Infiltrándose en un bacanal

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Halo!!! Esta es un pequeño capitulo en donde vemos algo de la vida de nuestros príncipes del Inframundo y pertenece al mundo de Una musa para el dios del inframundo. 

No se si habrá continuación y de ser así, no se cuando. He estado con situaciones estresantes en mi casa (nada grave, cosas buenas pero aun así estresantes como mudanzas y cambios) por lo que no he podido atender a mis musas tanto como yo (y ellas) quisiera. 

Así que, disfruten: 

..........

-Es precioso – soltó la menor de los hermanos al ver el templo todo iluminado.

-Lo es... no se por qué tanto escándalo por esta fiesta... - Respondió Zagreo.

-Nuestros padres no pueden enterarse... - lo interrumpió Macaria.

-Claro que no, y no lo harán. – la tranquilizo el mayor.

Melione simplemente se conformo con escuchar la conversación de sus hermanos como siempre.

-¿Cuánto tiempo creen que dure la poción?

Al fin la hermana del medio se atrevió a hablar.

-Unas cuatro o cinco horas. Tiempo suficiente para ver por qué nuestros padres se esfuerzan tanto en evitarnos este tipo de fiestas en específico.

Los chicos tenían una enorme curiosidad, como cualquier joven a quien se le prohíbe algo. Sus padres desde muy pequeños les prohibían muchas cosas. Subir a la tierra, subir al Olimpo, subir al océano. Acercarse a los mortales, acercarse a la guarida de Hécate, acercarse a los templos de los dioses como Thanatos, Hypnos, Nix y Éter pero esta prohibición en específico, era la única que no habían podido romper. Hasta ahora.

La emoción les corría por las venas. Por fin verían con sus propios ojos lo que era un bacanal.

-Según se – continuo Zagreo – es una fiesta que Dionisio hace cada vez que puede. Y todo el mundo está invitado.

-¿También nosotros? – pregunto Macaria cubriendo con el manto su largo cabello negro, no recordaba a nadie del inframundo que se jactara de haber asistido a una de esas reuniones jamás.

-Todo el mundo. Dicen que es muy divertido. De las mejores fiestas del Olimpo.

-¿Por qué es en el templo de Apolo? ¿No debería ser en el de Dionisio?

-Se supone que así es, no sé por qué lo harían aquí esta vez.

Y entonces llegaron, los tres hermanos llegaron hasta las enormes puertas del templo de Apolo. Suspiraron casi al unisono y entraron.

Nadie los reconocería, habían tomado la poción que habían robado del templo de Hecate por lo que parecían seres completamente diferentes. Zagreo parecía un príncipe Troyano, con el cabello rubio y rizado y ojos azules tan diferentes a los propios. Macaria continuaba con su cabello negro pero sus ojos se volvieron verdes, como los de su madre y sus delgados labios ahora eran gruesos y rojos como la sangre. El cambio más grande era el de Melione, que ahora parecía completamente... viva. Ambas mitades de su cuerpo eran de un cuerpo vivo y la putrefacción de su mitad muerta era ahora invisible a los ojos de otros.

Se miraron y asintieron.

-Bien, vamos. – soltó esta ultima y los tres hermanos traspasaron el umbral.

Bien, había luz, mucha luz. Y vino por doquier. Dioses y diosas charlando y sonriendo. Había mesas con banquetes por aquí y por allá. Divanes y sillones por doquier.

-Bueno... ¿por esto tal escándalo? –Protesto Zagreo – nuestras fiestas son mejores.

Macaria rio. Era divertido estar ahí solo por el hecho de que sus padres lo hubiesen prohibido con tal fervor.

Oneshots en el Olimpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora