos.

-No he visto nada.

-¿Estás seguro? Si me mientes... perderás mas que tu astro esta vez - soltó Poseidon con la mandíbula tensa. Esperaba que Helios le diera respuestas y a no encontrarlas estaba comenzando a desesperarse.

-¿Estás amenazandome? - soltó Helios acercándose aun más al dios.

-No, te estoy advirtiendo... no es cualquier cosa la que te pregunto... se trata de mi esposa.

Helios río.

-Tú esposa he... ¿y desde cuando ella te ha comenzado a importar? Dime Poseidon ¿Hacia cuanto tiempo no regresabas con ella? ¿Cuantas mujeres has violado en estos días en lugar de estar con tu mujer?

Poseidon rechino los dientes.

-Tu esposa se fue... por su propia cuenta. Salió del mar y se fue hacia un poblado mortal. ¿Estás satisfecho?

La voz del titan era fría pero peligrosa.

-Esras mintiendo.

-Piensa lo que quieras. Ella te abandono... porque eres un terrible esposo, un terrible rey y un terrible dios.

-Helios...

-¿Qué? ¿No lo sientes? ¿La conexión que tenias con tu esposa no se ha perdido por completo?

Poseidon dio un paso atrás. No se había dado cuenta pero era verdad. La conexión que tenía con Anfitrite ya no estaba. Ya no podía sentirla, si ella moría él ni siquiera sería capaz de saberlo.

Salió del templo de Helios aterrado.

Pocas cosas le hacían sentir miedo al dios de los mares, pero esto, no saber nada de su esposa, ni siquiera por qué se había ido... su corazón se estrujaba cada vez más.

Y de nuevo. El mar tembló, levantando olas tan grandes como montañas.

El grito del dios se escucho en los cielos, mares y hasta en las entrañas del inframundo.

¡¡ANFITRITE!!

Y desde su escondite, ya siendo mortal... la que una vez fue la reina de los mares, lloro.









Oneshots en el Olimpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora