Bacanal (Ares y Daría)

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ATENCIÓN DE SPOILER!!!!

Este oneshot contiene un spoiler de Una musa para el dios de guerra. 

......


Se levantó de la tina dejando que el agua escurriera por todo su cuerpo. Camino dejando el rastro de agua tras él hasta que alcanzó la manta y se la ató a la cintura.

Bacanal, los detestaba. Tantos cuerpos frotándose unos a otros entre sudor y vino. Los placeres de la carne los degustaba en privado, la última vez que había sido público uno de sus romances la había pasado muy mal.

Su rostro se torno rojo por la ira solo al recordarlo. El espeso humo negro que brotaba de él al molestarse comenzó a emanar. Se vengaría, de todos y cada uno...

Pero no ahora, no. Ahora tenía otras cosas en la cabeza. Cosas que tenían que ver con el arte.

Salió del cuarto de baño y tomo la túnica. Era blanca con rojo, y realmente parecía un rey con ella puesta, o al menos eso había dicho ella una vez. Sabía que le agradaría verlo vestido con otra cosa que su armadura, hacia mucho que no se ponía otra cosa porque en el Olimpo no podía confiarse pero... Ella lo merecía.

Se sentía incomodo, estaba tentado a esconder algunas armas bajo la túnica pero no lo hizo. No podía arriesgarse a lastimarla sin querer.

Dejo sus negros cabellos sueltos. A ella le agradaba así, siempre que estaban juntos ella liberaba su cabello de la tela que lo ataba y jugueteaba con él de tantas maneras diferentes.

Sonrió sin proponérselo. Vio su barba desaliñada en el espejo y tomo la navaja. Rara vez se rasuraba pero, esta vez era especial. La quito toda y su rostro le recordó años atrás, cuando era aun un dios joven. Sus labios se apreciaban rojos y gruesos y sus gestos no pasaban desapercibidos. Frunció el ceño y se pregunto si sería un error.

Recordó el desagrado que sintió al saber que ella asistiría a ese evento.

La miro con los ojos muy abiertos.

-¿Al bacanal? – soltó sin poderlo creer.

La musa asintió con los labios apretados.

-Apolo ha mandado a que vallamos. Por mi parte no me interesa ver a Dionisio rodeado de ninfas y diosas desnudas, créeme será asqueroso.

-Pero... pero... - se contuvo pues sentía el humo a punto de salir – Hablare con Apolo, no iras.

-No, no te metas en más problemas con tu padre Ares. Apolo es mi patrón y debo obedecer.

El dios sintió tristeza al escucharla decir aquellas palabras tan resignada. Él la había hecho volver, la había encarcelado... de nuevo.

-No, no quiero que vallas. – soltó con la voz más ronca de lo que pretendía.

Ella lo miro con dulzura y sonrió de lado.

-¿Temes que me agrade asistir?

Ares tenso la mandíbula.

-Si te atreves a... solo a... observar a otro dios... yo...

La risa cantarina de la musa sonó como una campana.

-¿Estás loco? ¿Cómo podría ver a alguien más si tú estarás presente?

Y claro que estaría presente. No permitiría que algún otro dios siquiera se le acercara.

Subió a su carruaje y antes de partir arranco una rosa roja de su jardín. La oculto bajo su capa y emprendió su camino hacia el templo de Dionisio.

Oneshots en el Olimpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora