Noticias para Hebe

1.2K 78 12
                                    

Se quedo congelada en su sitio al escuchar las palabras de su padre, seguro le estaban jugando una broma, ya lo habían hecho antes, aunque jamás su padre, él tenía cosas más importantes que hacer que bromear con ella... o siquiera dirigirle la palabra. Por lo que, en definitiva, no era una broma.

Observo al pelirrojo de enormes ojos azules, por un momento se perdió en ellos, esos ojos, eran tan claros, tan transparentes.

Hebe sacudió la cabeza aturdida y de no ser por toda una vida de práctica con la jarra del vino entre sus manos, la habría dejado caer.

El enorme hombre dio un paso hacia ella. Parecía algo confuso también, la rubia dio un paso atrás para mantener la cómoda distancia que había entre ellos, pero se dio cuenta pronto de que era inútil, el hombre estaba decidido a llegar hasta ella.

Hebe comenzó a hiperventilar, respirar entrecortadamente y estuvo a punto de salir corriendo de no ser que se dio cuenta que Heracles lo único que quería era quitarle la jarra de vino de las manos.

-Luces muy pálida. – le dijo cuando le quito con suavidad el vino, sus manos se rosaron y la chica casi dio un brinco.

-Pa...padre... ¿estas... estas...? – ahora con las manos vacías no encontró mejor opción para ellas que retorcerlas sin piedad. - ¿Casarnos?

Zeus asintió, aun desde su trono mientras la miraba, aunque Hebe se dio cuenta de que el rey no la miraba a ella, más bien cavilaba con la mirada perdida en su rostro.

-Creo, que casarte con Heracles es la mejor opción.

-Pero padre... ni siquiera nos conocemos.

Esto era más de lo que Hebe le había dicho a su padre jamás. Ella sabía que de ella se esperaba solo el asentimiento y se culpaba por ser una hija tan desobediente pero... es que no era posible que su padre la hubiese dado en matrimonio con el mortal... semi mortal... ahora dios... Heracles.

-Tendrán tiempo de sobra para conocerse, una eternidad. – El dios rio de su propia broma.

Hebe miro a Heracles aterrada. Y el hombre solo pudo atinar a darle una sonrisa tímida.

La rubia se dio cuenta de que sus manos temblaban, sus ojos se llenaron de lágrimas y salió corriendo tan rápido como pudo.

Entro en los aposentos de su madre y se lanzo a sus brazos llorosa.

-Hebe ¿Qué sucede? – pregunto su madre confundida.

-Mi padre... me ha dado en matrimonio a Heracles.

No pudo ver, puesto que se encontraba escondida en su pecho, como el rostro de su madre se ensombreció. Su mandíbula se tenso, en realidad, su cuerpo entero se tenso y sus ojos destellaron de furia.

La dejo en la cama y acaricio su rostro, para luego salir de su templo con el fru-fru de su vestido.

Hebe sabia que una terrible pelea se avecinaba pero se sentía un poco más tranquila, su madre lo arreglaría, siempre lo hacía.

Así que aun consternada pero ya no desesperada, corrió hasta el templo de Dionisio.

Sus amigos dejaron de hablar y todo lo que estaban haciendo apenas al verla entrar.

-¿Qué sucede? – preguntaron ambos al unisonó mientras se acercaban a ella.

-Yo... yo... mi padre... me ha comprometido.

Hermes dejo de sonreír, él jamás, jamás dejaba de sonreír, ni en las peores situaciones, y Dionisio dejo caer su copa que se estrello contra el suelo de mármol derramando el vino por todo este, Hebe no recordaba haber visto que Dion desperdiciase vino jamás.

Oneshots en el Olimpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora