El mito de Sísifo

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La guerra era tan gratificante como siempre, tan sangrienta y entretenida como todas las guerras anteriores a esta, pero... esta vez, Ares comenzó a darse cuenta de algo extraño. Algo distinto, algo preocupante:

Los soldados no morían.

Eris y las Arpias, al darse cuenta de lo mismo entraron en cólera y desesperación.

-¿Qué sucede, Ares? – pregunto su hermana.

Incluso Athena, en el bando contrario se acerco a ellos.

-¿En dónde está Thanatos?

Ares se quito el casco y enfundo la espada, no tenía sentido seguir peleando si no habría un vencedor. Sin la muerte presente, los soldados podrían luchar eternamente, pero ya no sería una guerra entretenida.

Decidido a recuperar sus preciadas batallas, Ares bajo al inframundo en busca de la muerte.

Exigió ver a Thanatos pero en cambio tuvo audiencia con el rey del inframundo.

-El motivo de mi visita es – comenzó Ares - Que Thanatos no se ha presentado hoy a la batalla. Sin la muerte presente, los soldados... como comprenderás, no mueren.

Hades asintió.

-Hace días que envié a Thanatos por un alma, fue un encargo de tu propio padre, desde entonces, Thanatos no ha vuelto.

Ares frunció el ceño. Sin duda esto era bastante extraño, Thanatos no era de los que se iban por ahí sin avisar, es más, no era de los que se iban jamás.

-Debo recalcar, Ares, que no solo la muerte ha faltado en tu campo de batalla sino en todo el mundo, ni un alma ha llegado a mi reino desde hace días.

Hades tamborileaba los dedos en el posa brazos de su trono, parecía molesto y algo exasperado.

-Bien. – Soltó Ares dándose la vuelta, - iré por el bastardo yo mismo.

-Ah, iras a buscarlo ¿dices? – pregunto Hades.

-Nadie más lo hará ¿o sí?

-Podrías comenzar en Corinto, ya que fue por su rey por quien mande aquel día.

Así fue como el dios de la guerra se dirigió hasta la hermosa ciudad de Corinto. Entro al palacio del rey sin previo aviso y barrio el lugar hasta dar con lo que buscaba, podía sentirlo desde el momento en el que entro, la presencia de Thanatos era palpable. Pero cuando al fin lo encontró, no pudo más que carcajearse de la muerte.

Verán, Thanatos había ido hasta Corinto días atrás, por el alma del rey Sísifo, quien había visto a Zeus robar a la hija de Asopo y había dado aquella información al dios de los ríos a cambio de un manantial en su reino. Cosa que a Zeus le molesto al grado de exigir a Hades el alma del rey. Hades por lo tanto envió a Thanatos por este y eso nos lleva hasta la muerte cara a cara con Sísifo.

El astuto Sísifo.

Quien llenó de elogios a un joven Thanatos, quien no estaba acostumbrado a recibir tales tratos. Regularmente la muerte es aborrecida o en defecto, temida. Por lo que, cuando Sísifo reverencio y admiro a Thanatos, este se sintió alagado y cuando Sísifo le presento obsequios no pudo más que aceptarlos.

Lo que la muerte desconocía era que en lugar de collares y pulseras, lo que el rey le obsequio eran grilletes, con los cuales encadeno a Thanatos y lo esclavizo.

Ares se partía en dos de la risa. Un mortal, un simple mortal había logrado esclavizar a la muerte.

Thanatos odio a Ares, pero a la vez se sintió aliviado de que fuese la guerra quien viniera por él y no otro dios. Ares después de todo era algo parecido a lo que los mortales llaman "amigo". Era imposible voltear a mirar el pasado sin encontrar la presencia del otro. Si había un dios en quien la muerte confiase, ese era Ares y viceversa, claro que... nadie tenía por qué saberlo jamás. Así que espero pacientemente a que el dios de la guerra acabara con su ataque de histérica risa y lo desatara.

Después de burlarse durante mucho rato de él, Ares al fin rompió los grilletes y lo libero. Furioso, Thanatos fue por el rey Sísifo y se llevo su alma hasta el hades. Imponiéndole el peor de los castigos: por osar engañar a la misma muerte, el antes rey se vería forzado a cargar cuesta arriba una enorme roca por una montaña, solo para que, cuando viese su calvario a punto de acabar, cuando viese su misión casi concluida, la enorme roca rodara hacia abajo para que este hombre pudiese comenzar desde el inicio, así... por toda la eternidad.

Ares jamás le permitiría a la muerte olvidar aquel día, y le recordaría la funesta historia constantemente... después de todo, eso hacen los amigos. 

Oneshots en el Olimpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora